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Jean-François Fallacher Consejero delegado de Orange en España

“El 5G es una gran oportunidad para arraigar población en las zonas rurales”

“Hemos invertido más de 724 millones en Asturias y seguimos extendiendo nuestras redes para que la región esté en la vanguardia digital”

Jean-François Fallacher. | Irma Collín

“La tecnología 5G es una gran oportunidad para arraigar población en las zonas rurales” y Orange seguirá invirtiendo en Asturias para “situar” a la región en “la vanguardia de la transformación digital”, afirmó Jean-François Fallacher, consejero delegado de Orange en España. Fallacher, que el lunes visitó el Principado, sostiene que, “con los fondos europeos, España tiene la oportunidad de acelerar el despliegue de las infraestructuras de banda ancha, tanto fijas con FTTH como móviles con 5G”. “Lo digital”, sostiene, “es clave para el futuro de nuestro país”.

–¿Cuál es el grado de satisfacción de Orange con sus instalaciones y con el desarrollo de la compañía en Asturias?

–Apostamos fuertemente por Asturias, donde somos el primer empleador digital y somos una de las diez compañías que generan más empleo en el Principado. Déjeme darle algunas cifras: actualmente, trabajan más de 1.000 personas aquí en Asturias para Orange, distribuidas en nuestro centro de atención al cliente de Espíritu Santo, además de la sede comercial y nuestra “tienda inteligente” de Gijón. Esta cifra supone un crecimiento del 33% desde la inauguración del centro de atención al cliente en 2012 y es una muestra de nuestra vinculación con el desarrollo de la región. Además, hemos invertido más de 724 millones de euros, lo que demuestra nuestro compromiso claro y rotundo con este territorio, un compromiso que tendrá continuidad este año y los próximos, extendiendo nuestras redes fijas y móviles para situar a Asturias a la vanguardia de la transformación digital.

–¿Trabajan en algún nuevo proyecto para Asturias?

–Nuestro objetivo es seguir invirtiendo en la región contribuyendo a su digitalización y, por tanto, a sus perspectivas de crecimiento económico. A día de hoy, nuestras redes móviles de 4G y 5G proporcionan una cobertura del 95% y más del 20% de la población, respectivamente, lo que se traduce en inversiones de cerca de 69 millones en el despliegue y mejora de estas redes. En cuanto a fibra, nuestra inversión actual asciende a unos 70 millones. Es una inversión que se ha revelado esencial para la estabilidad socioeconómica durante esta pandemia.

–Los precios y los márgenes del sector en España son extremadamente competitivos y el despliegue de la tecnología 5G exigirá grandes inversiones. ¿Es conciliable esta doble realidad?

–En el mercado español hay dos tipos de operadores: por un lado, los que estamos invirtiendo activamente en infraestructuras claves para el desarrollo del país, y después están el resto, que utilizan las redes de los que invertimos pudiendo así ser mucho más agresivos, entre otras cosas, porque no hacen frente a dicho esfuerzo inversor. La cuestión es que hay que mantener un equilibrio. Tenemos que seguir invirtiendo y para ello necesitamos un nivel de beneficios razonable que nos permita seguir haciendo frente a esa inversión que es fundamental en un momento de transformación como el que vivimos. Es mucho lo que está en juego, y no solo en lo que tiene que ver con el negocio de los operadores, sino también en lo referente al futuro del país. No hay que olvidar que, en la era poscovid, el impulso de la economía estará apalancado sobre la inversión en infraestructuras de telecomunicaciones, con una necesidad de financiación tanto pública como privada. El desarrollo de lo digital es clave para el futuro de nuestro país.

–¿El 5G será verdaderamente revolucionario y transformador para la vida de las personas y el desarrollo económico?

–Cuando se utiliza 5G, se comprueba que la diferencia frente a tecnologías anteriores es importantísima. La velocidad, la latencia… son muy relevantes. Pero también la conectividad masiva, ya que el 5G permitirá que haya millones de aparatos conectados, lo que genera una gran oportunidad de negocio para sectores como la logística, el transporte, la automoción… hasta en los más tradicionales, como la agricultura.

–¿La cobertura con banda ancha y altas prestaciones de las zonas rurales, poco habitadas y con poblaciones dispersas, sigue siendo un desafío para garantizar la igualdad de oportunidades y un desarrollo equilibrado y armónico del territorio?

