Los autónomos asturianos se jubilan, de media, con pensiones casi un 40% inferiores a las de los asalariados, resultado que refleja la decisión generalizada de los trabajadores por cuenta propia de cotizar por las bases más modestas de la Seguridad Social, sea por sus dificultades para afrontar aportaciones mayores o, en casos de profesionales o empresarios con ingresos cualificados, por el posible hábito de apostar por el ahorro privado como alternativa a incrementar los pagos al sistema público.
Casi ocho de cada diez autónomos de la región (el 76,7%) cotizan por la base mínima –960 euros, con una cuota mensual de 294, salvo para los emprendedores beneficiarios de la tarifa plana–, según datos referidos a lo que la Seguridad Social considera autoempleados “propiamente dichos”, definición que deja fuera a quienes son titulares o administradores de sociedades mercantiles y también a los miembros de cooperativas.
La información sobre las pensiones iniciales de los autónomos que se jubilan indica, no obstante, que también los conocidos como “societarios” –empresarios con más de diez asalariados o con labores de gerencia en sus sociedades– tienden a cotizar por la base mínima legal, que en su caso sube a 1.234,8 euros. Así, la prestación inicial media de los casi 3.000 afiliados asturianos al régimen autónomos que se retiraron entre 2020 y 2021 ascendió a 936 euros. En esos mismos años, los trabajadores asalariados se jubilaron, como promedio, con unos 1.500 euros brutos al mes.
Según estimaciones de UPTA, organización vinculada a UGT, cuatro de cada diez autónomos asturianos verán reducidas las cuotas que abonan a la Seguridad Social con el modelo de cotización en función de los rendimientos que ha planteado el Gobierno. Otras organizaciones como ATA han advertido de que la rebaja de cotizaciones podría ir acompañada también de una merma en las prestaciones (incapacidad temporal y pensiones).
