Urge la descarbonización en la siderurgia. ArcelorMittal ya está elaborando los proyectos de las dos nuevas instalaciones verdes de Gijón que anunció el pasado martes y con las que recortará a la mitad sus emisiones de CO2. La nueva planta de reducción directa de mineral (DRI en sus siglas en inglés) mediante hidrógeno verde, que sustituirá al actual horno alto “A” y al sinter “B”, se ubicará junto a la actual acería de Veriña y en ella se instalará el nuevo horno de arco eléctrico híbrido, que se alimentará con chatarra y los prereducidos de hierro elaborados en la planta de DRI y utilizará energía renovable. Parte de las actuales instalaciones de la acería, como es el caso de las coladas continuas, se mantendrán.
Los planes de la multinacional siderúrgica apuntan a 2024 como fecha para tener disponibles las dos nuevas plantas verdes. El actual horno alto “A” de Gijón agota en esas fechas su vida útil y la compañía descarta ampliarla. Quiere que la puesta en marcha de la nueva ruta de producción de acero verde se solape con el cierre de una de las dos rutas de fabricación con horno alto en Asturias (quedará en servicio el horno alto “B” para abastecer de arrabio a la acería de Avilés). No habrá interrupciones en la producción en Gijón, donde su actual acería abastece a los dos talleres de productos largos, el de carril y el de alambrón (en Gijón hay un tercer taller, el de chapa gruesa, que se nutre de los planchones fabricados en Avilés).
La cúpula de Arcelor, encabezada por Laskhmi y Aditya Mittal, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaron el pasado martes una inversión de 1.000 millones apoyada por fondos europeos que incluye para la factoría de Gijón esas dos nuevas plantas que sustituyen al sinter “B”, donde se prepara el mineral de hierro, y al horno alto “A”, donde se fabrica el arrabio utilizando carbón de coque que genera altas emisiones de CO2.
Planta DRI. De nueva construcción, se ubicará junto a la actual acería de Veriña. En Europa sólo existe una planta de reducción directa de mineral de hierro de estas características. Es la de ArcelorMittal Hamburgo, en Alemania. Para la reducción del mineral se utilizará hidrógeno verde, generado a partir de energía solar en plantas de electrólisis externas (Arcelor negocia el suministro con el consorcio europeo HyDeal Ambition, en el que participan Enagás y Naturgy). No obstante, será difícil que antes de 2025 haya suministro de hidrógeno a escala industrial, por lo que la planta también estará preparada para usar gas natural y gases residuales de las actuales baterías de coque de Gijón para reducir el mineral. Tendrá capacidad para producir al año 2,3 millones de toneladas de prereducidos de hierro y un millón serán transportadas a la acería compacta de Sestao, en Vizcaya. El resto lo consumirá el nuevo horno de arco eléctrico de Gijón, que también utilizará chatarra como materia prima.
El horno de arco eléctrico. Se ubicará en las instalaciones de la acería de Veriña y sustituirá a sus dos actuales convertidores. El proyecto señala que se trata de una “remodelación” de la acería porque parte de sus equipamientos se mantendrán. Es el caso de las instalaciones de colada continua, que habían sido renovadas en 2006. En ellas el acero líquido se transforma en productos semiterminados sólidos (palanquilla que luego se utiliza en el tren de alambrón y blooms que luego se usan en el tren de carril). Al tratarse de una remodelación de la acería, los costes se reducen. La inversión será de 130 millones de euros. El horno de arco eléctrico tendrá una capacidad de 1,1 millones de toneladas y estará alimentado por energía con certificado de procedencia renovable. Con ello la producción será de acero verde.
