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Relevo en la mayor empresa de España

Inditex encara una nueva era más sostenible con Marta Ortega al frente

La hija del fundador del gigante textil sustituirá a Pablo Isla el 1 de abril, con Óscar García Maceiras, abogado del Estado, como consejero delegado y un nuevo comité de dirección

Pablo Isla, en una imagen tomada el pasado 12 de noviembre. | E. P.

El anuncio de relevo en Inditex, la mayor empresa de España, marca una línea a seguir en los métodos de transición de las empresas familiares. El gigante textil encumbra a la presidencia+ a Marta Ortega, hija del fundador, Amancio, y supone la salida de la empresa de Pablo Isla, que durante 17 años ha sido el artífice del diseño organizativo y estratégico del grupo. La futura Inditex se asentará sobre la base de una presidenta sensible a los asuntos relacionados con la sostenibilidad y la moda, y sitúa como consejero delegado ejecutivo a un técnico financiero con formación legal, Óscar García Maceiras. Crea también un nuevo comité de asesoramiento integrado por especialistas, actualmente responsables de las principales líneas de negocio. El anuncio causó una bajada en bolsa de Inditex del 6,10% hasta los 27,87 euros por acción, aunque la compañía minimizó la relevancia de ese varapalo.

Isla aseguró ayer que la transición se hace en el “momento oportuno” y que estaba prevista desde hace tiempo. Sin preanuncios, la pista principal de la inminencia del relevo se dio este pasado verano en una entrevista concedida de manera sorprendente por Marta Ortega a “The Wall Street Journal”. En ella, la hija del fundador aparecía ya como el arma secreta para el futuro de Inditex. Con sus 37 años, ya está dispuesta a ser el puente de unión entre la gestión diaria y la moda y el lujo que encarna Marta como musa del mundo empresarial español.

La mano derecha de Marta será un hombre discreto en los últimos años en la organización de la multinacional gallega. El hasta ahora secretario general y del consejo pasará a ser consejero delegado ejecutivo. Aseguran que tiene un perfil profesional y hasta personal muy similar al que tenía Pablo Isla cuando llegó a Inditex: abogado del Estado, experiencia profesional en el sector financiero y quizá menos aplomo en conocimiento de tendencias de moda que de organización de instituciones. Es ante todo un hombre ceñido a la ortodoxia empresarial, precisamente en aquello en lo que la hija del fundador de la empresa requiere más asesoramiento. Pero para completar ese equipo, el gestor del día a día requiere el apoyo de un nuevo instrumento, de un equipo, para lo que se ha creado un comité de dirección. Llama la atención que el anterior consejero delegado, Carlos Crespo González, pasa a centrarse en labores de su área, como director general de operaciones, transformación sostenible y digital, el centro del meollo actual para cualquier empresa de moda. Crespo también llegó avalado por su especial formación financiera, base sobre la que se sostiene Inditex.

Forman también parte de ese equipo consultor Pablo del Bado Rivas (director general de Pull&Bear), Miguel Díaz Miranda (director financiero y de operaciones de Zara), Ignacio Fernández Fernández (director general de finanzas de Inditex), Javier García Torralbo (director general de comercio electrónico), Begoña López-Cano Ibarreche (directora de personal), Beatriz Padín Santos (directora del área mujer de Zara), Jorge Pérez Marcote (director general de Massimo Dutti) y Óscar Pérez Marcote (director general de Zara). Sobre el futuro de la gestión nadie duda de que será de continuidad, pero el balance de mediados del próximo ejercicio delimitará la estrategia. La sostenibilidad es el eje ético pero la fortaleza del balance y la evolución bursátil serán los jueces de la gestión.

Inditex ha sido bajo la batuta de Isla una firma que no gusta de rebajas. Con precios bajos, cualquier descuento agranda pérdidas y erosiona la imagen. Ese credo de Isla lleva a Inditex a querer ser más firma de moda que textil, más vivero de estilos made in Galicia que importador de camisetas de tirantes. Y se vislumbran tiempos de continuidad. En ese futuro, la figura estilizada de Marta Ortega dibuja un futuro que transita hacia el glamour sin abandonar las raíces marcadas por las batas de guatiné de la tienda coruñesa de su padre.

Los logros de Pablo Isla al frente de la empresa son la solidez financiera, que permitió afrontar lo peor de la pandemia sin ertes, pero sobre todo la revolución tecnológica de procesos y la integración de la tienda online en la actividad de las tiendas. La implementación del control de prendas por RFID (radiofrecuencia) fue el preludio de una revolución en la que se conjuga un mayor conocimiento de los clientes y el control en tiempo real de las prendas en la tienda y en la cadena de suministro. Finalmente, sin enmendar la plana al nuevo consejero delegado Óscar García Maceiras, Isla ha reiterado su confianza en la solidez de Inditex y en que los varapalos bursátiles se corregirán “a largo plazo”.

La sucesión familiar provoca una pérdida del valor bursátil de 5.600 millones


La Bolsa recibió ayer con castigo una de las noticias empresariales del año. Inditex perdió 5.641 millones de su valor bursátil tras conocerse que Marta Ortega, hija del fundador del grupo Amancio Ortega, asumirá la presidencia del coloso textil el próximo abril en sustitución de Pablo Isla. Las acciones de Inditex cayeron un 6,1% este martes, hasta los 27,86 euros por título. Con prácticamente todos los valores del Ibex 35 en rojo por las incertidumbres sobre el golpe económico que puede suponer otra ola de covid por la nueva variante ómicron, Inditex lideró las caídas el mismo día que se conocía una revolución en la cúpula de la compañía. El grupo de Amancio Ortega vio cómo se reducía su capitalización hasta los 86.830 millones de euros, desde los más de 92.471 millones con que arrancó el día. “El precio de la acción siempre hay que mirarlo a largo plazo”, resumió Isla, aún presidente, en un encuentro con prensa. “Tengo plena confianza en Inditex y en la evolución del precio de la acción de cara al futuro”, apuntó sin valorar las caídas registradas desde buena mañana en la sesión de ayer martes.

La gestión de Isla transformó el grupo en un coloso global


“No me gusta personalizar”, se excusaba ayer Pablo Isla, aun presidente de Inditex, en un encuentro con la prensa, echando balones fuera para no valorar su gestión. Pero lo cierto es que la labor de Isla en estos más de tres lustros ha transformado por completo el grupo hasta convertirlo en un coloso global. Cuando Isla se incorporó a Inditex, la compañía todavía no contaba ni con 3.000 tiendas, sus títulos apenas valían en torno a 4,7 euros / acción en bolsa y su capitalización ascendía a unos 9.000 millones de euros. Ahora, vale casi diez veces más en bolsa (87.990 millones) y suma más de 6.600 tiendas en el mundo.

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