–La digitalización, ciertamente, es una oportunidad para reducir las distancias en infraestructuras entre territorios rurales y las grandes ciudades. En Orange no paramos de trabajar para dotar de accesos de conectividad de banda ancha a todos los hogares. Hoy, nuestra red 4G alcanza ya al 98% de la población, nuestra fibra llega a unos 16 millones de hogares y negocios, y el 5G, que seguimos desplegando, ya alcanza a más de la mitad de la población española. Pero no nos conformamos y continuamos extendiendo nuestro despliegue fijo y móvil. Además, gracias a los fondos europeos, España tiene la oportunidad de acelerar el despliegue de las infraestructuras de banda ancha, tanto fijas con FTTH como móviles con 5G, en aquellas áreas rurales donde la rentabilidad de estas inversiones es difícil. Hemos presentado proyectos a distintos ministerios con propuestas concretas de conectividad y digitalización de municipios de menos de 5.000 habitantes. Tenemos una oportunidad extraordinaria para desarrollar zonas que actualmente tienen riesgo de despoblación. Gracias a las nuevas tecnologías podemos convertirlas en sitios idóneos donde teletrabajar y vivir con mejores condiciones. El 5G nos puede permitir arraigar nueva población en entornos en riesgo de despoblación. Esto es un reto y una gran oportunidad para zonas más alejadas de los centros neurálgicos de esta región.

–Ustedes adquirieron Jazztel en 2015 y otros muchos grupos han hechos adquisiciones y fusiones, pero la competencia y pluralidad de operadores sigue siendo mucho más acusada en España que en otros grandes países. ¿Es previsible que se produzcan más operaciones de concentración, como parece que está a punto de ocurrir en Italia?

–España es uno de los mercados de telecomunicaciones más fragmentados de Europa. Desde este punto de vista, consideramos positiva cualquier operación de consolidación del mercado porque siempre llevará a la creación de operadores más fuertes y, por tanto, con mayor capacidad de inversión. Y también porque permitirá avanzar en la racionalización del sector, que está sometido a demasiado estrés competitivo, lo que pone en riesgo el nivel de inversión que se precisa para mantener el liderazgo de España en materia de infraestructuras y digitalización en Europa.

–¿El “low cost” ha llegado para quedarse y será un factor inevitable de competencia? ¿Es sostenible?

–La pandemia ha disparado en el último año el incremento de la demanda de estos contratos con tarifas más accesibles que ya venía experimentándose antes del coronavirus, y ahora mismo medio centenar de marcas están disputándose el “low cost” con paquetes convergentes y con un peso en las nuevas altas en este segmento que ha pasado del 40% de hace un año al 60%. Está dinámica está reduciendo los ingresos del sector, donde solo unos pocos operadores invertimos masivamente en las nuevas infraestructuras que necesita el país. El resto, mientras tanto, aprovecha estas infraestructuras y compite principalmente y de forma muy agresiva en la parte más baja del mercado. Lo que pedimos a nuestras instituciones es que sean sensibles al esfuerzo que se sigue realizando y que favorezcan que se pueda continuar en esa senda inversión para mantener a España en su privilegiada posición en cuanto a redes.

–En mayo de 2021 aplicaron un ERE en la compañía en España, del que fue eximido el centro de trabajo de Asturias. ¿Tiene ahora Orange la dimensión adecuada para su actividad o el sector podría vivir más ajustes?

–Efectivamente, el pasado año se llevó a cabo un plan social, en el que no estaban incluidas las plataformas de atención al cliente. Como resultado del mismo se acordó con la representación de los trabajadores la salida voluntaria de unos 400 trabajadores, que se ha venido haciendo progresivamente. Hoy estamos preparados para afrontar los retos que nos ofrece un mercado tan dinámico y desafiante como el español, en plena transformación digital.

–¿En qué medida ha perjudicado o favorecido a las compañías de telecomunicaciones y telefonía móvil la crisis causada por el covid y los confinamientos?

–Como cualquier otro sector empresarial en España, el de las telecomunicaciones ha sufrido las consecuencias de la pandemia. Entre otras cosas, por la caída drástica del turismo, que ha erosionado de forma importante los ingresos por itinerancia de los operadores. Sin embargo, ha tenido un efecto de visibilidad de las redes de telecomunicaciones que, aunque ya eran importantes antes, con esta crisis sanitaria, y especialmente debido a los confinamientos, su carácter esencial en la vida de las personas se hizo más relevante que nunca.

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