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Arcelor “mira al futuro con optimismo” y pide a la UE que frene ya la llegada de “acero sucio”

La empresa aporta 3.767 millones a la economía española | “Tenemos un reto apasionante”, dice Arias sobre los proyectos de descarbonización

Uno de los dos hornos altos de Arcelor en Gijón. | Juan Plaza

“Debemos mirar al futuro con optimismo, tenemos por delante un reto apasionante”. Así valora el presidente de ArcelorMittal en España, el asturiano José Manuel Arias, los planes de la siderúrgica para descarbonizar su producción en Asturias y que incluyen la construcción en Gijón de una nueva planta de la reducción directa del mineral de hierro con hidrógeno (DRI) con hidrógeno verde y una acería eléctrica, lo que le permitirá reducir sus emisiones contaminantes a la mitad a medio plazo.

A través de un mensaje firmado en el informe sobre la sostenibilidad de las plantas españolas que la multinacional divulgo ayer, el directivo, que hasta ahora había guardado silencio sobre los planes de su compañía, asegura que “la industria siderúrgica puede contribuir de manera crucial a la lucha contra el cambio climático”. “Creemos con firmeza en el potencial del acero para contribuir a un futuro sostenible. Este proyecto (el que se va a desarrollar en Asturias) demuestra que se puede lograr”, añade.

En su informe, Arcelor saca pecho de los logros en descarbonización que ha ido alcanzando estos últimos años. Por ejemplo, asegura que en España ya ha conseguido reducir su huella de carbono (los gases que emite a la atmósfera tanto de forma directa como indirecta) un 26%, mientras que la emisión de partículas descendió un 19%. Más cifras. La siderúrgica presume que su programa de reciclaje de chatarra –materia prima esencial en el proceso siderúrgico– ha evitado la emisión a la atmósfera de 2,5 millones de toneladas de CO2. Y resalta que su generación de residuos también ha bajado de forma notable, un 26%.

Una última cifra. Relevante. En el informe Arcelor estima que la contribución de su actividad s la economía española (tanto de forma directa como indirecta) alcanza los 3.767 millones de euros, lo que equivale aproximadamente al 16% del Producto Interior Bruto (PIB) asturiano, que ronda los 24.000 millones. “Contribuimos sustancialmente a la riqueza del país, al desarrollo de nuestras comunidades y al mantenimiento de un importante tejido industrial”, asegura la multinacional.

Pero Arcelor no se olvida de las reivindicaciones. En un mensaje de la dirección incluido en el citado informe y que firman el propio José Manuel Arias y el consejero delegado de la compañía en el país, José María Izcúe, la multinacional asegura: “Seguimos afectados por la sobrecapacidad a nivel mundial y la ausencia de medidas energéticas y efectivas en Europa ante las exportaciones extracomunitarias”. Y eso que la Comisión Europea dio luz verde hace unos días al denominado ajuste en frontera, que pondrá barreras fiscales a la llegada de acero procedente de países en los que la legislación medioambiental es mucho más laxa. La medida está incluida dentro de un paquete de más amplio bautizado como “Fit for 55”. El problema es que este arancel no comenzará a funcionar hasta 2023, dentro de dos años. Hasta entonces, hay barra libre.

Los dos directivos aseguran en su mensaje que “el ajuste ambiental en frontera, una de las reivindicaciones de nuestro sector para poder hacer frente a las importaciones de acero de terceros países en los que no existen restricciones ambientales a los de los productores europeos, todavía queda lejos”. Unas líneas antes, Arias e Izcúe aseguran que “el nuevo sistema europeo de asignación de derechos de CO2, mucho más restrictivo que el anterior, supone un incremento de costes que va a terminar por afectar a nuestros resultados operativos”. Una cifra más. El grupo asegura que su inversión en investigación y desarrollo (I+D) ha rondado los 120 millones durante los últimos tres años, de ellos 32,2 se desembolsaron en 2020.

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