En los próximos 5 años las principales divisas tendrán su equivalente digital. Un estudio realizado por EAE Business School concluye que el actual número de criptomonedas es "insostenible" por el "desorbitado" consumo energético y que en los próximos cinco años se produzca un acelerado proceso de concentración facilitado por el hecho de que las principales divisas actuales crearán su avatar digital. Los profesores Javier Rivas, Victoria Eugenia Sánchez y Sofía Ruiz dibujan un futuro en el que las monedas digitales basadas en 'blockchain' se asentarán, aunque muchas de ellas desaparecerán. "Hay enormes retos pero, hoy por hoy, se trata de la tecnología que proporciona una mayor seguridad en las transacciones. De igual modo que la adopción del dinero fiduciario frente al dinero basado en materia prima, o de la tarjeta de crédito supusieron ingentes esfuerzos, por ejemplo, para luchar contra los fraudes. Estamos ante un nuevo tipo de dinero que incrementará la seguridad, a medio plazo, de la fortaleza del sistema y reducirá el número de intermediarios", señala Rivas.

El informe apunta que el actual número de criptomonedas es "insostenible". La desregulación ha hecho que aparezcan miles de criptomonedas sin, prácticamente, "ningún tipo de control", generando un mercado que vale hoy en día unos dos billones de dólares. “Esto en sí mismo es un peligro para los mercados financieros internacionales. Cualquier medida de control debe ser gradual y debe intentarse que la desaparición de la inmensa mayoría de estos activos genere el menor riesgo sistémico posible”, explica el análisis de estos expertos.

Además de Bitcóin, los autores del estudio destacan Ether, segunda criptomoneda por nivel de capitalización. En 2020, su valor ha pasado de rondar los 150 dólares a superar los 2.000 y actualmente cotiza a 4.400 dólares. Esta súbita revalorización también se observa en otras monedas como Cardano, Cosmos, Dogecoin o Tezos. "La institucionalización de las criptomonedas y su adopción por parte de empresas relevantes como PayPal, Tesla, Mastercard o Square estos últimos meses ha hecho crecer las expectativas respecto a las mismas", señala Rivas.

Una de las desventajas de las criptomonedas que señala el informe de EAE es el consumo energético "desorbitado", no solo por su coste, sino por las implicaciones medioambientales. El estudio detalla que la huella de carbón para producir un bitcoin es aproximadamente 20 veces lo que cuesta extraer el oro equivalente al valor de un bitcoin, y eso que la industria extractiva de oro es altamente contaminante. De convertirse en monedas de uso común, su minado requeriría mucha más energía de la que ahora se tiene capacidad de producir. Otra desventaja es la “dificultad” de realizar una recaudación impositiva. ”El paso a criptos oficiales puede producir justo el efecto contrario (la total fiscalización y obtención de pautas de comportamiento), aunque pueden existir vías intermedias, como las criptos que ya usan algunos bancos y que se adaptan a las actuales normas del sistema financiero”, observa el profesor Rivas. Las alternativas que abrirán las versiones digitales de las divisas convencionales, los avatares digitales, pueden modificar el mapa de las criptomonedas actual y transformar las relaciones de equivalencia.

Los autores de estudio instan a la ”urgencia en la regulación del sector”. “Aunque de momento el peso de las operaciones ilícitas no es tan grande, el potencial de estos activos para financiar actividades ilegales, terrorismo o lavado de activos es enorme. Debe haber una regulación que lo impida y debe ser internacional, puesto que es un problema global”, apuntan en el informe.

Escenarios reguladores

El primer escenario sería la no regulación y el retraso de creación de criptos oficiales, que supondría “un colapso” y un impacto muy importante sobre la inflación. En este sentido, el estudio recuerda que el 16 de octubre de 2021 el Banco de Inglaterra decía que la enorme inflación de criptoactivos tiene el potencial de generar una crisis como la de 2008. “En un escenario así, los bancos centrales tomarían medidas”, prevén los autores.

El segundo escenario sería la convivencia de criptos oficiales, regulación y los mejores criptoactivos. En este contexto los Bancos Centrales les darían apoyo y propugnarían su uso entre los ciudadanos, tal y como recoge el estudio. Esto tendría “un efecto demoledor” en algunos activos que se basan en relación 1 por 1 con dólar u otras divisas, aunque “probablemente no desaparecerían del todo”, siempre puede haber un uso marginal en países donde la compra de otras divisas oficiales quede limitada y en algunos criptoactivos muy especulativos. De esta regulación, se beneficiaría sobre todo a las criptomonedas que tienen mayor grado de cumplimiento normativo (actual o potencial) o bien a aquellas criptos respaldadas por un fuerte desarrollo de negocios.

El tercer escenario sería la prohibición de las criptomonedas, “una posibilidad remota”, pero podría darse si las criptos oficiales no se pueden lanzar por problemas burocráticos/legales, o no tengan posibilidad de competir con las criptos originales. “Esta realidad provocaría un giro en el uso de estos activos muy marcado hacia el uso fuera de la economía real y regulada y un progresivo empeoramiento de las condiciones de negocio”, dice Rivas.