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Enrique Fernández Consejero de Industria y Empleo

“Defendemos a Asturias en Madrid hasta ser cansinos”

“Con Arcelor hubo negociaciones a todos los niveles; nos jugábamos mucho, era un punto de partido”

Enrique Fernández, en una terraza de la Consejería. | Miki López

Durante meses, Enrique Fernández Rodríguez (San Martín del Rey Aurelio, 1974), consejero de Industria y Empleo del Principado, no las tenía todas consigo. Pasaba el tiempo y la inversión de ArcelorMittal para sus plantas asturianas no llegaba. Hace unas semanas la incertidumbre se despejó, la multinacional invertirá mil millones en modernizar sus instalaciones. La industria regional respira aliviada. En las siguientes líneas, Fernández repasa el estado de salud de este importante sector, pilar maestro de la economía regional.

–¿Qué supone la inversión de Arcelor para Asturias?

–Es un anuncio transcendental, que garantiza la supervivencia de la siderurgia en Asturias y la relación a medio y largo plazo de la familia Mittal con nuestra región. Hay que renovarse o morir y aquellas actividades que no lo hagan corren un serio riesgo de desaparecer. Este es un proyecto tractor. Por su singularidad y por su relevancia tiene un efecto de arrastre. La economía asturiana depende de muchos sectores, pero hay ciertas empresas que son protagonistas, entre ellas Arcelor.

–¿Les preocupa que a medio plazo todo esto pueda acarrear una perdida de capacidad productiva y de empleo?

–Eso está por ver. Nuestra preocupación era que Arcelor no acometiese inversiones de renovación, porque sin ellas la siderurgia asturiana no tenía futuro. Este riesgo ha existido hasta el mismo momento en el que las inversiones se anunciaron. En la medida en que estas actuaciones no estaban confirmadas para nosotros era una fuente de intranquilidad. También ha sido una cuestión que nos ha llevado mucho tiempo de negociaciones continuas y discretas y que, además, se han mantenido a todos los niveles. Hemos tenido que utilizar la interlocución del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la ministra de Industria, Reyes Maroto, del presidente del Principado, Adrián Barbón, y la mía misma en todos los niveles de la empresa. Afortunadamente las reuniones han dado sus frutos y es de agradecer el apoyo que hemos tenido por parte del Gobierno de España.

Asturias tiene que creerse ya que puede competir a nivel industrial contra cualquiera

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–La modernización de Arcelor consumirá, presumiblemente, muchos fondos europeos, ¿hay peligro de que no quede dinero para más proyectos?

–Los fondos europeos tienen que ser invertidos de forma eficaz, eficiente, ágil y en usos que nos aseguren sentar las bases de un nuevo modelo productivo al tiempo que, en el corto plazo, reactivamos la economía y nos permite salir de esta situación de pandemia y recuperar el terreno perdido. La inversión que anuncia Arcelor es un destino de libro para los fondos europeos, y a mi me preocuparía más no poder gastarlos. Nuestro objetivo es maximizar el volumen de fondos y poder invertirlos en esa transformación del modelo productivo que, además, siente unas bases sólidas de futuro en nuestra economía. A día de hoy vamos por buen camino porque los proyectos que estamos recibiendo tienen calidad.

–¿Cuáles son esos proyectos?

–Lo que estamos encontrando son muchas empresas que se están fijando en Asturias como destino de sus proyectos para fondos europeos poniendo en valor algo que siempre hemos dicho que tiene la región, un ecosistema industrial consolidado.

–¿Cuántos proyectos tienen listos para presentar a Bruselas?

–Las cifras están sujetas a una evolución continua. Lo que estamos recibiendo son propuestas que, en algunos casos, están pidiendo porcentajes de cofinanciación del 80%, y ya podemos prever que los porcentajes de cofinanciación no van a ser tan elevados. Aún así, la Oficina de Proyectos Europeos trabaja con 165 iniciativas que son susceptibles de movilizar 6.500 millones. Tenemos proyectos de energías renovables, de almacenamiento, de energía, de hidrógeno, de economía circular, de eficiencia energética, movilidad… Son proyectos ambiciosos, de futuro y que se nos hacen llegar de forma confidencial.

