El índice de precios de consumo (IPC) subió en Asturias en octubre el 5,2 % interanual, dos décimas menos que la media nacional (5,4%) y 1,3 puntos por encima de la tasa registrada en septiembre. Ha sido un alza provocada fundamentalmente por el encarecimiento de la electricidad, con una tasa interanual sin precedentes del 62,8% en el conjunto del país. Las citadas tasas de inflación – la mayor observada en 26 años en el caso de Asturias– erosionan el poder adquisitivo de salarios en vísperas de las campañas del Black Friday y de Navidades, en las que están puestas las esperanzas para impulsar el consumo; desgastan también los ahorros y encarecen la factura de las pensiones, cuya revalorización quedará vinculada al IPC medio del año en noviembre.
La mayor influencia en el repunte de la inflación ha sido del grupo de la vivienda, que se incrementó un 20,5 % anual por el aumento de los precios de la electricidad y, en menor medida, del gas y el gasóleo para calefacción. El apartado de calefacción, alumbrado y distribución de agua se disparó un 7,2% con respecto a septiembre, acumuló en los 10 primeros meses un alza del 36,3% y la tasa anual se situó en el 42%.
También ha influido en el aumento de la inflación de octubre el grupo del transporte, con un alza del 12,3 % consecuencia del encarecimiento de los precios de los carburantes y lubricantes para el transporte personal. Asturias es la undécima comunidad autónoma con la tasa interanual más alta en una clasificación liderada por Castilla-La Mancha (6,5%), Castilla y León (6,1%) y La Rioja (5,9%).
La inflación subyacente, la que excluye la energía y los alimentos no elaborados, alcanzó una tasa del 1,4%, y certificó la mayor diferencia con IPC general desde 1986. En todo caso, también marca una tendencia alcista desde el 0% al que llegó en abril pasado, lo que indicaría que el aumento de la energía se estaría trasladando a otros productos. En la cesta de la compra sobresale el encarecimiento del aceite, cuyo precio ha subido el 27% durante el último año en Asturias. Bajan en cambio las legumbres y hortalizas (–3,4%).
Uno de los riesgos de este impulso de la inflación son los efectos denominados de segunda ronda, mediante los que estas subidas las acaban trasladando las empresas a los productos y servicios para evitar perder márgenes. A su vez significa la posibilidad de que se registren presiones para subir los salarios, ya que los trabajadores pierden poder adquisitivo, con lo que se puede entrar en una espiral precios–salarios. La subida media en convenio se situó en octubre en el 1,5%, muy lejos de la tasa de inflación, aunque el número de los firmados en Asturias es por ahora muy limitado. Muchos convenios no prevén ya la actualización con respecto a los precios.
