La mayor compañía española, Inditex, fundada por Amancio Ortega, es una empresa familiar. El relevo generacional en su timón se producirá el próximo abril con el nombramiento de Marta Ortega como presidenta. En Asturias, miembros de su misma generación también se preparan para el momento de coger el testigo o ya lo han tomado. Entre ellos, los diecinueve integrantes del Forum Joven de la Asociación Asturiana de la Empresa Familiar (Aefas) –nacido con el objetivo de intercambiar experiencias entre menores de 45 años y sensibilizar sobre la relevancia del tránsito generacional– que participaron en un encuentro en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA patrocinado por Banco Sabadell.

En buena parte de los casos, estos empresarios están más formados que sus ascendientes; han tenido experiencia laboral fuera de las empresas familiares; ven en las nuevas tecnologías un aliado que aprovechan para expandir los negocios; defienden el arraigo de la empresa; sienten orgullo de pertenencia a ella, y rechazan los excesos de regulación por parte de las administraciones. A estas últimas les piden, sobre todo, que “dejen trabajar”. Sus empresas mantienen 1.355 empleos en Asturias y tienen una facturación que supera los 389 millones de euros.

Rialto. Francisco Gayoso, gerente de las confiterías Rialto, rompió el hielo destacando que el relevo generacional, al menos en su caso, “comenzó a gestarse casi desde la infancia, porque veía a mis padres planificar inversiones, pasar dificultades, ilusionarse con nuevos proyectos... y eso va calando porque es el día a día de tu casa”. Reconoció que ahora todo es más profesional, “se enfoca la transición, se busca la experiencia previa en otras profesiones, pero antes era más natural”. Rialto está en expansión, “pero limitado por su carácter artesanal”. Aún así compite “en mercados nacionales e internacionales”.

Iberinsa. Guillermo Orejas es director adjunto de Iberinsa, el grupo de la familia Orejas al que pertenecen empresas como Química del Nalón o Los Álamos. Miembro de la cuarta generación, se incorporó al grupo después de trabajar en el sector financiero. “Yo creo que lo ideal es trabajar primero fuera para traer luego a la empresa experiencias diferentes”, señaló Guillermo Orejas, que criticó los excesos de regulación y destacó que siente “desconcierto” cuando oye hablar de fondos y programas públicos de apoyo a las pymes “cuando al mismo tiempo se asfixia a esas pymes”.

Electra Norte. Juan Díaz es director general de esta empresa energética centenaria que es una “pequeña entre gigantes” y que está en cuarta generación. Lamentó que en Asturias se quiera acelerar la transición energética con el abandono del carbón y “al mismo tiempo la tramitación de un parque eólico dure hasta cinco años”.

Dismusa. La transición energética también crea incertidumbres en esta compañía de distribución de carburantes en la que Alfonso Díaz dirige una de sus lineas de negocio. Ingeniero industrial, se incorporó “por necesidad” a la empresa familiar, que ahora invierte en los sectores del turismo y la alimentación “para diversificar”.

Vallas y Casetas Brun. Con Bárbara Brun, esta empresa de alquiler y venta de módulos prefabricados y cierres de obras llega a la tercera generación. Se incorporó hace un año, después de trabajar en otros sectores. “La entrada no fue fácil, aunque lleves desde pequeña familiarizada con la empresa. Pero ahora estoy muy ilusionada y el negocio se está expandiendo en otras regiones”, afirmó

Proasur. David Martínez dirige esta empresa de producciones culturales que nació con la Expo 92. Se incorporó a ella tras acabar los estudios porque en ese momento había necesidad de personal. Desde 2016 la mitad de la facturación procede del extranjero, de siete países. “La coyuntura actual es muy compleja por el precio de las materias primas, los fletes y las dificultades de tránsito de personal por el covid, esto añade preocupaciones”, comentó Martínez, que destacó la importancia de la “fortaleza psicológica” en la empresa familiar para “relativizar los problemas”.

Electricidad Llano. Carlos Díaz, consejero delegado de esta compañía de instalaciones y miembro de la segunda generación, acudió al encuentro con Adrián Casariego, que se forma para dar entrada a la tercera generación en la empresa. “Para ellos se requerirá haber tenido experiencia fuera”, afirmó Carlos Díaz. Señaló que la transición ecológica, con una electrificación de la economía, “genera nuevas oportunidades” para la empresa, y que la transición digital puede acelerar los relevos generacionales.