–Hay comunidades, como el País Vasco, que van a impulsar proyectos públicos, ¿ocurrirá aquí?

–Nuestro paradigma de proyecto público será la Zalia, es un área única, singular y es un espacio de oportunidad apetecible para proyectos muy relevantes, y queremos acelerar al máximo con fondos europeos su puesta en marcha.

–¿Hay una emergencia industrial en Asturias como dicen los sindicatos?

–La preocupación por la industria la tenemos todos. Pero en esa visión que tenemos sobre la situación industrial hay un hecho determinante que es el anuncio de Arcelor, la empresa es, según algunas estimaciones, el 30% del sector. Haber despejado esa incógnita nos pone en una situación de menos riesgo. Hace seis meses cuando esa decisión no estaba tomada hice un llamamiento a la necesidad de ofrecerle a la empresa garantías de que Asturias es una buena región para sus apuestas de futuro. Desde Londres nos dijeron que se estaba mirando el mapa global para decidir en qué plantas se invertía y cuáles no. Nos jugábamos mucho. Estuvimos jugándonos un punto de partido con Arcelor y, por suerte, lo hemos ganado. Esta inversión más la llegada de Amazón, el contrato del 8x8 a Trubia y la Zalia nos tiene que poner en una posición psicológica diferente. Asturias tiene que creerse ya que puede competir a nivel industrial como destino de inversiones con cualquier lugar.

–Uno de los problemas de la industria es el precio de la luz ¿Qué propone para ponerle solución?

–El coste de la luz es un problema y gordo para un porcentaje importante de nuestra industria. Más en concreto, para las grandes empresas tractoras de nuestra economía, Azsa, Arcelor, Alcoa y las cementeras. El estatuto del consumidor electrointensivo es un documento que era necesario, pero que está mal calibrado para las necesidades de Asturias. Se tendría que haber reconocido la figura de un consumidor altamente electrointensivo con una mayor potencia de ayudas. Vemos la solución en dos campos, en el despliegue de las renovables que va a suponer una bajada en los precios. Pero ese despliegue se va a realizar a partir de 2024, para ese año el diferencial con el resto de países europeos lo tenemos resuelto. Pero hay que llegar hasta ahí, y no queremos que caiga ninguna empresa. Por eso estamos pidiendo unos marcos temporales claros de apoyo a estas empresas. Lo que no quiere decir subvencionarlas. Hay que plantear temas como que durante esos años las compensaciones del CO2 lleguen al máximo. Ahora parece que el Gobierno de España está reaccionando, pero esto es algo que tiene que ser más estable. 

Alcoa es la única que puede buscar una solución rápida a la planta asturiana

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–¿Y por qué no se hace así?

–Somos el Gobierno de Asturias y reivindicamos con todas nuestras fuerzas las necesidades de Asturias, pero lo hacemos frente a otras 17 comunidades en las que los intereses no tienen porqué coincidir con los nuestros. Estamos defendiendo las necesidades de Asturias en Madrid hasta la extenuación, hasta el punto de resultar cansinos. Ahora, obviamente, nosotros tenemos el BOPA, no el BOE.

–¿Le parecen justas las críticas a la ministra Teresa Ribera?

–Puedo decir que ni la ministra Ribera ni su equipo se han olvidado nunca de Asturias, están trabajando para buscar vías para que la transición sea justa con la región. Y confío en que ese trabajo se vaya viendo pronto.

–¿Qué posibilidades tiene Asturias en el desarrollo del hidrógeno verde?

–Todas las regiones quieren tener hidrógeno, pero no todas tienen el mismo potencial para desarrollar hidrógeno. Y eso no pasa solo por desarrollar la tecnología, también hay que tener empresas que lo consuman y generen esa demanda. Y aquí las hay.

–¿Hay posibilidades de reconducir la crisis de Alu Ibérica (antigua Alcoa)?

