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Ideas para la reconstrucción industrial Emilio Nieto Director del Centro Nacional del Hidrógeno

“El hidrógeno verde será clave para hacer acero en Asturias”

“España tiene que posicionarse como un referente tecnológico como productor y exportador del gas verde renovable de Europa”

Emilio Nieto, en una hidrolinera.

Emilio Nieto es el director del_Centro Nacional del Hidrógeno, una de las tecnologías energéticas por las que quiere apostar de manera decidida el Principado en este periodo de transición hacia una economía más limpia. Nieto participó hace unos días en una charla organizada por el Colegio de Ingenieros de Minas del_Noroeste y es miembro activo de la mesa del hidrógeno de Asturias en la que se discuten los planes a seguir para potenciar el desarrollo del hidrógeno verde, el que no contamina.

–¿Qué futuro tiene el hidró­geno?

–Constituye una de las soluciones tecnológicas que posibilitan la transición del mix energético y que permite la descarbonización y electrificación. Hay aplicaciones para las que es la solución mejor y más eficiente, pero no es la única solución que permitiría lograr alcanzar una economía descarbonizada en el 2050. Existen opciones eléctricas cómo las baterías, transiciones intermedias como el gas natural, y otras opciones que a buen seguro se desarrollarán en los próximos años y que permitirán definir ese mix energético futuro para llegar a ser cero emisiones en 2050. De todas ellas la más versátil y que ofrece más proyección es el hidrógeno renovable o verde.

–¿Cuáles son los usos que se están estudiando?

–El hidrógeno aporta una gran flexibilidad basada en que puede ser producido a partir de numerosos recursos, tanto a gran como a pequeña escala, porque puede ser almacenado en forma de gas o en forma líquida durante largos periodos de tiempo y ser transportado a largas distancias, y, finalmente, porque puede ser utilizado como un combustible libre de carbono en múltiples aplicaciones. El hidrógeno va a ser un combustible alternativo clave en el sector de la movilidad responsable de una gran cantidad de emisiones.

–¿Cómo de madura está la tecnología?

–Las líneas de negocio que dependen de soluciones tecnológicas contaminantes son las que han empezado a plantear estrategias hacia tecnologías limpias como es el hidrógeno verde. La tecnología del hidrógeno existe, está madura y es una realidad, y se deben generar las economías de escala que permitirán su integración completa en los próximos años siendo competitiva en comparación a las soluciones actuales, logrando la ansiada reducción de los costes y el aumento de la competitividad.

–¿Qué posibilidades tiene una región como Asturias para subirse a la ola del hidrógeno?

–Asturias es una región en transición justa reconocida por el Ministerio para la Transición Ecológica y el reto demográfico. En la hoja de ruta del hidrógeno renovable se reconoce esta singularidad, lo que abre el camino para establecer sinergias que generen nuevas oportunidades de desarrollo relacionado con el hidrógeno verde. El uso del hidrógeno verde como agente reductor en la industria del acero, como vector energético o como materia prima, es clave en la transición energética asturiana. Asimismo, la utilización del agua que se emplea para las minas abandonadas en el proceso de producción de hidrógeno, muestra claramente que hay oportunidades de potenciar innovaciones claves en el desarrollo de la economía del hidrógeno. En Asturias hay desarrollados proyectos que pueden ser sinérgicos con el hidrógeno como son la regasificadora de El Musel, fabricantes de barcos propulsados con hidrógeno, instalaciones mineras, potenciales consumidores de hidrógeno verde, o energía eólica “offshore”.

–¿Y cómo va la región en el desarrollo de esta tecnología?

–Hay sitio y hueco para todos, ya que los objetivos establecidos en la hoja de ruta son los suficientemente retadores que es necesario desarrollar todas las iniciativas y más planteadas para poder llegar a cumplirlos. Asturias es una de las regiones que lidera el planteamiento en este tema, estando muy bien integrado todo el triángulo de la innovación alineado con sus capacidades. El objetivo es darle una solución al sector industrial que debe descarbonizarse y eliminar sus emisiones lo antes posible.