Camilo de Blas. Paloma de Blas estudió química y trabajó en ese sector. “Fue el tema de la digitalización lo que me llevó a la empresa familiar. Vi que había una carencia de presencia en la red y fue lo que me motivó para incorporarme como quinta generación a una confitería que tiene 107 años”, señaló Paloma de Blas, que destacó que la convivencia de varias generaciones en una empresa “es muy positiva” y resaltó el “orgullo de pertenencia”.

Naviser. Iván Álvarez, director de este grupo de comercialización, destacó el “arraigo de la empresa familiar y cómo afrontan las crisis, tirando incluso del patrimonio personal”. Añadió que estas empresas son un motor para Asturias “que se debería apoyar con más fuerza”. Alejandro Álvarez, su hermano, trabaja codo con codo con él. “Llevamos 25 años en el sector servicios y hemos crecido mucho de la mano de Telecable, de EDP, de Total Energies y de Sanitas”, afirmó.

Geinco. Álvaro Cabal se identifica como tercera generación de la empresa de construcción Geinco, aunque no trabaja en ella y sigue estudiando. “Es importante que al mismo ritmo que crece la familia, crezca también la empresa porque no todos van a trabajar dentro de la empresa pero sí todos van a ser propietarios”, destacó.

Cárcaba Grupo. Sonia Fiestas ya tomó el testigo en la dirección de esta empresa de transporte nacional e internacional por carretera con medio centenar de empleados. “Tengo la suerte de poder compartir el día a día con mi abuelo y con mi tío, que es muy enriquecedor, y de aportar lo que aprendí trabajando fuera como abogada”, señaló.

El Gaitero. Toda la dirección de la compañía sidrera está en la quinta generación. “El compromiso con nuestro entorno geográfico y humano es lo que nos caracteriza. La deslocalización de una empresa familiar es muy extraña y nosotros tenemos 130 años de compromiso con Villaviciosa”, señaló María Cardín.

Salas&Gayol. Pedro Salas no tenía intención de trabajar en la empresa familiar vistos los quebraderos de cabeza de sus padres. Su hermano, por necesidad, lo hizo y le convenció para sumarse. Ahora están al frente esta empresa de distribución de alimentos que también ha abierto tiendas y ha lanzado marcas propias. “Seguiremos adelante, pero nos preocupa el entorno económico, el futuro que puedan tener nuestros hijos”.

Obrerol-Monza. Con Ana Sierra, esta empresa de ropa de trabajo alcanzó la cuarta generación. “Llevamos desde 1958 y ahora estamos apostando por la digitalización para llevar el producto al consumidor final”, destacó.

Feito y Toyosa. Jon Feito está en el equipo de dirección de este distribuidor de frutas y hortalizas con 40 años de vida y dos generaciones, que también apostó por la producción de kiwi autóctono. “El orgullo de pertenencia en las empresas familiares es muy alto y eso las fortalece”, señaló Jon Feito, preocupado ahora por la inflación. “El encarecimiento de abonos y fertilizantes aún no se ha traslado al producto y veremos que pasa con las cosechas de 2022”, apuntó.

Grupo Montemar. Jaime Concha, directivo de este grupo hostelero fundado por su abuelo, aseguró que el “orgullo de pertenencia se extiende a las familias de los trabajadores”.

Grupo Trabanco. “Siempre se me dio la oportunidad de dedicarme a lo que quisiera, pero indirectamente nunca tuve esa oportunidad porque desde niña fui mamando el negocio y nunca pensé en otra cosa”, afirmó Yolanda Trabanco, directora de Ventas y Marketing del grupo Trabanco. Señaló que “no hay separación entre la empresa familiar y la propia familia. Se mezclan los problemas y el cariño, que es lo que nos ha permitido llegar hasta aquí porque carecemos de un protocolo familiar para la sucesión y seguimos trabajando casi como hace 50 años”. 

José María Salazar: “Es importante el vínculo con el entorno” 

José María Salazar, presidente de la Asociación Asturiana de la Empresa Familiar (Aefas), puso el colofón al encuentro del Forum Joven destacando la importancia del “vínculo de la empresa con el entorno, el geográfico y el de las personas que trabajan con nosotros que muchos sentimos como parte de la familia”.  

A las administraciones públicas le pidió que “no interfieran en nuestro día a día y que se limiten a allanarnos el camino para poder hacer cosas”.

En la apertura del encuentro, Isabel Avello, directora de la oficina principal del Banco Sabadell-Herrero en Oviedo, destacó el papel de Aefas en el fomento del espíritu empresarial de las nuevas generaciones. “Si en algo se distinguen las empresas familiares, es en el enfoque y en la visión a largo plazo”, señaló Avello.