La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

No todas las aguas son iguales

La importancia en la salud de un elemento básico en la dieta diaria que debe conservar toda su pureza | El manantial de Fuensanta está reconocido minero-medicinal desde 1846

Operarios, observando el proceso de envasado de Fuensanta, en la planta de Nava.

Cita con la industria en el RIDEA


El Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) sigue hoy, a las 19.00 horas, con la cuarta edición de los ciclos de coloquios y conferencias titulados “Perspectivas de la industria asturiana”. En esta ocasión el ciclo cuenta con la intervención de José Luis Fernández Martín-Caro, presidente de Fuensanta, que reflexiona en este artículo sobre el valor del agua minero medicinal y su importancia en la salud. El ciclo, coordinado por los catedráticos Mario Díaz y Tomás Emilio Díaz, se celebra en el RIDEA, en Oviedo, entre mayo y junio. Ante cada cita, los ponentes expondrán sus opiniones sobre el tema a tratar en LA NUEVA ESPAÑA. Las dos próximas conferencias que restan se centrarán en los sectores del embalaje y las artes gráficas, y en el de la transformación digital.

En pleno 2021 seguimos inmersos en una pandemia que ha puesto en jaque a toda la sociedad y que ha obligado a reformular muchas cuestiones que creíamos certezas y han dejado de serlo. Una de las grandes enseñanzas de los últimos meses ha sido la importancia de la buena salud y de las medidas de prevención para preservarla.

No cabe duda que el contexto actual va a cambiar muchas de nuestras rutinas, nuestra forma de cuidarnos y por lo tanto nuestra forma de consumir. Uno de los alimentos que más debemos consumir al día –mínimo 2 litros– y que además es de los más económicos, es el agua mineral, un producto de calidad, que conserva toda su naturalidad y pureza.

El agua no es un elemento más de nuestra dieta, el es más importante y el más abundante, ya que además es el más mayoritario en nuestro organismo. Sin embargo no todas las aguas son iguales, es aconsejable conocer la composición del agua que tomamos y saber diferenciar unas de otras.

El agua del grifo proviene de aguas superficiales y de orígenes diversos: embalses, ríos, desalinizadoras… y por lo tanto necesita ser tratada químicamente, añadiéndole cloro para desinfectarla y protegerla de potenciales contaminaciones y que así pueda ser apta para consumo humano. Además, este tipo de agua hace un largo recorrido a través de los sistemas de conducción y tuberías de la red pública hasta llegar al consumidor.

El agua filtrada, por su parte, es agua del grifo y por lo tanto tiene las mismas fases de tratamiento. El proceso de filtrado altera su composición inicial y elimina el cloro por lo que el agua queda desprotegida y es muy susceptible a posibles contaminaciones.

Respecto al agua envasada hay tres tipos: las aguas preparadas, que se someten a procesos físico químicos para que cumpla los requerimientos sanitarios; las aguas de manantial, que no han demostrado acción específica sobre el organismo humano; y las aguas minerales naturales, que son bacteriológicamente sanas y tienen una composición constante lo que les confiere propiedades beneficiosas para la salud. Esta agua es de origen subterráneo y está protegida contra los riesgos de contaminación. Se capta de un acuífero y es directamente embotellada a pie de manantial sin ningún tipo de manipulación humana, para conservar intacta toda su pureza.

No hay nada más saludable que consumir agua mineral, pero sí además tiene el añadido de “medicinal” le aportamos un valor fundamental: saludable. Este tipo de agua, por su composición y por el equilibrio entre los minerales que la componen, no es comparable con otros tipos de agua. Es más, el agua, con poco residuo seco, es decir, con pocos minerales, es un tipo más de agua, no es la más sana.

España es un país muy rico en aguas minerales pero solo unas pocas que tienen el privilegio de ser aguas consideradas minero-medicinales, es decir, aquellas que han podido probar que han curado algún tipo de dolencia o enfermedad, concesión que sólo puede otorgarse por ley. En Asturias, concretamente, contamos con Aguas de Fuensanta, que fue declarada minero-medicinal en 1846, y de Utilidad Pública por Real Orden por “sus probadas propiedades terapéuticas”, ya que tiene una composición única y equilibrada: rica en bicarbonatos y en calcio, y baja en sodio.

Pero además de ser el elemento más importante y abundante de nuestro cuerpo, el agua también lo es de nuestro planeta. Sin embargo, este sector, como muchos otros, se ha visto envuelto en ocasiones, en ciertos debates que se alimentan de creencias erróneas, que desvirtúan las buenas cualidades del agua mineral. A veces surgen reflexiones sobre si el agua envasada es más o menos sostenible que el agua que consumimos directamente del grifo.

En general, el sector de aguas minerales está fuertemente implicado en el respeto y cuidado del medio ambiente. Las empresas llevamos a cabo importantes inversiones en I+D+i, lo que ha permitido implantar progresivamente medidas de mejora en ecodiseño y gestión de los envases, así como en el propio proceso de envasado.

El sector continúa avanzando hacia un modelo de Economía Circular pleno a través de la gestión eficiente de los recursos, la descarbonización energética, la reducción de la huella de carbono, etc. y hacia la implantación de sistemas de prevención, reutilización y reciclaje de envases para conseguir que nuestros envases se conviertan en recursos, tanto para nuestra propia industria como para otras.

Además, en lo que respecta a los envases correspondientes al sector de aguas envasadas, suponen sólo un 2% de los residuos de envases generados en España, un 0,7% de los residuos municipales y un 0,1% del total de residuos generados por toda la actividad económica y los hogares. Cabe recordar, además, que la tasa de recogida de las botellas de PET-en el sector en general- superó el 90% en 2019 (fuente Ecoembes).

Todas las empresas de agua mineral envasada trabajamos unidas en el horizonte del compromiso medioambiental 2030, un marco autorregulatorio, de carácter voluntario, que establece unos ambiciosos objetivos en materia de envases, energía, huella de carbono, movilidad sostenible y protección de la biodiversidad.

Unas metas, que requieren de un gran compromiso empresarial y social, pero que nos motivan cada día a seguir en esta línea de negocio sostenible, que estoy seguro, cumpliremos con éxito. En cualquier caso, en estos tiempos, podemos hacer gala de una sostenibilidad totalmente garantizada y de un producto cien por cien saludable.

Compartir el artículo

stats