El presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Marc Puig, ofreció ayer a los poderes públicos «una alianza» para la recuperación y evitar poner «trabas» al crecimiento durante el discurso de cierre del 24º congreso nacional de la empresa familiar, celebrado en Pamplona. Puig lamentó que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, finalmente no asistiera a la clausura: «Me hubiera gustado que lo hiciera para compartir con él nuestra labor», afirmó y recordó la tarea «silenciosa pero eficaz» de estas compañías. Al discurso de Puig le siguió una atronadora y prolongada ovación del auditorio.

Siguiendo la línea de su discurso inaugural del lunes, en el que pidió que las empresas españolas «sigan contando con las mismas condiciones que las del resto de países europeos», exigió que no se modifique un marco fiscal que tienen «prácticamente todos los estados de la Unión, que trata de forma distinta aquellos elementos patrimoniales afectos a actividades empresariales del resto».

A la vez que ofreció colaboración para un sistema tributario para reducir la economía sumergida o la optimización del gasto público, Puig pidió que no se caiga en la tentación «de destruir las estructuras empresariales para responder a urgencias coyunturales», como la necesidad de recaudar más. «Se trata, en esencia, de no penalizar la tenencia de aquellos bienes que se dedican a generar prosperidad y trabajo, de no hacer nuestras empresas menos competitivas que nuestras homólogas europeas y de no gravar la transmisión de esos bienes para evitar desmantelar empresas en funcionamiento. Nuestro modelo económico depende en buena medida de que nuestro modelo vigente no se deteriore», sentenció.

Igualdad de condiciones

Agregó que para superar los retos se precisa «mayor productividad y poder competir en igualdad de condiciones con empresas de otros países». Y para ello es fundamental el crecimiento, ya que «está demostrado que a tamaño similar en comparación con otros países europeos, nuestras empresas son perfectamente competitivas».

También criticó la «filosofía falaz que alaba a la pequeña empresa para criticar a la grande». Y añadió que «solo desde una masa crítica suficiente pueden abordarse los enormes esfuerzos de innovación tecnológica y transformación de los modelos de negocio que requiere esa sociedad mejor por la que todos trabajamos. En esta línea ha insistido en una alianza con los poderes públicos «para posibilitar que las empresas crezcan».

Puig añadió: «El IEF siempre estará dispuesto a la colaboración, pero que nadie cuente con nosotros para poner trabas a las aspiraciones legítimas de nuestras empresas de seguir progresando».