El Gobierno ha reformulado su propuesta para atajar la temporalidad y ha trasladado a patronal y sindicatos un nuevo documento en el que establece que los contratos temporales por picos de producción no pueden durar más de tres meses y que cada empresa, según su tamaño, no podrá superar un tope. Con un mayor margen para la agricultura, dados los mayores porcentajes de eventualidad existentes. En la propuesta del Ejecutivo desaparece tal como estaba redactado el modelo de nuevos ERTE, que generó un rotundo rechazo tanto por la parte patronal como sindical; según afirman fuentes presentes en la reunión. La previsión es que mañana los ministerios les trasladen un nuevo redactado a este respecto. También ha introducido cambios en sus propuestas para reformular los contratos formativos, aunque mantiene sus postulados en relación a aquellos aspectos en liza de la negociación colectiva.

Las negociaciones avanzan y las partes van puliendo algunas de las medidas más complejas para atajar una de las eternas asignaturas pendientes del mercado laboral español: la excesiva temporalidad. Ahí el Gobierno -en su conjunto- flexibiliza la primera propuesta de Trabajo y crea una figura de contrato temporal por circunstancias de la producción que no podrá durar más de tres meses. Es decir, si una empresa tiene una necesidad temporal, puntual y acotada en el tiempo debido a una mayor actividad podrá contratar a una persona para durante un máximo de tres meses. Y dependiendo de lo grande o pequeña que sea la empresa, podrá contratar a más o menos gente por esta vía. En este sentido, la última propuesta del Ejecutivo aparca establecer un tope general del 15% de temporalidad para todos los sectores y se abre ahora a adaptarlo según el tamaño de empresa; según explican fuentes del diálogo social. Esta vía, junto a la de flexibilizar los topes por sectores, eran dos de las principales fórmulas que barajaba el Gobierno para seguir negociando sobre temporalidad. De la última propuesta se han caído dos elementos. Por un lado, ese tope común del 15% y, por el otro, el “Mecanismo RED”, el formato de nuevos ERTE que tan frontal rechazo generó entre los agentes sociales.