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ArcelorMittal ya trabaja en dos alternativas para fabricar acero "verde" en Asturias

La multinacional decidirá “este año” si recorta las emisiones del horno alto “A” con el uso de combustibles como el hidrógeno o lo sustituye por un nuevo horno eléctrico

Hornos altos de Arcelor en Veriña

Los planes de ArcelorMittal para recortar las emisiones de carbono en Europa y fabricar “acero verde” afectarán a corto plazo a las instalaciones de Asturias. La multinacional decidirá “este año” si moderniza el alto horno “A” de Gijón para rebajar sus emisiones con la utilización de nuevos combustibles, como el hidrógeno, o si lo sustituye por un horno eléctrico que use energía renovable certificada. Son las alternativas que anunciaron ayer el consejero delegado del grupo, Aditya Mittal, y el máximo responsable de la compañía en Europa, Geert van Poelvoorde, durante la presentación de los planes de la compañía para alcanzar el ambicioso objetivo de cero emisiones en 2050 en la UE. Sus iniciativas las englobarán bajo la marca “XCarb”.

Los dos directivos señalaron que los hornos altos de la compañía podrán transitar por dos rutas para descarbonizarse. Dos caminos bien señalizados. Uno será el de adoptar alguna de las nuevas tecnologías que la multinacional está estudiando para ser menos contaminante, lo que denomina como “smart carbon” (carbón inteligente). Entre ellas figura el uso de la biomasa como combustible (la siderúrgica tiene en marcha un proyecto en este sentido bautizado como Torero), el de usar gases residuales y convertirlos en bioetanol (Carbonlyst) o el que ha tomado ya el horno alto “B” de Veriña y que consiste en el uso de los gases residuales que generan las nuevas baterías de coque (con alto contenido en hidrógeno) para alimentar la instalación, con lo que se reduce el consumo de carbón y con ello las emisiones CO2. Ese proyecto de hidrógeno “gris” (procedente de combustibles fósiles), que puede evolucionar hacia el uso de hidrógeno “verde” (obtenido con renovables) pone a las plantas asturianas en la “primera línea” de la innovación del grupo, señaló Van Poelvoorde.

El otro camino supondría la desaparición del horno alto “A” de Veriña y su sustitución por uno nuevo de arco eléctrico que se alimentaría de chatarra y utilizaría energía renovable. Es lo que la compañía llama DRI (siglas de reducción directa de hierro) que en la práctica consiste en fabricar acero con hidrógeno. “Son las dos rutas que hemos elegido, el camino no será fácil”, afirmo Mittal. La decisión del camino a tomar en Asturias se decidirá “este año”, aseguró Van Poelvoorde.

El caso es que Arcelor ya tenía que tomar este año una decisión sobre la continuidad o no del horno alto “A” de Gijón, cuya producción de arrabio, junto con la del renovado alto horno “B”, alimenta a las acerías de Gijón y Avilés.

La vía de la descarbonización del horno alto, adoptando alguna de las nuevas tecnologías que el grupo ensaya en Europa, obligaría a la compañía a hacer una fuerte inversión sin garantizar la rebaja a cero de las emisiones. Sin embargo, permitiría conservar la calidad del acero que aporta la siderurgia integral y conservar las instalaciones vinculadas al horno alto (baterías de coque y sinter) y su empleo.

El camino de la electrificación supondría un cambio radical. Si el nuevo horno eléctrico consume energía renovable no habría emisiones pero lo calidad del acero sería inferior y, muy probablemente, se precisaría de menos mano de obra de la que emplea ahora mismo la compañía en Gijón. En este segundo caso también obligaría a cambiar la dieta del nuevo horno: los eléctricos se nutren de chatarra y no de mineral de hierro y coque.

Geert Van Poelvoorde aseguró que la compañía está trabajando codo con codo con el Gobierno español para “ver cómo podemos hacer para descarbonizar nuestra industria siempre respetando el marco en el que nos deja movernos la Unión Europea”. Para ello, la compañía está explorando, de la mano con el Ejecutivo nacional, cómo poder aprovecharse de los fondos que va a repartir Bruselas para modernizar sus instalaciones.

El máximo ejecutivo de la multinacional en Europa señaló que el camino de la electrificación es de los más correctos, especialmente si se tiene en cuenta, señaló, las enormes inversiones que están haciendo países europeos como “Alemania, que está realizando un importante desembolso en la energía eólica”, mientras que “España e Italia lo están haciendo en energía solar”. El objetivo es que las renovables vayan tomando el relevo de fuentes contaminantes y caras, y que sirvan para rebajar la factura de la luz. Es la clave para impulsar estas acerías eléctricas “verdes” que Arcelor ya prueba en su centro de Hamburgo.

Tasa a las importaciones

ArcelorMittal espera que el llamado “ajuste en frontera de carbono” en la UE esté listo para su aprobación este mismo verano. El consejero delegado del grupo en Europa, Geert van Poelvoorde, aseguró que en la UE hay un grave problema porque mientras que a las compañías siderúrgicas se les está exigiendo que hagan “importantes inversiones para poder descarbonizar su producción, las fronteras están abiertas a otros productores” donde las normas medioambientales son mucho más laxas. “Es algo que no cuadra”, criticó. El directivo señaló que esperan que la tasa que grave a los productores extranjeros esté lista a lo largo de este semestre. “Europa está trabajando en la forma de proteger nuestras fronteras”, recalcó. Lo hizo durante la presentación de la marca XCarb, bajo la que la multinacional tiene previsto ir incluyendo todas las iniciativas que ponga en marcha para descarbonizar su producción. Para eso, creará un certificado específico con el que etiquetará la producción que haya tenido una importante reducción de sus emisiones de carbono durante su proceso de producción. Lo hará comparando cómo las nuevas innovaciones han ayudado a reducir su huella de carbono con respecto al proceso de producción “normal”, antes de adoptar todas esas mejoras para combatir el cambio climático. Dentro de esta nueva marca, la multinacional también pondrá en marcha un fondo de innovación mediante el que invertirá cien millones de dólares anuales (unos 83 millones de euros) en compañías que desarrollen tecnologías “pioneras o rompedoras” que aceleren la transición hacia una industria siderúrgica con fabricación de acero neutro en carbono. “Hemos visto que necesitamos también de socios sobre los que apoyarnos para conseguir nuestros objetivos”, argumentó el primer ejecutivo de la multinacional, Aditya Mittal. El primer objetivo que se ha marcado la compañía es que todas estas iniciativas encajadas en el programa XCarb permitan producir 600.000 toneladas de “acero verde” a finales de 2022.

Ayudas a electrointensivas

Por otro lado, ayer se reunió la Mesa del Acero, un grupo de trabajo creado por el Ministerio de Industria y en el que participa el Gobierno asturiano y las empresas. Durante el encuentro, el Gobierno central aseguró que la industria recibirá 60.000 millones en los próximos tres años (entre 2021 y 2023), de los que, de momento, se conoce que 548 irán para ayudar al sector electrointensivo, 400 a la digitalización y otros 300 a la conocida como economía circular.

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