El precio de la luz está completamente descontrolado tras meses al alza. Por segundo día consecutivo, después de alcanzar este martes los 90,95 euros el megavatio-hora, el precio en el mercado mayorista vuelve a registrar un récord al situarse en 94,63 euros, rozando los 94,99 euros del 8 de enero con Filomena y el cuarto precio más alto de su historia, según los datos del Operador del Mercado Ibérico (OMIE). Es, además, el precio más caro de los principales países europeos, justo por delante de Reino Unidoa un precio de 94,48 euros.

Este coste solo afecta a los consumidores que estén en el mercado regulado, sujetos al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), una tarifa que en general suele ser más barata que cualquiera del mercado libre, según advierte la Comisión Nacional de los Mercado y la Competencia (CNMC). Dentro de la factura, el precio de la energía representa el 30% del total, el resto son costes regulados (50%) e impuestos (20%). Por tanto, nada tiene que ver esta subida de la luz con la llegada de las nuevas tarifas, pero sí que un precio 'pool' tan elevado dispara todavía más la luz en las horas más caras del día ('punta'), y por ende, incrementa la factura.

El motivo de estas cifras desorbitadas se debe a un elevadísimo precio del gas natural y de los derechos de emisión de CO2, a los que ahora hay que sumar una alta demanda de electricidad por las altas temperaturas. Tanto el gas como el CO2 afectan directamente a los ciclos combinados que queman gas natural, pero también al agua, las dos tecnologías que suelen marcar el precio en esta época, según el experto en energía, Francisco Valverde. Pues la reserva de las centrales hidroeléctricas está a la baja y, por tanto, el coste de oportunidad dispara el agua al mismo nivel que los ciclos.

Y esta situación no tiene visos de mejora pronto porque el precio del CO2 tiene un recorrido ascendente, al tener como principal objetivo su encarecimiento para ahuyentar a las tecnologías contaminantes. "Lo única que podría tirar a la baja los precios es la eólica y no es época", reconoce Valverde.

El Gobierno ha propuesto reducir los dividendos que reciben las compañías por las centrales nucleares e hidroeléctricas por el alza de los derechos de emisión de CO2 en alrededor de 1.000 millones de euros que reduciría un 4,8% la factura de la luz, según el Ejecutivo; así como trasladar parte de los costes de la factura a las empresas energéticas, que supondría una rebaja total del 15% al final de su implantación que será progresiva a lo largo de cinco años.

Pero ambas medidas conllevan un trámite parlamentario que será lento y no se prevé que se puedan poner en marcha antes de los últimos meses del año. Otra opción para reducir el recibo es hacerlo vía impositiva, a través de uno de los dos impuestos que gravan el recibo de la luz --el IVA del 21% o el Impuesto Especial a la Electricidad del 5,11%--. O hacerlo mediante una suspensión (o eliminación) del impuesto a la generación eléctrica que grava la producción de energía con una tasa del 7% que las eléctricas repercuten en los consumidores, una medida que ya activó la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, cuando en el verano de 2018 los precios 'ascendieron' hasta los 71,27 euros de media en el mes de septiembre, con un pico máximo de 75,93 euros el día 19.

Controversia

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Estos precios disparados han generado controversia en el ámbito político y de los usuarios con diferencias patentes entre el sector PSOE del Gobierno, representado por la ministra Teresa Ribera, y el sector Podemos, con Ione Belarra a la cabeza, así como por parte de la oposición, que ha criticado la subida del suministro. En este sentido, el Partido Popular ha registrado una iniciativa para instar al Gobierno a eliminar el impuesto del 7% a la generación que se vota este jueves, así como a trasladar algunos costes regulados, como el déficit de tarifa o el coste por la generación extrapeninsular, a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con el objetivo de aligerar la factura.

También las asociaciones de usuarios, como Facua, han advertido sobre el alza que prevén podría significar que la de junio sea la segunda factura más alta de la historia. Por su parte, el sindicato UGT ha salido al paso de la subida pidiendo al Ejecutivo "reducir de manera urgente el precio de la energía eléctrica a las familias y la industria y establecer de una vez por todas un sistema de fijación de precios para poner coto a la insostenible subida de la luz y de otros bienes esenciales". Además, reclama que acabe con la pobreza energética y apruebe con carácter permanente la prohibición de los cortes de suministros de luz, agua y gas en el ámbito doméstico, adoptadas durante la pandemia.