Las grandes eléctricas redoblan su ofensiva para negar estar beneficiándose de las subidas del precio de la electricidad y, muy al contrario, subrayan que la espiral de alzas que vive el sector suponen un golpe en sus cuentas y lastran su beneficio. Frente a las críticas de estar recibiendo beneficios caídos del cielo por la tensión en los mercados, Endesa e Iberdrola contraponen las caídas de beneficios registrados en lo que va de año, según publica El Periódico de España.

Iberdrola anunció la semana pasada un beneficio neto de 2.408 millones de euros entre enero y septiembre, con una caída del 10,2%, y Endesa publicó este miércoles sus resultados semestrales con unas ganancias de 1.459 millones, con descenso del 3,4% (del 14% en términos del resultado ordinario).

En ambos casos, las compañías vincularon directamente los descensos de sus resultados con los altos precios de la electricidad provocados por el encarecimiento del gas y de los derechos de emisión de CO2. “Estos resultados son especialmente significativos en la actual coyuntura, que no beneficia a la estrategia de la compañía ni a su cuenta de resultados”, advertía abiertamente Endesa.

Ambas compañías empezaron a enviar hace semanas cartas a sus grandes clientes para transmitirles la necesidad de revisar las condiciones de sus contratos de suministro (o directamente de rescindirlos si no aceptaban los cambios). Unos cambios que las eléctricas vinculaban con los altos precios de los mercados y con la reforma aprobada por el Gobierno y que inicialmente iba a provocar una reducción milmillonaria en los ingresos de ambos grupos (posteriormente el Ejecutivo ha modificado la normativa y las compañías se librarán de los recortes).

Sin embargo, ambas eléctricas han destacado en sus respectivas presentaciones de resultados trimestrales que han mantenido los precios a sus clientes con contratos a largo plazo durante todo el año y cifran el ahorro generado a los consumidores en 5.300 millones de euros en relación en lo que habrían pagado si sus contratos hubiesen estado vinculados a la evolución del mercado mayorista (3.300 millones en el caso de Endesa y más de 2.000 millones para Iberdrola).

“En el caso de Endesa, toda la generación propia de base, procedente de la energía hidroeléctrica, nuclear y de las renovables no reguladas, está vendida de antemano para cubrir los contratos de precio fijo con clientes industriales y residenciales a precios muy inferiores a los que marca actualmente el pool.”, recogía la compañía controlada por la italiana Enel. “En este sentido, el 100% de la producción propia de base de 2021 se ha cubierto ya con ventas a plazo, un porcentaje que alcanza el 88% para 2022 a cierre de septiembre”.

La calma tras el choque

Las grandes eléctricas han mantenido un pulso con el Gobierno a cuenta de las medidas adoptadas para amortiguar el impacto en el recibo de luz del encarecimiento de la electricidad. Las compañías han cambiado el discurso totalmente, y tras el enfrentamiento vuelven a apostar por la cordialidad y el diálogo ahora que las modificaciones aprobadas por el Ejecutivo a su anterior reforma les librará de los recortes millonarios que iban a tener que afrontar.

“Somos conscientes de las dificultades a las que se enfrentan muchos hogares y clientes industriales debido a los altos costes energéticos. Y por ello estamos abiertos al diálogo con la Administración para encontrar las soluciones más eficientes para este contexto coyuntural”, señaló el consejero delegado de Endesa, José Bogas, durante la presentación de resultados a inversores. "Todo el mundo se puede equivocar por falta de información y rectificar es de sabios", llegó a indicar en un comunicado Iberdrola, que durante semanas denunció la "inseguridad jurídica" en España y paró algunos proyectos, pero ahora confirma que continuará con todas sus inversiones en el país.

El Gobierno cifró inicialmente en 2.600 millones en seis meses el importe total de lo que tendrían que devolver las eléctricas por los beneficios extraordinarios obtenidos en plena espiral de subidas de precio. Las compañías energéticas, en cambio, sostenían que los recortes iban a ascender a más de 5.500 millones de euros por el precio disparado del gas y de la electricidad. Tras los cambios normativos, ni Gobierno ni compañías ofrecen formalmente cifras sobre cuál es ahora la cifra estimada, pero desde el sector se augura que el impacto será muy próximo a cero.

Tras la reforma de la reforma del Gobierno, las compañías podrán sortear los recortes en sus ingresos si demuestran -mostrando sus contratos- que venden la electricidad que producen con nucleares, hidroeléctricas y algunas renovables a precios estables y muy inferiores a los actuales niveles desorbitados del mercado mayorista de la electricidad. Y en las últimas semanas Iberdrola y Endesa, las más afectadas por la regulación, han venido sosteniendo que toda su producción en España está vendida a plazo y a precios fijos.

La exención de los recortes se aplicaría tanto a los contratos a largo plazo y con precios fijos previos a la anterior reforma (aprobada el 14 de septiembre pasado) y también a los acuerdos que se amplíen o prorroguen con precios fijos y con vigencia de al menos un año. El Gobierno cree que con el nuevo decreto se incentiva a las compañías energéticas a mantener sin cambios los acuerdos con sus clientes industriales.

El Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera, claudicó y acabó incluyendo en la norma una de las grandes reclamaciones de las eléctricas: que también puedan quedar exentos de los recortes los contratos de venta entre empresas de su mismo grupo. Iberdrola y Endesa aseguran que toda o casi toda su producción eléctrica en España la venden a sus propias comercializadoras para suministrarla a los clientes finales y lo hacen a precios muy por debajo de los del mercado mayorista. Si el Ejecutivo hubiese dejado fuera de las exenciones a los contratos intragrupo, como inicialmente se pretendía, los recortes millonarios se habrían mantenido.