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Duro pacta con la banca y queda a la espera del Consejo de Ministros del martes

La SEPI elevó al Fondo de rescate la propuesta de ayuda tras el acuerdo financiero | La compañía recibe muestras de interés de más inversores

Concentración sindical ante la sede corporativa de Duro Felguera, en Gijón, para exigir el rescate de la empresa. | Ángel González

Duro Felguera y la banca acreedora del grupo asturiano han llegado a un “principio de acuerdo” para la refinanciación de la sociedad y la activación de avales, según confirmaron medios financieros. El acuerdo, cuyas condiciones precisas no han sido desveladas, y que despeja una de las premisas básicas del proceso, es lo que permitió a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) elevar ayer la solicitud de rescate por parte de la ingeniería asturiana a la comisión gestora del Fondo estatal de apoyo a la solvencia de empresas estratégicas afectadas por la pandemia.

La compañía queda pendiente ahora del Consejo de Ministros del martes próximo, víspera de que se agoten los seis meses de plazo de que dispone el Estado para contestar a la solicitud de Duro. El plazo vencía el pasado domingo pero se prorrogó diez días más (hasta el miércoles 10) atendiendo a que entre el 8 y el 18 de febrero se había interrumpido la tramitación una vez que la SEPI reclamó a Duro la revisión del plan de viabilidad que había presentado inicialmente para adecuarlo a los nuevos términos de refinanciación de la deuda que la compañía ha estado negociando en las últimas semanas con los prestamistas mediante sucesivas propuestas y contrapropuestas, al tanto de las cuales también ha estado la SEPI.

El rescate solicitado por Duro a la SEPI consiste en una aportación pública de 120 millones, de los que 30 lo serían como capital, 70 como préstamo participativo y 20 como préstamo ordinario susceptible de conversión posterior en la modalidad de participativo.

El detalle del principio de acuerdo con la banca no fue precisado pero se sabe que las entidades financieras habían establecido como exigencia irrenunciable que la suma de la refinanciación de la deuda financiera actual (80 millones) y la concesión de avales (Duro pedía 100 millones) en ningún caso podría entrañar un aumento del riesgo contraído por los acreedores con la ingeniería.

Para aproximar las posturas se han barajado sucesivas opciones, consistentes en una combinación de tres componentes: aumentar la amortización inmediata de deuda por Duro, reducir el volumen de avales demandado e incrementar la cobertura sobre estas garantías por parte de la aseguradora pública Cesce. La suma de todo ello debería dar una saldo neutro para la banca respecto a la situación de partida.

Inversores.

En paralelo a este proceso, se sigue con la captación de posibles inversores. La lista de cinco pretendientes barajada hasta ahora se ha ampliado con expresiones de interés por parte de otros aspirantes. La dirección de Duro Felguera dijo en un documento aportado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que “se han recibido ofertas no vinculantes” y que “la compañía continúa recibiendo muestras de interés de otros potenciales inversores”.

El grupo estatal SEPI ha estado muy activo en buscar inversores industriales “potentes” que, bien de inmediato o a corto plazo, se sumen a Duro Felguera y contribuyen a respaldar tanto el capital como la gestión del grupo. Tanto la inversión de la SEPI (que suscribiría el 40% de la ingeniería si finalmente así lo autoriza el Consejo de Ministros, como se espera que ocurra) como la participación minoritaria que se han comprometido a tomar el Principado en Duro son inversiones con vocación temporal, por lo que el futuro de la sociedad pasa por aglutinar a socios privados de referencia que permitan superar la orfandad accionarial en la que ahora se desenvuelve la compañía. Uno de los posibles inversores con los que se contaba inicialmente como candidato a tomar posiciones en Duro (el empresario Jesús Martín Buezas, principal accionista de la compañía Capital Energy) ha perdido interés en las últimas semanas, según informó ayer “Expansión”. Según este medio, Martín Buezas, volcado en la próxima salida a Bolsa de Capital Energy, consideraría ahora que la entrada en Duro no es una prioridad.

La ingeniería se revaloriza el 18,84% y dobla su valor desde comienzos de año

El principio de acuerdo alcanzado por Duro Felguera con la banca acreedora y la elevación de la propuesta de auxilio a la ingeniería por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a la comisión gestora del Fondo estatal de rescate dispararon ayer la cotización de la empresa en Bolsa, con una revalorización en la jornada del 18,84%, hasta algo más de 1,31 euros por acción. 

Esta es la valoración más elevada de Duro desde septiembre de 2018, inmediatamente después de la recapitalización y reestructuración de deuda que se hicieron entonces. Desde comienzos de este año y en la expectativa de que se lleve a efecto el rescate público, Duro ha doblado su valor en Bolsa, con una apreciación del 109,25%. Aun así, la compañía valía ayer en el parqué 125,95 millones.

El renovado interés de los inversores se produce cuando la ingeniería ha entrada en situación patrimonial neta negativa por tercer año consecutivo (-150,19 millones), por lo que estaría en causa de disolución de no ser por el decreto aprobado a causa del covid que exime de considerar los resultados de 2020 a estos efectos, Duro también incurrió el año pasado en fondo de maniobra (-204,1 millones) y “ebitda” (138,2 millones) negativos. La posición neta de tesorería se redujo en 2020 en 93,4 millones y el grupo prevé “necesidades de liquidez para cubrir tanto los déficits generados por la evolución de la actividad de explotación como los pagos asociados a las amortizaciones de deuda”. 

Pese a la carencia de avales, siguió contratando (78,63 millones), pero muy por debajo de la que precisa y el 25% menor a los 105,48 millones de 2019. A su vez, las ventas de Duro se redujeron el 63%, hasta los 143,95 millones en 2020 y la cartera de trabajo pendiente de ejecutar se contrajo desde los 468,91 millones del año anterior a 268 millones.

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