ArcelorMittal va elevar su meta de reducción de emisiones de CO2 en Europa y la inversión multimillonaria que anunciará la próxima semana la compañía para descarbonizar la cabecera sederúrgica asturiana será clave para alcanzarla.

En consonancia con los objetivos fijados en el Acuerdo de París, ArcelorMittal anunció en 2020 el compromiso de alcanzar una huella de carbono neutra en el conjunto del grupo en el horizonte de 2050 y, como meta intermedia, una reducción de las emisiones del 30% en 2030. Sin embargo, a la vista de los acuerdos alcanzados en la Unión Europea que elevan el recorte de emisiones para 2030 hasta el 55%, ArcelorMittal incrementará su ambición. La multinacional anunciará en próximas fechas su nuevo objetivo global de reducción de CO2, pero en las reuniones que se han mantenido en las últimas semanas entre la dirección de la empresa y los representantes de los trabajadores ya se apuntó que, al menos para Europa, la nueva meta podría situarse en el 55%. Esa mayor ambición ha sido un factor determinante para que ArcelorMittal haya decidido acometer en Asturias una inversión multimillonaria que “transformará” la cabecera siderúrgia, donde se concentran el grueso de las emisiones de gases de efecto invernadero por la utilización de combustibles fósiles en los hornos altos. Los detalles de la inversión los presentará la dirección de la compañía la próxima semana con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la ministra de Industria, Reyes Maroto. El recorte de las emisiones en Asturias será clave para alcanzar los nuevos objetivos en Europa.

Según el Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero de 2020 elaborado por el Ministero para la Transición Ecológica, durante el pasado año las emisiones en la producción de acero en España se redujeron un 20,8%, aunque hay que tener en cuenta que la producción se redujo por la efectos de la pandemia.