La cuota de coches diésel que vendían los concesionarios asturianos llegó a alcanzar el 70% arrinconando a los que tenían un motor a gasolina. La estrategia venía de la Unión Europea (UE), que quería potenciar este combustible a base de incentivos porque, a poco que se hicieran algunos ajustes, las emisiones contaminantes de este tipo de turismos descendía. Pero la estrategia no tuvo el efecto esperado. Todo lo contrario.

Ahora hay un cambio de marcha, señala el profesor del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, Ignacio del Rosal, y la industria ha metido la quinta hacia la electrificación. “Lo que se está discutiendo ahora en Europa es cuándo será la fecha para que todos los vehículos que se vendan tengan cero emisiones contaminantes”, señala Del Río, que acaba de publicar un estudio científico sobre la estrategia europea para primar al diésel, denominada “dieselización”, en la prestigiosa revista “Transport Policy”. Su conclusión es que, pese a los esfuerzos, la estrategia de la Unión Europea fue errónea. No funcionó ¿Por qué? Los coches diésel eran más baratos, lo que provocó un aumento del número de vehículos y también de su uso y, por lo tanto, subieron las emisiones contaminantes.