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Arcelor aprueba una “transformación” de la siderurgia asturiana que mantiene de empleo

Pedro Sánchez presentará el día 13 la inversión, que despejará el futuro de la fábrica para la próxima generación y abrirá nuevas líneas en I+D y sostenibilidad

Los hornos altos de ArcelorMittal en Gijón. | Juan Plaza

La cúpula de ArcelorMittal ha dado el visto bueno a una inversión “multimillonaria” que “transformará” la siderurgia asturiana para hacerla verde y que despejará su futuro durante las próximas décadas. La descarbonización de las factorías de la región no será a costa de puestos de trabajo. La solución adoptada garantizará el mantenimiento del empleo de la compañía en Asturias, la principal inquietud de una plantilla formada por casi 5.000 trabajadores. Esas metas, junto con los detalles tecnológicos, se anunciarán si no hay cambios de fecha el próximo día 13 en un acto en el que, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, asistirán el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.

La dirección de la compañía, el Gobierno de España y el Gobierno del Principado mantenían desde hace meses contactos y encuentros para abordar la descarbonización de la siderurgia asturiana aprovechando la oportunidad de los fondos europeos. Faltaba el visto bueno de la cúpula de la compañía y ya se ha producido.

La solución adoptada “transformará la cabecera” de la siderurgia asturiana –formada actualmente por dos hornos altos, uno de los cuales agotará su vida útil en 2024– con la implantación de nuevas tecnologías que utilizarán energías renovables y garantizarán una producción de acero verde. Además, esas transformaciones afectarán al conjunto de las instalaciones de la compañía. Cambiará la forma de producir acero y por ello será necesario recualificar al conjunto de la plantilla con intensivos planes de formación.

El plan social

En paralelo al plan industrial, se negociará con la plantilla un programa social en el que se incluirán las acciones formativas y los cambios en la relación de puestos de la cadena de producción. Los representantes de los trabajadores han mostrado temor ante la posibilidad de que ese programa social incluyera recortes de personal, dando por hecho que las nuevas tecnologías traerán automatizaciones de los procesos productivos. Además, la negativa de la compañía a seguir con los contratos relevo disparó las alarmas.

Sin embargo, el plan industrial para las factorías asturianas que se anunciará con presencia de Pedro Sánchez garantizará el mantenimiento del empleo, una meta que han defendido las administraciones estatal y autonómica en las negociaciones con la compañía. Además, con las “multimillonarias” inversiones se abrirán nuevas líneas de futuro en ámbitos como la investigación y desarrollo (I+D), y la sostenibilidad.

Sin pérdida de peso

La necesaria descarbonización no se hará a costa de pérdida de empleo ni de relevancia de las factorías de Asturias en el conjunto instalaciones de ArcelorMittal en Europa. En las fábricas de Avilés y Gijón se llevan a cabo actualmente todas las fases del proceso siderúrgico, desde la preparación de las materias primas (en las baterías de coque y en los sinter donde se trata el mineral de hierro) a la fabricación de productos semielaborados y finales como bobinas de acero, raíles, chapa gruesa, hojalata, alambrón o galvanizado.

Fuentes de la compañía habían destacado que con el mantenimiento de las actuales instalaciones no sería posible cumplir los objetivos de descarbonización que exige la Unión Europea y los que se ha autoimpuesto la multinacional siderúrgica, que de momento pasan por rebajar las emisiones un 30% en 2030 y alcanzar la neutralidad en 2050. La mayor parte de las emisiones se localizan en la cabecera siderúrgica: en los dos hornos altos de Gijón. Uno de ellos, el “B”, se reformó en 2019 y este año se introdujeron mejoras para reducir sus emisiones. En concreto se aplicó una tecnología de hidrógeno “gris” (no renovable) consistente en el aprovechamiento de los gases residuales de las batería de coque . El otro horno alto, el “A”, está al borde de agotar su vida útil y desde la multinacional se ha destacado que ninguna compañía se está planteando reformar hornos altos en esas condiciones porque la inversión no sería amortizable con las metas de descarbonización fijadas.

En ese escenario, la ampliación de la vida útil del horno alto “A” –que finaliza en 2024 y que requeriría de una inversión de más de 50 millones de euros que incluiría la sustitución de refractarios y conducciones– queda descartada y las alternativas que figuran en la hoja de ruta de ArcelorMittal pasan por invertir en tecnologías que permitan fabricar acero ecológico, neutro en carbono, para poder llevar la etiqueta “XCarb”, certificado que ha lanzado la multinacional para distinguir su acero verde en el competitivo mercado de los materiales.

Sector clave

La “multimillonaria” inversión que abordará ArcelorMittal con el apoyo de los administraciones estatal y regional, y con el respaldo de fondos europeos, despejará el futuro de las plantas asturianas para la próxima generación. Así se anunciará en acto que se celebrará el próximo día 13. La inversión atajará las emisiones directas de CO2 y hará más efectivo, de cara a la lucha contra el cambio climático, el despliegue de las renovables y de la movilidad eléctrica. Hay que tener en cuenta que los grandes aerogeneradores –terrestres y marinos– y los parques solares se construyen principalmente con acero y que para abordar el cambio de los vehículos de combustión a los eléctricos también será necesario un alto consumo de acero. Si esa demanda se cubre con plantas siderúrgicas con altas emisiones se resta efectividad a la transición energética.

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