Danone, que tiene en Salas una de sus cuatro fábricas españolas, destituyó ayer a su presidente y consejero delegado, Emmanuel Faber (Grenoble, Francia, 1964), por la presión de varios fondos de inversión presentes en su capital, críticos con la gestión del grupo e insatisfechos con la solución de compromiso que se había alcanzado en virtud de la cual Faber cedía el primer puesto directivo de la multinacional pero continuaría como presidente no ejecutivo.
Faber, consejero delegado de Danone desde 2014 y presidente de modo simultáneo desde 2017, fue reemplazado ayer en la presidencia por Gilles Schnepp, hasta ahora principal consejero independiente y que acababa de ser ascendido a la vicepresidencia. La multinacional de alimentación abrirá un proceso internacional de selección de un nuevo ejecutivo al más alto nivel. Los fondos de inversión activistas exigen que el nuevo consejero delegado sea una persona ajena a la organización y sin influencia del pasado reciente.
Hasta que se materialice el fichaje, la gestión del grupo ha sido encomendada de modo transitorio a la hasta ahora directora general del negocio internacional de Danone, Véronique Penchienati-Bosetta, y al director general para Norteamérica, Shane Gran.
El fondo británico Bluebell Capital Partners y los estadounidenses Artisan Partners y Causeway Capital, descontentos con los resultados y la cotización de las acciones, exigieron el relevo de Faber, quien defendía un modelo de gestión que no atendiese solo a la maximización del valor para el accionista.
