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Cuervo y Sobrinos lanza el modelo “Asturias” en homenaje a su fundador

La marca de relojería de lujo, ahora con sede en Suiza y creada por un praviano en La Habana, reivindica su origen en el Principado cuando está a punto de cumplir 140 años

Una de las cuatro versiones del nuevo modelo “Asturias” de la marca relojera Cuervo y Sobrinos.

La marca de relojería de lujo Cuervo y Sobrinos, fundada por asturianos en La Habana en 1882 y hoy con sede en Capolago (Suiza), lanzará desde mañana al mercado internacional un nuevo modelo, denominado “Asturias”, inspirado en diseños de los años 40 en Cuba y con el que la casa relojera rinde homenaje a sus fundadores y reivindica su origen asturiano.

El nuevo modelo (con cuatro versiones cromáticas) se inscribe en la colección “Historiador”, una gama de diseños clásicos inspirados en la historia y tradiciones cubanas. Se trata de una de las líneas de producto que –junto con las series “Robustos”, “Prominente”, “Espléndido” y “Torpedo”, que deben sus denominaciones a otras tantas vitolas tabaqueras cubanas– fabrica Cuervo y Sobrinos en el extremo sureste del lago de Lugano, en el cantón helvético de Ticino.

La prestigiosa marca relojera, que se encuadra en la gama alta del mercado (con precios que oscilan entre los 2.000 y los 7.000 euros), fue una creación de Ramón Fernández Cuervo, natural de Pravia, quien estableció una joyería en La Habana en 1862. Según la tradición de la emigración asturiana a América, Fernández Cuervo llamó a Cuba a algunos parientes, con los que en 1882 (el año próximo hará 140 años) fundó Cuervo y Sobrinos, que se erigió en una casa de gran prestigio en La Habana como joyería y relojería. Grandes fabricantes europeos, como Longines, Patek Philippe, Rolex y otros, incorporaron el nombre del establecimiento a algunos de sus modelos y la tienda se convirtió en referencia y lugar habitual de visita de la alta burguesía isleña y de figuras internacionales que pasaban por la isla.

Durante la década de 1920 (ya fallecido el fundador en 1907) Cuervo y Sobrinos abrió oficinas en París (Francia) y Pforzheim (Alemania), y en 1928 creó su propio taller de relojería en La Chaux-de-Fonds (Suiza).

La marca de relojería y de joyería, en manos de los sobrinos del impulsor, se mantuvo, según la publicidad de la casa, como el “reloj suizo con alma latina” y se comercializó bajo la divisa de que “el tiempo en La Habana tiene otro ritmo”. La dinastía asturiana realizaba los diseños en Cuba y la producción y montaje en el país helvético por su experiencia y tradición relojera. Otro asturiano, Ricardo A. Rivon Alonso, empleado del negocio desde 1904, se convirtió en socio en 1916 y en presidente en 1936. La propiedad asturiana se mantuvo hasta la revolución castrista en 1959. La marca dejó entonces de comercializarse hasta que, bajo nueva propiedad europea, se relanzó y reintrodujo en el mercado en 2002 con diseños inspirados en los modelos tradicionales adaptados al gusto contemporáneo. Hoy la marca se comercializa en varios países de Europa, EE UU, Japón, Rusia e Hispanoamérica.

El reloj “Asturias” (con versiones en azul agua, verde británico, rojo negroni y tabaco tropical) tiene esfera redonda, dial con apariencia ahumada y que transita de los tonos medios en el centro a otros profundos cerca del perímetro, agujas tipo Lozangé con índices aplicados en forma de bastón, una ventanilla rectangular para la fecha, segundero central, correa de cuero, diámetro de 40 milímetros, movimiento automático basado en el Peseaux 224 y masa oscilante decorada con acabado Côtes de Genève. Se sitúa en la gama más asequible de la marca (2.000 euros), un segmento de mercado que Cuervo y Sobrinos pretende potenciar. La pretensión es que el modelo “Asturias” entre en la colección como referencia permanente: no es, por consiguiente, una serie limitada pero sí numerada.

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