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La fiebre de la “hulla blanca” en Asturias: tramitan una veintena de centrales hidroeléctricas con 6.000 millones de inversión

Bombeos con turbinas reversibles, hidrotornillos y minihidráulicas pretenden aprovechar el agua de la región para generar electricidad

Lugar donde se emplazará la minicentral hidroeléctrica de Rioseco.

A finales del siglo XIX hizo fortuna en Asturias el término “hulla blanca” para referirse a una fuente de energía que se escondía en los cauces de los ríos y que estaba al alcance de quién estuviese dispuesto a explotarla. Se vivió entonces, y durante varias décadas, una verdadera euforia con la petición de concesiones hidráulicas para producir electricidad a partir de viejos molinos harineros, pequeños saltos y los primeros sistemas hidráulicos a gran escala, con la central somedana de La Malva, inaugurada en 1917 y embrión de la futura Hidroeléctrica del Cantábrico (hoy integrada en EDP), como hito destacado. Un siglo después, la hulla negra se apaga y la blanca vuelve a renacer en forma de centrales de bombeo, minicentrales e hidrotornillos. Hay en tramitación en Asturias, principalmente en el Occidente, más de una veintena de proyectos con una inversión estimada de 6.000 millones de euros.

En el caso del agua, la transición energética es una vuelta al pasado. La primera fuente renovable utilizada en la región vuelve a estar en auge. La necesidad de buscar alternativas a los combustibles fósiles, la abundancia de agua, la orografía de la región, la posibilidad de nuevos aprovechamientos en pantanos y saltos de agua existentes, la legislación favorable al desarrollo de las renovables y el incentivo de los fondos europeos ha generado una nueva fiebre hidroeléctrica.

Ahora bombeo, ahora turbino.

Esta semana, LA NUEVA ESPAÑA adelantó que la sociedad Desarrollos de Valdetesinos, perteneciente a un grupo inversor aragonés liderado por ex directivos de la compañía de energías renovables Forestalia, tramita la puesta en marcha en el embalse de Salime de una de las mayores centrales hidráulicas de bombeo de España. Tendrá turbinas reversibles de 1.580 megavatios, diez veces más que la potencia instalada en la actual central de la presa de Salime. El proyecto incluye la construcción de una nueva gran balsa de agua a una cota superior a la del actual embalse, la instalación de kilómetros de tuberías para unir los dos depósitos y la creación de una central hidroeléctrica reversible que bombeará agua del actual embalse de Salime a la nueva balsa cuando el precio de la electricidad es más barato (ahora por las noches) y turbinará en las horas punta dejando caer el agua por gravedad. El circuito actuará como un gran almacén que permitirá gestionar energía renovable y salvar las intermitencias de las tecnologías solar y eólica. Un modelo que el Ministerio para la Transición Ecológica pretende promover para alcanzar los objetivos de descarbonización y que tiene un papel protagonista en la Estrategia de Almacenamiento Energetico. El proyecto de Desarrollos de Valdetesinos, denominado Torga, es el séptimo de este tipo que se presenta en los últimos meses para embalses del Occidente de Asturias –juntos suman una potencia de 3.998 megavatios– y el tercero planteado para Salime. Los otros dos proyectos para este embalse, con menor potencia a instalar, fueron presentados por Saltos del Navia –empresa participada a partes iguales por EDP y Endesa y que tiene la concesión para producir electricidad en el actual salto de Salime– y la compañía de renovables Magtel. Esta última empresa, con sede en Córdoba, también tramita proyectos de centrales reversibles de bombeo en los embalses de Doiras, Arbón y La Barca. Para este último embalse del río Narcea también ha presentado proyecto EDP.

Con agua de mina.

Las antiguas explotaciones mineras –muchas inundadas (las subterráneas) y otras con grandes cortas en el terreno que se pueden convertir en grandes depósitos (las de cielo abierto)– son muy aptas para poner en marcha proyectos de bombeo-turbinación de agua. El grupo leonés Lamelas-Viloria tramita dos proyectos de centrales hidráulicas reversibles en las antiguas minas de Buseiro (entre los concejos de Tineo y Cangas del Narcea) y de Coto Cortés (Degaña). Por su parte la compañía valenciana Ingesanc incluye una central hidráulica reversible en su proyecto de parque solar para la antigua mina a cielo abierto de Cerredo (Degaña). Con energía solar se bombeará agua de un arroyo cercano al cono invertido de la antigua mina, convertido en embalse. Cuando no haya producción solar se soltará el agua por gravedad para turbinar y mantener la generación eléctrica. Junto a estos proyectos también están los planes de Hunosa en geotermia y de generación de hidrógeno verde con agua de mina.

Viejos proyectos a pie de presa.

Con la descarbonización y la lluvia de fondos europeos también han despertado de su letargo viejos proyectos como el de la central hidráulica a construir a los pies de la actual presa de Rioseco, en Sobrescobio. Esta instalación está promovida por Ceprastur –sociedad dominada por EDP y en la que participa en Ayuntamiento de Sobrescobio– y ya tiene asignada una ayuda de 1,62 millones de los fondos Feder.

La expansión del hidrotornillo.

Los antiguos saltos de agua de los ríos asturianos han pasado de ser un obstáculo a una oportunidad en el contexto de la transición energética. Compañías eléctricas (EDP), empresas de ingeniería (AZ Renovables) y hasta ayuntamientos (Cabrales) están tramitando siete proyectos para instalar centrales de hidrotornillo en pequeñas presas existentes en los ríos Nalón, Narcea, Esva y Casaño. Se trata de una antigua tecnología –conocida también como tornillo de Arquímedes por su inventor– que ha sido afinada para la generación eléctrica por las empresas asturianas Synfin Energy y AZ Renovables, que son referencia en el sector y competencia.

La microgeneración.

Los aprovechamientos hidroeléctricos se propagan por cualquier instalación que use grandes cantidades de agua. Por ejemplo, Aguas de Langreo proyecta una minicentral para su planta potabilizadora de Entralgo (Laviana), que ya tiene asignados fondos Feder, y Somines y Barganiego para su piscifactoría de Pravia.

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