–Sin embargo, el coste de generar hidrógeno aún es caro para la industria.

–Cierto es que los costes no juegan a favor de un despliegue masivo y son más elevados que con otras alternativas existentes. La previsión es que en 2030 los costes bajarán hasta un 60% e, incluso, que a partir de 2026 ya será más barato el hidrógeno verde que otras alternativas. Este coste actual tan elevado hace que los proyectos que se plantean sean “hubs” en el que se integran toda o casi toda la cadena de valor, y poder así distribuir mejor el mismo y lograr el menor coste por kilo de hidrógeno para las aplicaciones a desarrollar. Este planteamiento es en el que se está trabajando por parte del Principado de la mano del sector industrial.

–¿Qué está haciendo en este sentido el sector industrial?

–El sector industrial de altas emisiones ha empezado a planificar una transición hacia procesos productivos limpios y que no generen emisiones. La forma más fácil de descarbonizar es, sin duda, disponer de un sistema desarrollado de electricidad limpia renovable, y electrificar la mayor parte posible de la demanda energética. Es clave hacer al hidrógeno competitivo, y para ello se están planteando soluciones en las que la producción del hidrógeno se genera en el mismo sitio de consumo, controlando así los costes.

–¿Y qué papel está jugando la mesa asturiana del hidró­geno?

–Es clave. Es el punto de encuentro de todos los actores de la cadena de valor, que son los que deben desarrollar los distintos proyectos y lograr alcanzar los objetivos propuestos. La coordinación de FAEN y el Principado son fundamentales para que el apoyo y compromiso se vea claro, y todos remen en la misma dirección. Se ha podido definir toda la cadena de valor y mapearla con las distintas capacidades que se disponen en la comunidad autónoma, para luego posicionar a los distintos actores en la misma y plantear de forma coordinada los distintos proyectos a desarrollar.

–¿Qué posibilidades ofrecen los fondos europeos para el desarrollo del hidrógeno?

–Hay que convencer a la comisión europea con nuestros planes de inversión para recibir el dinero e invertirlo en nuestras propuestas. La administración debe plantear opciones que sean aceptadas y, por tanto, los fondos prometidos vengan para que se puedan utilizar en estos desarrollos estratégicos planteados, que están alineadas con los objetivos definidos como no puede ser de otra manera.

–¿Cómo se imagina el futuro energético de España?

–Nuestro país se puede y debe posicionar como referente tecnológico como principal productor y exportador de hidrógeno renovable de Europa. Lograr una mayor penetración de las energías renovables en el sistema eléctrico, pudiendo aumentar y controlar su gestionabilidad nos puede convertir en una de las potencias europeas de generación de energía renovable y de producción de este hidrógeno verde. Contamos con capacidad suficiente para garantizar el autoabastecimiento (generando riqueza local), y poder exportar los excedentes a otros países. Por nuestra situación geográfica, debemos jugar un papel clave en la cadena de transporte entre el norte de África, con alto potencial de producción de hidrógeno renovable. Podemos ser un país tractor en la creación de un mercado –”trading”– del hidrógeno en Europa, aprovechando nuestra excelente infraestructura gasista existente para el transporte eficiente del hidrógeno a gran escala. La creación de nuevas líneas de desarrollo permitirá nuevos empleos de alta cualificación.

–¿Cuál es el papel del Centro Nacional del Hidrógeno?

–El Centro Nacional del Hidrógeno (CNH2) en un consorcio público de I+D+i que depende a partes iguales del Ministerio de Ciencia e Innovación y de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha. Fue creado en el año 2007 y actualmente cuenta con 48 personas que cubren toda la cadena de valor del hidrógeno y las pilas de combustible, desde investigación básica de las tecnologías hasta su escalado y aplicación industrial. 

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