La multinacional asturiana General de Alquiler de Maquinaria (GAM) cerró el año pasado, marcado por la pandemia, con un beneficio de 1,2 millones. El parón de la economía supuso a la empresa una reducción del resultado. En 2019 había ganado 40 millones, aunque entonces hubo un efecto extraordinario, por lo que el resultado ordinario había sido de 7 millones.

La compañía se resintió en el primer semestre de 2020 a causa de los confinamientos y los ceses de actividad económica pero en la segunda mitad del ejercicio la cifra de negocio creció el 26% respecto a la primera parte del año, aumentó su “ebitda” el 47% y obtuvo un beneficio semestral de 5,1 millones, lo que permitió dar la vuelta a la tendencia. Entre enero y junio había acumulado una pérdida de 4 millones tras una caída de las ventas desde los 71,9 millones del primer semestre de 2019 a los 59,2 millones en el mismo periodo de 2020. La recuperación del negocio entre julio y diciembre permitió contener la caída de los ingresos en el conjunto del ejercicio a una merma del 6%: la facturación cayó desde los 142,7 millones de 2019 a los 133,6 millones en 2020.

Pese a las dificultades del ejercicio pasado, la compañía reforzó su balance, renovó su deuda sindicada y redujo el 11% su endeudamiento financiero neto, hasta los 108,6 millones. La compañía prevé utilizar su acusada posición de liquidez disponible (56 millones) para “aprovechar”, dijo, “oportunidades de crecimiento” tanto por la vía orgánica como por la inorgánica, con adquisiciones.