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El peso del asturiano Manuel Menéndez en Unicaja genera recelos en Andalucía

Políticos y sindicalistas, en un clima de agitación por la precampaña electoral y el ERE, dicen que el “pez chico” de la fusión controla el banco

Manuel Azuaga, a la izquierda, y Manuel Menéndez, en la firma de fusión de Unicaja y Liberbank

El peso del asturiano Manuel Menéndez en Unicaja Banco levanta recelos en Andalucía, donde ha surgido temor a un desarraigo de la entidad de origen malagueño. Dirigentes políticos andaluces de PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos, embarcados en la precampaña electoral de las autonómicas, y representantes sindicales, movilizados por el ERE anunciado en el banco, han hecho manifestaciones en los últimos días dejando caer que el “pez chico” –en referencia a la entidad absorbida de origen asturiano Liberbank– se ha comido al “pez grande” debido al poder que tiene el consejero delegado, Manuel Menéndez. Fuentes del banco afirman que las atribuciones actuales y futuras del cargo son las acordadas en el proceso de fusión y que van en línea con el modelo de gobernanza que fija el Banco de España.

En Málaga se ha constituido en los últimos días la “Plataforma Ciudadana Salvemos Unicaja” y más de 6.800 personas han respaldado un manifiesto contra el “desmantelamiento” de Unicaja como entidad malagueña. La plataforma la encabeza el profesor universitario Pedro Moreno, ex patrono de la Fundación Unicaja, que denuncia que Braulio Médel, presidente de esa fundación que es la máxima accionista de la entidad, “ha entregado el banco, atado de pies y manos, a los dirigentes de Liberbank, que ya dominan la mayor parte de la gestión”. En las últimas protestas en Andalucía por el ERE de Unicaja, los gritos más repetidos por los trabajadores fueron “Médel traidor” y “Menéndez vete ya, que acabas de llegar”. Incluso el secretario general del PSOE de Málaga, Daniel Pérez, manifestó públicamente que los dirigentes de Liberbank han asumido “una serie de direcciones generales y una capacidad de decisión mayor de la que le correspondería”.

Fuentes de Unicaja señalaron que este ambiente de agitación hay que contextualizarlo en el clima político preelectoral que ya se vive en Andalucía, de cara a las próximos comicios autonómicos, y en el clima laboral por la negociación del ERE que ha planteado la dirección del banco y que afecta a 1.513 trabajadores. Insisten además que el reparto de atribuciones en la cúpula de la entidad es el pactado en el proceso de fusión.

El reparto del poder ejecutivo fue uno de los puntos más debatidos en la negociación para fusionar Unicaja y Liberbank, hasta el punto de que fue uno de los motivos que generó el fracaso del primer intento. Al final se acordó que el presidente del consejo de administración de Unicaja, Manuel Azuaga, mantuviera en el banco fusionado las funciones ejecutivas que ya tenía atribuidas y que el nuevo consejo de administración, una vez constituido, designara en su primera sesión –como así hizo– al hasta entonces consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, para ese mismo cargo en Unicaja. En un plazo máximo de dos años desde la fusión cerrada el pasado julio –en 2023 Azuaga se jubilará– el consejo de administración deberá modificar el modelo de gobernanza de Unicaja, de modo que la presidencia pase a ser no ejecutiva y se adapten las funciones del consejero delegado. En ese momento Menéndez pondrá su cargo a disposición del consejo, pero en Málaga ya se da por hecho que tendrá apoyo para seguir y con todos los galones.

Pero incluso antes de producirse ese cambio, en Andalucía ya hay quienes ven con recelo el poder de Menéndez. Apuntan que es llamativo que entre las modificaciones que se introdujeron en los estatutos de Unicaja Banco con ocasión de la fusión se anulara la posibilidad de que el Consejo de Administración pudiera nombrar vicepresidentes ejecutivos que se situaran en el escalafón entre Azuaga y Menéndez. Y además, tras la fusión se diseñó un nuevo organigrama de la entidad. Se agruparon las diferentes direcciones del banco en ocho direcciones generales y de ellas cinco dependen directamente del Consejero Delegado y solo tres del Presidente.

Las direcciones

Fuentes de Unicaja apuntaron que es lógico que la parte de negocio dependa de Menéndez y que la parte de control esté en manos de Arzuaga. Añadieron que no hay cambios significativos con respecto a la situación anterior a la fusión. No obstante, reconocieron que direcciones como la de Planificación Estratégica sí han pasado de depender de Presidencia a estar bajo el dominio del Consejero Delegado. “Que cinco de ocho direcciones generales dependan del Consejero Delegado no significa que la entidad absorbida tenga ahora más peso, porque de los ocho directores generales cinco proceden de Unicaja y tres de Liberbank. La elección se hizo con criterios profesionales”, aseguraron las mismas fuentes.

Dirigentes políticos andaluces no lo ven así y ya vinculan el creciente peso del “pez chico” con una posible pérdida de la sede social, que por acuerdo de fusión se mantiene en Málaga. “Allí ya están sufriendo el proceso de desarraigo que sufrimos en Asturias con Cajastur y ya se nota el estilo de Menéndez al llevar al conflicto la negociación laboral”, apunta un veterano delegado sindical del banco en Asturias, que destaca que Unicaja conservaba el modelo de caja y ahora afronta “la ola de externalizaciones que sufrimos en Liberbank”.

Desde Unicaja se afirma que la sede no se moverá de Málaga pero ante el “runrun” en la calle, el presidente de Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno, ya ha advertido que será “contundentemente beligerante” ante una posible salida. “Me parecería una traición a lo que se acordó en el proceso de fusión”, afirmó.

Los recelos políticos en Andalucía contrastan con el apoyo del Gobierno socialista de Asturias. Ni los recortes de plantilla y oficinas anunciados en la región han movido la posición de respaldo a la fusión. “Por una cuestión de supervivencia de Liberbank y de reforzamiento de la solvencia, la fusión con Unicaja era probablemente la única opción posible. La alternativa era la desaparición o afrontar recortes peores”, señaló Enrique Fernández, consejero de Industria del Principado, en la Junta General.

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