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El Gobierno dice ahora que cerrar todas las térmicas pone en riesgo el sistema eléctrico

Hay tres centrales en España, una la de Aboño, que aún son necesarias para atender la demanda cuando haya problemas con las renovables

Parque de carbones ante las chimeneas de la central térmica de Aboño, de EDP. JUAN PLAZA

El Gobierno reconoce ahora que hay tres centrales térmicas alimentadas con carbón en España –entre ellas la de Aboño de Gijón– que, por el momento, no se pueden cerrar. Su clausura podría poner en riesgo el abastecimiento y la seguridad del sistema energético español, según reconoció ayer la directora del Instituto para la Transición Justa, Laura Martín Murillo, durante unas jornadas organizadas por la Comisión Europea sobre los planes de ayuda para las regiones afectadas por la transición energética. “Esas tres centrales son importantes para nuestra estabilidad eléctrica”, señaló. Por lo que, por el momento, salvaran la clausura, mientras que se van encontrando otras fuentes alternativas “de respaldo”.

Una de las térmicas que aún no tienen fecha de clausura es la que EDP tiene en Aboño (Gijón), ya que se considera que es estratégica para dar respaldo a la industria en el caso de que haya problemas de suministro con las energías renovables o con otras fuentes menos contaminantes, que son las que ahora tienen prioridad en el sistema energético español. De hecho, este año eso ya ha ocurrido dos veces. Primero, en enero, durante el temporal de nieve que azotó a Madrid –y a parte del centro del país– y que dejó a la eólica y la solar fuera de juego. Tuvieron que ser las térmicas las que tiraran de la generación eléctrica, lo que, a su vez, tuvo repercusiones sobre la factura de la luz, elevándola considerablemente. Y lo mismo volvió a ocurrir hace solo unos días, cuando las térmicas tuvieron que tomar el mando de la generación eléctrica del país, después de un nuevo pinchazo de las renovables.

Martín Murillo también aseguró que las térmicas que sí que están cerradas –o en proceso de clausura– tienen ya muchas novias. O, más bien, las tienen los terrenos en los que están ubicadas. Según sus cuentas, para todas las térmicas españolas (15) hay ya 58 proyectos presentados, “algunos de ellos grandes”, relacionados con las energías renovables, el desarrollo de iniciativas ligadas con el hidrógeno verde, el almacenamiento energético o nuevas plantas de reciclaje. En total, asegura que hay iniciativas que podrían generar 6 gigavatios (GW). No aclaró cuántas son para Asturias. Y aseguró que “al final del proceso los cierres de las térmicas tendrán un impacto cero sobre el empleo”.

En la conferencia también participó Jerzy Buzec, parlamentario europeo por Polonia que está considerado como uno de los artífices del fondo de ayuda que recibirán las regiones españolas –entre ellas Asturias– afectadas por el cierre de las minas de carbón y la clausura de las térmicas. Destacó que esta transición “va a ser un proceso caro” y abogó por que los territorios afectados “presenten iniciativas que sean capaces de generar empleo”.

Los datos


  1. Proyectos. Las térmicas cerradas o en proceso de cierre tienen ya 58 proyectos como alternativa en fase de estudio.
  2. Tres térmicas. El Gobierno asegura ahora que hay tres térmicas –una la de Aboño– que no se pueden cerrar aún.
  3. Planes en Europa. Polonia quiere alargar a 2040 el cierre de las térmicas y maneja ya grandes proyectos alternativos.

También los representantes de varios países afectados por el cierre de las térmicas, además de España, participaron en la charla. Entre ellos, la propia Polonia, que quiere conseguir su neutralidad en emisiones de CO2 para 2040.

El portavoz de este país, Maciej Sytek, aseguró que hay que “apoyar a la gente que vaya a perder su empleo”. Por eso insistió en que las ayudas para lograr esa transición energética deben llegar ya este mismo 2021. En Polonia ya tienen proyectos bastantes maduros para dar el relevo a sus térmicas, como una enorme fábrica de baterías para coches eléctricos.

Luz verde a una ayuda de 79 millones

El Consejo de Ministros dio luz verde a una ayuda de 79 millones para compensar a la industria por los costes de sus emisiones de CO2 a la atmósfera, aunque fuentes de las empresas industriales de la región puntualizaron que la cantidad económica es aún insuficiente y esperan que se eleve aún más a lo largo de este año. La ministra del ramo, Reyes Maroto, aseguró que “estas ayudas muestran el compromiso del Gobierno con los sectores industriales y se suman a otras medidas, como el estatuto para los consumidores electrointensivos, que reconocen las particularidades de estas compañías”. No obstante, los gobiernos de Asturias, Cantabria y Galicia unieron ayer fuerzas para exigir un mayor apoyo a las industrias grandes consumidoras de electricidad asentadas en sus territorios y exigir al Ejecutivo central una mayor compensación para estas empresas. Esta fue la principal conclusión del encuentro mantenido entre Enrique Fernández, consejero de Industria de Asturias; Francisco Conde, vicepresidente económico y consejero de Economía de Galicia, y Javier López Marcano, responsable de Industria de Cantabria. También acordaron impulsar de forma conjunta proyectos relacionados con las energías eólicas marinas “offshore”.

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