Los electrodomésticos europeos (frigoríficos y congeladores, lavavajillas, lavadoras y televisores) estrenaron ayer una nueva etiqueta que da cuenta de su eficiencia energética y que tiene el objetivo de ofrecer una mayor claridad sobre el impacto ambiental de estos productos. Las fuentes de iluminación se sumarán a este nuevo baremo a partir del 1 de septiembre.

Según Bruselas, con la antigua medición había cada vez más productos que eran calificados con la letra “A” en sus tres variables (A+, A++ y A+++) y esto provocaba que se diera la apariencia de que había un montón de electrodomésticos que eran muy eficientes desde el punto de vista energético. Ahora se optará por una escala mucho más sencilla de la “A” a la “G”, sin escalones intermedios entre las letras.

De hecho, esta nueva graduación está diseñada para que muy pocos productos logren inicialmente la calificación “A”, dejando espacio para que se incluyan productos muy eficientes desde el punto de vista energético en el futuro. Los electrodomésticos de mayor eficiencia energética que se encuentran ahora en el mercado normalmente se etiquetarán como “B”, “C” o “D”.

Baja el precio de la luz

El precio de la electricidad en el mercado mayorista bajó un 52% en febrero respecto al mes anterior, cuando el coste se había disparado. Además, el 81% de la electricidad generada era verde, no contenía CO2, gracias al récord de producción eólica registrado. Este porcentaje establece un nuevo récord, según los datos de Red Eléctrica (REE). La media para un mes de febrero de los últimos cinco años había sido del 57,8%.