La planta regasificadora de El Musel, que acabó de construirse en 2012 tras una inversión de 382 millones de euros, sigue sin fecha de puesta en marcha a pesar de que el resto de plantas españolas estarán este mes al máximo de capacidad para garantizar el abastecimiento de gas. El cierre del gasoducto Europa-Magreb, que enviaba gas desde Argelia hasta España a través de Marruecos; la clausura de la mayor parte de las centrales térmicas de carbón de España en los dos últimos años –incluidas las asturianas de Lada, Soto de la Barca y Aboño I–, y la llegada del frío tensionan el suministro de gas al tiempo que la regasificadora de Gijón sigue en hibernación.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, aseguró ayer que España está blindada contra un posible desabastecimiento de gas tras el cierre del gasoducto Europa-Magreb. Ribera aseguró que España cuenta con reservas para entre 40 y 43 días y que el gasoducto Medgaz, que conecta directamente a España y Argelia, incrementará su capacidad de bombeo. No obstante, la ministra reconoció que será necesario aumentar los envíos de gas que llegan por barco entre el 2 y el 11% y eso supone incrementar la actividad de las plantas regasificadoras, donde descargan los buques metaneros. Según Enagás, el operador de sistema gasista nacional, para este mes de noviembre se ha contratado el 100% de la capacidad ofertada en las plantas de regasificación de España, el máximo posible, dejando solo el 5% que marca la legislación para la oferta y contratación diaria. La capacidad contratada en los tanques de gas natural licuado (GNL) para noviembre es del 95% y contrasta con el 57% que había en el mismo mes el pasado año. Además, en cuanto a los slots para la descarga de buques en las plantas españolas para este invierno –periodo que va de noviembre a marzo– ya hay adjudicados 136 frente a los 86 slots del pasado invierno.
Las cifras de reservas de slots y capacidad ponen de relieve la intensa actividad de las plantas regasificadoras de España, que contrasta con la inactividad de la instalación de El Musel. La planta gijonesa, propiedad de Enagás, está concluida desde noviembre de 2012 y está sin estrenar porque el Gobierno de Mariano Rajoy decidió que quedara en hibernación ante la caída de demanda de gas por la anterior gran crisis y para evitar que se hinchara el déficit en el sistema. Posteriormente, una sentencia del Tribunal Supremo tumbó la autorización administrativa de la planta de El Musel al no cumplir la distancia mínima de dos kilómetros a un núcleo habitado.
La tramitación de la regasificadora de El Musel tuvo que reiniciarse y de momento el Ministerio para la Transición Ecológica aún no ha otorgado la nueva autorización administrativa. Aún quedan trámites después de que el pasado mayo se formulara la declaración de impacto ambiental. La declaración se hizo tanto para la inyección de gas regasificado a la red nacional como para la descarga, almacenamiento y reembarque de gas natural licuado a otros puertos. De momento la apertura de la regasificadora de Gijón sigue sin fecha, aunque desde Enagás ya se apuntó el pasado mayo que no sería posible este año. Pese a las necesidades actuales, no se han producido novedades en la tramitación.
