ArcelorMittal fraguó entre enero y marzo su mejor resultado trimestral de los últimos diez años. Y lo hizo tras un 2020 en el que la producción estuvo bajo mínimos por los efectos de la pandemia. Un ejercicio que, utilizando un calificativo suave, el consejero delegado del grupo, Aditya Mittal, calificó ayer de “complejo”. Ahora, el horizonte ha cambiado y la siderúrgica mira con optimismo a este año para el que cuenta con la cartera repleta de pedidos. Solo entre enero y marzo la siderúrgica logró un beneficio de 1.900 millones de euros y sus ventas rozaron los 13.486 millones, un 9% más que el mismo periodo del año anterior. Los resultados, sin embargo, no son del todo extrapolables a las plantas asturianas que, según precisó un portavoz, aún necesitan recortar “sus costes operativos” para conseguir ser más competitivas.
Están en el camino. La siderúrgica, por ejemplo, espera que la segunda fase de las baterías de Veriña (Gijón) produzca a pleno pulmón –aún está en fase de arranque tras haberse puesto en marcha en febrero– durante el verano. Esto le supondrá a la compañía un importante ahorro de costes ya que dejará de tener que importar coque desde otras plantas del grupo en Polonia y Brasil como tiene que hacer ahora para poder alimentar a los hornos altos. Esas mismas baterías han incorporado una nueva tecnología para que sus gases abastezcan energía a los hornos y a algunos talleres –como el tren de chapa o el de carril– lo que ha permitido a la multinacional dejar de emitir 125.000 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año. El equivalente a las emisiones que generan las calefacciones de gas natural de unos 84.000 hogares. En una comunicación remitida a los analistas financieros, la siderúrgica reconoció que los resultados de este pionero proyecto desarrollado íntegramente en Asturias –desde su idea hasta su puesta en marcha– está “superando las expectativas”.
Volviendo a los resultados, la valoración de la compañía no pudo ser más satisfactoria. “Desde una perspectiva operativa hemos registrado un inicio de año muy positivo. Constatamos que se mantienen las positivas dinámicas del cuarto trimestre (cuando volvieron a beneficios tras tres trimestres de números rojos) y hemos reanudado progresivamente la producción en consonancia con la recuperación de la demanda, que se ve favorecida por los bajos niveles de inventarios”, resaltó Aditya Mittal. En la demanda, sí hay equivalencias entre el grupo y las plantas asturianas. Tanto que, en las últimas reuniones entre la dirección de la compañía y los sindicatos, los directivos habían reconocido que estaban gratamente sorprendidos por la recuperación de la demanda. Ya hay carga de trabajo asegurada para lo que queda de año. Aditya Mittal agregó: “Nuestras prioridades de cara al resto del año y periodos sucesivos son claras, mantener una ventaja competitiva en términos de costes e impulsar la rentabilidad en mercados en crecimiento”.
En el primer trimestre, la compañía produjo 17,6 millones de toneladas de acero bruto, un 6,4% más y le metió un buen tajo a su deuda. Las plantas europeas del grupo mejoraron considerablemente sus resultados. La producción creció un 6,4% y las ventas un 23%. Mittal también se marcó el objetivo de incrementar la presencia de la mujer en los puestos directivos de la compañía.
Las cifras
- 1.900 millones de beneficio. Arcelor logró unos beneficios netos de 1.900 millones a lo largo de los tres primeros meses del año. Fue su mejor trimestre en la última década, alentado por la mejora de la demanda.
- 125.000 toneladas de CO2. La siderúrgica le echó flores a su proyecto para recortar sus emisiones contaminantes en sus hornos altos gracias a los gases de las baterías. Deja de emitir 125.000 toneladas de CO2.
- 23% más de fabricación de acero. La producción de acero aumentó durante el primer trimestre del año en un 6,4% en la comparativa interanual, mientras que las ventas se incrementaron en más de un 23%.
