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Los deberes de Argüelles en la nueva Duro Felguera

El consejero delegado tendrá la tarea de buscar un socio industrial que aporte trabajo a los talleres | Orihuela continuará en el consejo

Jaime Argüelles.

El ingeniero asturiano Jaime Argüelles asumirá en breve el timón de Duro Felguera –la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) hizo ayer oficial su nombramiento como consejero delegado– con un buen puñado de deberes pendientes. Por hacer. El más urgente será el de buscar a un socio industrial para la centenaria compañía regional que le consiga la ansiada carga de trabajo por la que suspiran sus talleres. Los trabajadores lamentan que hace “bastante tiempo” que la compañía no firma ningún nuevo contrato. Lo necesitan como el comer para que la empresa siga con vida.

También tendrá que renegociar los retrasos que algunas de sus grandes obras acumulan. Tiene problemas en Rumanía, Argelia y Bulgaria. Además, deberá acercarse a una plantilla que ha celebrado con júbilo el pequeño paso atrás de José María Orihuela, hasta ahora máximo ejecutivo de la firma de ingeniería. Tendrá que ganarse de nuevo la confianza de los bancos, que habían mostrado serias resistencias a reestructurar la deuda de la compañía porque no veían claro que pudiera cumplir con sus compromisos y lograr pagar su deuda.

Aunque el paso atrás de Orihuela será corto. Cortísimo. No se llegará a desvincular totalmente de la empresa. Duro Felguera comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la composición de su remodelado consejo de administración, que seguirá presidido por Rosa Aza y al que se incorpora el ya nombrado Jaime Argüelles como consejero delegado. Habrá tres consejeros independientes: José Julián Massa, Valeriano Gómez y Jordi Sevilla. Y otros tantos externos, entre los que destaca el nombre de Orihuela, más los de César Hernández Blanco y Miguel Ángel Santiago, ambos representantes del grupo público industrial (SEPI), con un perfil muy técnico y que tendrán el objetivo de representar al Estado en el consejo. A todos ellos hay que sumar a Bernardo Gutiérrez de la Roza, como secretario.

Duro dio también más detalles de en qué consiste el acuerdo que el viernes suscribió con la SEPI y del pacto rubricado con las entidades financieras acreedoras (Banco Bilbao Vizcaya, Banco Santander, Caixabank y Liberbank) para sanear la deuda del grupo. La reestructuración alcanzará los 85 millones. La mano amiga de la SEPI permitirá a Duro la refinanciación de la sociedad y el otorgamiento de una línea de avales por 80 millones (más el compromiso de negociar otros 20 millones como línea temporal) para que Duro, que ha carecido de este tipo de garantías desde 2016, pueda reanudar la contratación de proyectos y acometer su proyecto de viabilidad. Con lo que uno de los principales deberes de Argüelles puede quedar solventado de forma más o menos inmediata.

Entrando más en detalle, de los 85 millones de deuda bancaria, Duro Felguera amortizará 7,5 millones, con lo que el pasivo financiero se situará en 77,5 millones. De esta cuantía, 25,5 millones serán convertidos en un préstamo participativo estructurado en dos tramos: uno, por un importe de 20 millones (de los que se deberán amortizan 12,5 millones entre 2021 y 2022) y otro de 5,5 millones. Los 52 millones restantes de la deuda financiera resultante se convertirán en una emisión de obligaciones convertibles en acciones y cuya emisión deberá ser aprobada por la junta general de accionistas de Duro Felguera para su suscripción por la banca. Estas obligaciones tendrán una duración máxima de seis años (hasta 2027) y, de llegar a ser convertidas en acciones de Duro por los bancos, deberán otorgar a las entidades financieras una participación mínima del 13% en el capital de la ingeniería asturiana. La banca otorgará a la empresa, según los términos ya conocidos, una línea de avales “revolving” por un importe de 80 millones cuyo riesgo para las entidades financieras estará cubierto en el 70% por la aseguradora de mayoría estatal Cesce.

Una vez resuelto el horizonte financiero, Argüelles, con experiencia en Clas, Bazán, Bosch, Celsa, Ence y la chilena CMPC, tendrá la tarea de buscar una novia industrial que pueda entrar en el capital y que ayude a incrementar esa carga de trabajo por la que esperan como agua de mayo los trabajadores de la firma de ingeniería. En eso insistían ayer los sindicatos asturianos, en la urgencia de encontrar un buen socio para la compañía asturiana. Lo decía, por ejemplo, el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Afines (FICA) de UGT en Asturias, Jenaro Martínez Paramio, quien recalcó que “esperemos que la nave de Duro Felguera, de la mano del nuevo consejero delegado, no vuelva a pasar por momentos como los vividos estos últimos años”. Una tesis similar defendió el líder de la Federación de Industria de CC OO, Damián Manzano. “El acuerdo con la banca y la entrada de la SEPI en Duro es una buena noticia, no hay duda. Ahora el consejero delegado tiene mucho que hacer y a las organizaciones sindicales nos va a tener a su lado para sacar a la compañía adelante y hay que seguir profundizando en el consejo de administración de cara a tener personas responsables y competentes”, dijo.

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