Los planes de descarbonización de ArcelorMittal en Asturias afectan a los de EDP. La compañía energética tiene que adaptar su proyecto para transformar el grupo termoeléctrico de carbón Aboño 1 en una central de gas porque el cierre de uno de los altos hornos de Arcelor en Veriña supone un cambio importante en la disponibilidad de gases siderúrgicos.
El grupo 1 de Aboño, el más viejo de los dos de la central, utiliza actualmente como combustibles carbón y gases siderúrgicos excedentarios de ArcelorMittal. Dentro de sus planes de descarbonización, EDP proyectó transformar ese grupo en una central de gas que se alimentará de gases siderúrgicos y de gas natural. El plan estaba avanzado, pero ahora tiene que modificarse porque la disponibilidad de gases siderúrgicos será menor de la prevista debido a los planes de descarbonización de ArcelorMittal.
La compañía siderúrgica anunció el pasado julio que cerrará uno de los dos hornos altos de Veriña y que lo sustituirá por una planta de reducción directa de mineral de hierro (tecnología DRI) con hidrógeno verde (aunque inicialmente podría funcionar con gas natural y gases residuales) y un horno de arco eléctrico alimentado por energías renovables. ArcelorMittal prevé que esa nueva acería verde comience a funcionar en Gijón en 2025 tras una inversión de 1.000 millones de euros. A partir de ese momento, la compañía multinacional sólo tendrá activo un alto horno para abastecer de arrabio a la acería de Avilés.
Aprovechamiento de gases
Con el cierre de uno de los dos hornos altos se reducirán de forma drástica las emisiones de CO2, pero también la generación de gases siderúrgicos que pueden aprovecharse para la producción eléctrica. EDP los utiliza en la central de Aboño junto con carbón y su intención es seguir haciéndolo pero sustituyendo carbón por gas natural para rebajar las emisiones. Aboño 1 se convertirá en una central de gas, pero el cierre de uno de los hornos altos de ArcelorMittal reduce la disponibilidad de gases siderúrgicos y obliga a redimensionar y adaptar el proyecto.
A la espera de transformación, Aboño 1 sigue funcionando. La planta energética evita que los gases siderúrgicos de Arcelor se emitan a la atmósfera con la quema en antorcha –es un ejemplo de economía circular– y al mismo tiempo está a disposición del operador del sistema eléctrico para reforzar la garantía de suministro energético en el centro de Asturias, donde se concentran varias industrias electrointensivas. Pero con el funcionamiento de Aboño 1 también se mantiene la quema de carbón y con ello sus emisiones a la atmósfera en una central que tiene limitado su funcionamiento para cumplir con la normativa medioambiental.
En mayo de 2020, EDP presentó al Principado solicitud de autorización del régimen de funcionamiento del grupo 1 de Aboño y en ella se fijaba octubre de 2022 como fecha prevista para sustituir el carbón por gas. Ahora EDP ha tramitado la revisión de la autorización ambiental integrada y ya no incluye esa previsión. Plantea que Aboño 1 siga funcionando con el mix de combustible actual (carbón y gases siderúrgicos) durante un periodo de funcionamiento máximo de 500 horas al año y respetando una serie de valores máximos de emisiones.
El valle del hidrógeno
Pese al nuevo contexto, EDP no renuncia a la reconversión del grupo 1 en central de gas. Forma parte de su ambicioso plan de inversiones en tecnologías verdes para Aboño, que incluye también una planta de producción de hidrógeno renovable que se alimentará con energía solar –se prevé un parque fotovoltaico en el mismo complejo industrial– y eólica procedente de parques terrestres y flotantes marinos frente a la costa asturiana.
