El vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Mariano Hoya, demandó ayer al Gobierno central que “se deje de personalismos” sobre quién protagoniza la reforma laboral, y que “se arremangue” para conseguir los apoyos necesarios para que el texto salga “sin tocar una coma” de su trámite parlamentario. Hoya, que hizo esas declaraciones en Oviedo, insistió en que la reforma pactada por el Ejecutivo con patronal y sindicatos “se tiene que respetar en su totalidad”, y pidió también a los grupos políticos del Congreso más reacios a apoyarla que sean “respetuosos con el diálogo social que tanto bien ha hecho a este país”. Sin entrar a “cuestionar” la legitimidad de los diputados, ha remarcado que tampoco se ha de cuestionar la de los agentes sociales. Por su parte, el secretario general de UGT en Asturias, Javier Fernández Lanero, subrayó que el acuerdo laboral alcanzado ha sido la culminación de “varios años de muchas negociaciones y movilizaciones”. Este acuerdo, dijo, “mejora sustancialmente la legislación laboral en vigor” al derogar los aspectos “más lesivos” de la reforma de 2012. Lanero instó también a las empresas a subir los salarios para evitar que los trabajadores pierdan poder adquisitivo por la alta inflación. El líder ugetista criticó que las compañías “quieren seguir siendo competitivas a base de no subir los sueldos”.