El tamaño del reto de la sostenibilidad del sistema de pensiones se agranda si se pone la lupa sobre regiones envejecidas como Asturias. Según las proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Principado tendrá entre 2022 y 2032 un incremento de más de 41.000 personas en edad de jubilación y un descenso de más de 77.000 personas en edad de trabajar y, con ello, de poder cotizar a la Seguridad Social. Ese periodo de tiempo de diez años es el que ha establecido el ministro José Luis Escrivá para intentar hinchar la hucha de las pensiones aumentando 0,5 puntos –una media de 10 euros al mes– las cotizaciones de los trabajadores para pagar las prestaciones a los jubilados del “baby boom”.
Según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Asturias tenía el pasado mes 368.117 cotizantes a la Seguridad Social y 300.357 pensiones. Teniendo en cuenta las proyecciones de población para la próxima década, será difícil que el número de cotizantes crezca demasiado pese a la recuperación económica. Lo que es seguro es que habrá más pensiones que sostener. Además, los nuevos jubilados cada vez generan derechos de pensión mayores (gracias a menudo a su más alta formación) y por regla general serán más longevos. Y a ello hay que añadir que la pensión media de los asturianos, por el peso de la industria, está entre las más altas del país. Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la pensión media en el Principado es de 1.219 euros al mes tras registrar un incremento del 1,88% durante el último año. Sólo País Vasco tiene una pensión media más alta, de 1.287 euros, mientras que la media nacional es de 1.037 euros. La pensión de los asturianos equivale al 117,55% de la media española.
Pensiones altas, caída de población en edad de trabajar y aumento de personas que entran en jubilación. Asturias es el ejemplo del desequilibrio que intenta corregirse a nivel estatal con la reforma del sistema de pensiones.
La última propuesta del Ministerio de Inclusión en la mesa de diálogo social es aumentar temporalmente hasta 2032 las cotizaciones sociales para allegar más recursos para las pensiones. Una medida que ya ha alarmado y preocupado a los socios de gobierno de Unidas Podemos. Aunque en la formación morada evitaron ayer un enfrentamiento abierto, la iniciativa, que obligaría a empresas y trabajadores a pagar más a la Seguridad Social, ha generado malestar entre sus filas porque supondría una reducción de lo que cobran los trabajadores.
Dinero para la hucha
Escrivá pretende recaudar con ese mecanismo 26.000 millones de euros para engordar la hucha de las pensiones. Se incrementarían las cotizaciones a la Seguridad Social en 0,5 puntos que se traducirían en unos 10 euros al mes más en cuotas. Dando por supuesto que el número actual de cotizantes en Asturias se mantuviera constante, en la región se recaudarían durante los próximos diez años 441,74 millones de euros. Como referencia hay que tener en cuenta que en solo un mes el gasto en pensiones en Asturias supera con creces los 360 millones de euros.
Los sindicatos mayoritarios no ven mal la subida de cotizaciones, pero temen que la medida se acompañe de otras que sí provoquen una merma en las pensiones, lo que rechazan.
