El presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Marc Puig, reclama al Gobierno que «permita crear empleo de calidad» y «que no se pongan condiciones peores que las de los países vecinos» con los que compite España. En el discurso de apertura del 24º. Congreso Nacional de la Empresa Familiar en Pamplona, presidido por el rey Felipe VI –quien defendió «la gran importancia» de la colaboración público-privada ante los nuevos fondos europeos, tras recibir una prolongada ovación de los empresarios–, el presidente del IEF reivindicó el rol de la empresa familiar, en especial durante la crisis provocada por la pandemia.

Por su parte, la ministra de Industria, Reyes Maroto, que participó en la inauguración del congreso, reconoció «el importante compromiso de las empresas familiares con las generaciones futuras» y el apoyo de estas compañías en la lucha contra la pandemia, que agradeció. Maroto desgranó las medidas del Gobierno para paliar los efectos de la crisis. Gracias a ello, dijo, «hoy» España avanza «hacia una recuperación económica sólida» que debe ser justa. Y defendió la colaboración público-privada y un pacto por la industria y la elaboración de la política industrial en 2030.

Por su parte, Puig, ante un auditorio de unos 500 empresarios y directivos inscritos, destacó que el horizonte temporal de este tipo de compañías es la próxima generación y la vinculación con los lugares en los que fueron fundadas. La empresa familiar «tiene que generar beneficios», pero, sentenció, hay que tener «siempre presente el impacto» que la labor de estas empresas «tiene en todos los grupos de interés», y no solo en sus accionistas.

Y puso como ejemplo la lucha de este tipo de empresas contra la crisis del coronavirus. «Hemos sido las empresas, también las que hemos dado un paso al frente para responder a esta situación sin precedentes», explicó. Citó como ejemplo el proyecto titulado “Damos la cara”, que refleja «el esfuerzo y las iniciativas de muchas empresas familiares para responder a esta pandemia».

Delegación asturiana. Los miembros de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar que acudieron al congreso de ayer: de izquierda a derecha, Carlos Díaz, Julia López, Inaciu Iglesias, Eugenio Cárcaba, Sofía Duque de Estrada, Yolanda Llano, Sonia Fiestas, Ana María Rubio, José María Salazar, Teresa Rodríguez y Luis Mochales.

Puig defendió que hay que ponerse al frente del combate contra la crisis climática, la igualdad de géneros y la diversidad y el capitalismo inclusivo. El presidente del IEF recordó que el lema del congreso es “Trabajamos por una sociedad mejor”. De hecho, las jornadas, que duran hasta hoy, tuvieron el domingo como pistoletazo de salida la firma de una declaración institucional del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y las 18 asociaciones territoriales vinculadas al mismo en favor de la sostenibilidad empresarial, social y medioambiental.

El Rey reconoció que las empresas familiares tienen interiorizado que, además de tener beneficios, sus actuaciones «trascienden en una transformación positiva de la sociedad». Al igual que la ministra de Industria, Felipe VI reiteró el agradecimiento a las empresas familiares por el esfuerzo realizado durante la pandemia y destacó su papel como generadoras de proyectos y su «componente personal y emocional, que, en muchas ocasiones, facilita la labor de transformación social».

El Monarca subrayó que «ahí donde hay empresas familiares comprometidas, hay futuro». Y valoró el compromiso de estas compañías con la sostenibilidad, «la piedra angular sobre la que construir una sociedad mejor». En la sesión de ayer también participó la presidenta de Navarra, María Chivite. Las empresas familiares suponen alrededor del 60% del producto interior bruto (PIB) y el 70% del empleo.

Durante la jornada, se entregó el nuevo premio “Semillas”: reconocimiento a la trayectoria, a María Guasch, viuda de Mariano Puig, fallecido este año y uno de los promotores y presidente del IEF, que en la actualidad encabeza su hijo, Marc Puig; también recogieron el galardón Fernando Rodés, por el reconocimiento a su padre, Leopoldo Rodés; Pablo Lara, por su padre, José Manuel Lara Bosch, y Rafael del Pino, que agradeció el premio a su padre, del mismo nombre, a través de un vídeo.

Solo el 35% de firmas prevé aumentar plantilla


Las empresas familiares dan a la situación económica una valoración de 4,95 en un a escala de 0 a 9; frente al 4,1% de un año atrás. Así se desprende de la encuesta interactiva realizada entre los 500 empresarios asistentes al 24º. Congreso Nacional de la Empresa Familiar en Pamplona. 2017 fue el año en el que se alcanzó la valoración más elevada, con 6,22, para luego descender en 2018, 2019 y 2020.Según se desprende de las respuestas, apenas el 35% tiene previsto incrementar sus plantillas, mientras que el 58% estima que mantendrá los efectivos con los que cuenta en la actualidad y solo el 7% espera reducirlo. Casi el 60% (58%) afirman que el mayor riesgo actual para el crecimiento es la inflación y la falta de suministros. Y ante posibles aumentos fiscales, casi dos tercios de los encuestados afirman que un alza del marco tributario de la sucesión de la empresa familiar supondría “descapitalización y su consiguiente paralización en el crecimiento y la creación de empleo”.