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Arcelor desviará una parte de su producción en Sestao a Asturias

La multinacional vincula la reapertura de la acería vasca a los precios de la electricidad

Protesta de los trabajadores de Arcelor en Sestao, en una imagen de archivo.

A río revuelto en Sestao, ganancia de Asturias. ArcelorMittal parará a finales de este mes su planta de Vizcaya –conocida como la Acería Compacta de Bilbao (ACB)– debido a, entre otros factores, el elevado precio del coste energético, y parte de los pedidos que se dejen de hacer en Sestao se trasladarán a las plantas que la multinacional tiene en la región y que ya están funcionando al máximo de su capacidad. “A tope”, según la versión de los sindicatos.

La multinacional, además, no tiene fecha para reanudar la producción en la planta vasca. En un principio, Arcelor aprovechará el parón para realizar tareas de mantenimiento y remodelar una de las líneas de colada continua de esta instalación. Unas obras que estarán listas para enero. Sin embargo, la siderúrgica no garantiza que para ese mes la factoría vasca vuelva a reanudar su actividad.

Mientras dure el parón, las grandes beneficiadas serán las instalaciones asturianas hacia donde se derivará una parte de los pedidos que no se puedan hacer allí. “Cuando a uno del grupo le va mal, nos acabamos beneficiando los demás”, resumía gráficamente un representante sindical asturiano.

La compañía señala que la parada lleva tiempo programada, pero también matizó a los trabajadores vascos que su arranque está condicionado a los costes energéticos que ahora mismo están desbocados. También dependerá de la cartera de pedidos. La compañía tiene buenas perspectivas para los próximos meses, incluso maneja buenas perspectivas para el primer trimestre de 2022. Y a que los sindicatos pacten un nuevo “plan social”, que supondría la salida de la compañía de unos 70 trabajadores eventuales.

La acería vasca estaba produciendo unas 60.000 toneladas de acero mensuales, muy por debajo de su capacidad máxima

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Ahora mismo, la acería vasca estaba produciendo unas 60.000 toneladas de acero mensuales –muy por debajo de su capacidad–, aunque la aspiración de la multinacional es la de preparar esta instalación para que en 2023 esté fabricando a su máximo: 1,6 millones de toneladas al año. Por comparar, las instalaciones asturianas son capaces de producir cinco millones de toneladas anuales. Paradójicamente, pese a que el futuro a corto plazo de la acería de Sestao está cubierto de nubarrones, la compañía tiene grandes planes para esta instalación eléctrica. Pretende que sea la primera de sus plantas que no emita ni un solo gramo de CO2 a la atmósfera. Nada. De hecho, en varios foros públicos el consejero delegado de la multinacional, Aditya Mittal, ha presumido de este objetivo.

Arcelor presentó esta misma semana unos resultados de récord. En los primeros nueve meses del año la multinacional logró unos beneficios que rondan los 9.500 millones de euros.

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