ArcelorMittal se sube al rearranque del sector automovilístico español. Varias grandes marcas han anunciado estas últimas semanas que tienen previsto traer al país la producción de nuevos modelos de híbridos a los que se unirá la creación en Cataluña de una nueva factoría para fabricar las baterías de los eléctricos del futuro, lo que también ayudará a dinamizar el sector. La multinacional siderúrgica ve con esperanza esos proyectos y asegura que “las perspectivas son buenas”. La demanda está creciendo de forma vertiginosa. De hecho, varios de sus talleres en la región están orientados a nutrir al sector automovilístico que, por lo que señalan los diferentes estudios, va a dar un importante acelerón en poco tiempo. Las estimaciones de los propios fabricantes son que esta industria llegue a suponer un 15% de la actividad económica en España, en menos de una década, de aquí a 2030, son cinco puntos más de lo que representa ahora mismo.
Algunos grandes fabricantes ya están desvelando sus planes para conseguir alcanzar ese objetivo y Arcelor quiere aprovechar el tirón de ese mercado. Por ejemplo, la francesa Renault ha adjudicado a sus fábricas españolas la producción de cinco nuevos modelos de híbridos. Seat quiere pisar el acelerador en la fabricación de vehículos eléctricos en su planta de Martorell (Barcelona). Y el Gobierno, proyecta también, con varios fabricantes una gran factoría de baterías para dinamizar el sector. Arcelor suministra desde Avilés chapa para estos vehículos. De hecho, la multinacional fabrica en Asturias un producto especial, al que ha bautizado como Magnelis, y que es un tipo de chapa más resistente a la corrosión, es más ligero y, al mismo tiempo, resistente. “Cuando la industria del auto se fortalezca vamos a salir reforzados”, señala José Manuel García, portavoz de UGT. Mientras que José Manuel Castro de CC OO agrega que es ese aumento de la demanda del sector el que está provocando que la acería eléctrica de Sestao esté incrementando notablemente su producción.
La multinacional reconoce que está sorprendida por el fuerte incremento de la demanda que viene experimentando, que está siendo mucho más rápido de lo que se esperaba. Una buena parte de ese incremento está llegando gracias a la pujanza de la conocida “línea blanca”. Es decir, de las fábricas de electrodomésticos, a las que la compañía surte desde su taller de galvanizado de Avilés. El incremento de ese negocio, sostiene la plantilla de la multinacional, “está siendo brutal”.
Tampoco le va mal a la línea de hojalata –que la multinacional tiene también en Avilés– y que cerró 2020, según palabras de los directivos de la multinacional, con unos “resultados excepcionales”. Gracias a la venta de conservas. Aunque en este mercado Arcelor tienen competencia ya que las compañías especialistas en aluminio están también tratando de sacar la cabeza en este mercado reduciendo el peso de los envases. De momento, no le han ganado la partida al acero que sigue pujando en ese sector.
Lo que sí que lleva unas semanas notando Arcelor es que su producción en Asturias está experimentando un fuerte acelerón lo que le está permitiendo tener casi todos sus talleres en la región trabajando a pleno pulmón. Casi al máximo de su capacidad. Algunas estadísticas ya comienzan a reflejar que la industria comienza a dar síntomas de recuperación. Por ejemplo, la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) acaba de divulgar los últimos resultados de la producción de la industria regional. El dato aún no es positivo. El índice descendió un 0,4% en febrero en comparación con el mismo mes del año anterior (el previo a la pandemia del coronavirus). El porcentaje lo empujó a la baja la industria química regional que está pasando por un bache. Mientras que otras ramas industriales, como la fabricación de productos metálicos, están creciendo ya a buen ritmo. Más en concreto, incrementó su actividad un 3,5% en lo que va de año. La propia Sadei asegura que con estos datos sobre la mesa puede llegar a concluirse que la industria regional “está próxima al fin de su fase contractiva”. Un cambio de tendencia en toda regla.
Es más, el conocido como índice de gerentes de compras (PMI) que elabora IHS Markit señala que la actividad de las fábricas españolas se expandió este marzo a su ritmo más rápido en casi quince años, debido a que la demanda se disparó tanto en España como en el extranjero. De hecho, coincidiendo con el análisis realizado por Arcelor, este organismo asegura que la “economía manufacturera de España disfrutó de un marzo estelar”.
Pese a todo, los fabricantes de coches aseguran que las ventas en España no acaban de arrancar, penalizadas por la caída de las matriculaciones entre las empresas de alquiler. Debido al fuerte descenso que viene sufriendo el mercado turístico por culpa de las múltiples restricciones para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus. No obstante, en Asturias en marzo se los concesionarios vendieron 1.147 vehículos. En lo que va de año, las matriculaciones descendieron un 2,2% en la región.