–Nos preocupa la situación de la planta de Gozón-Avilés, por las familias y por el mantenimiento de las capacidades industriales ligadas al aluminio. La situación de la planta, como la de La Coruña, está judicializada y el nombramiento de un administrador judicial será un paso previo a que se puedan recibir ofertas de potenciales inversores. En todo esto que ha ocurrido hay un único culpable que es Alcoa, que quería cesar la actividad y la competencia. Incluso a día de hoy, si se quiere buscar una solución rápida, la única parte que puede hacerlo es Alcoa.

–¿La entrada de la SEPI en la compañía es inviable?

–A día hoy nos dicen que es inviable por culpa del proceso judicial.

–Donde sí que ha entrado la SEPI es en Duro Felguera, ¿cómo ve la nueva etapa de la ingeniería?

–Una de las primeras cuestiones que como consejero me llegan a la mesa es la situación muy crítica de Duro. Es cuando digo que el Principado va a colaborar con la empresa en buscar un inversor. Lo hice porque nos llegó que en una reunión del consejo de administración se iba a declarar la quiebra. Solucionar el conflicto que tenían en Australia supuso un balón de oxígeno. Ahora, el nuevo presidente tiene el apoyo de la SEPI y del Gobierno del Principado.

–Vuelve a haber dificultades en Graham Corporate (la antigua Vauste), ¿cómo está ese conflicto?

–Teníamos un contacto muy estrecho con la anterior dirección que ha puesto toda la carne en el asador intentando buscar nuevas líneas de negocio. Por movimientos internos que algún día explicarán, si quieren, lo que se nos traslada es que hay un cambio súbito en la dirección y la nueva nos dice que las perspectivas de negocio que se nos habían trasladado no son posibles y que van a un proceso concursal. Volvemos a estar en una incertidumbre y tenemos sobre la mesa de operaciones a Graham con el ánimo de poder consolidar alguna de las líneas de producción que tiene. Tenemos que confiar en que en manos de un inversor podamos ver un resurgir.

–¿Qué pasa con los proyectos para sustituir las térmicas de Soto de Ribera y Lada?

–Nos hubiera gustado que todas las empresas hubieran presentado planes como ha hecho EDP. Ha sido el ejemplo de cómo plantearse una transición. En Tineo, Naturgy está planteando usos alternativos ligados con el sector turístico que necesitan madurar. Y en Lada nos hemos encontrado con cuestiones urbanísticas sobre las que hay que actuar, como que la zona donde estaba la térmica es inundable. Hay pequeños desarrollos de empresas que pueden generar cifras de 10 o 15 empleos que nos parecen insuficientes y algún proyecto que pudiera ser interesante que estamos tratando con cuidado y madurando. Pero nos hace falta que Iberdrola sea más ágil porque estamos trabajando a contrarreloj.

–Están desarrollando unas nuevas directrices para el despliegue de la energía eólica, ¿cómo va este asunto?

–Es un proceso lento, tedioso que va a consumir meses, pero no estamos huérfanos, están vigentes las de 2008. Las que están en vigor y las nuevas mantienen una preservación de los espacios naturales y de zonas de exclusión. Bajo ningún concepto se van a permitir desarrollos eólicos en zonas protegidas. Todo proyecto eólico es bienvenido, va en sintonía con un futuro con energía renovable, limpia. Dicho lo cual, ha saltado la alarma y lamentamos que haya cierta “eolicofobia” consecuencia de que en el ministerio lo que hacen es admitir todos proyectos de más de 50 megavatios en esta fase inicial, para luego remitirlo a las comunidades autónomas.

–¿Cómo van las cifras de empleo?

–Estamos gratamente sorprendidos por la intensidad en la reducción del desempleo, no por la tendencia. Ya bajamos de los 67.000 parados. Pero estamos poniendo las largas, queremos anticipar lo que pasará en septiembre y poniendo diferentes iniciativas para ayudar esa reactivación para fomentar la contratación.

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