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El "paraíso" asturiano, un imán para empresas tecnológicas de Madrid y Barcelona

La pandemia, la potencia en estudios de ingeniería, las ayudas públicas y los deseos de regresar explican la llegada de compañías foráneas

Trabajadores de Bebrock en la sede de Somió, en Gijón.

La empresaria italiana Francesca Gabetti fundó en 2015, tras una experiencia en Silicon Valley, la compañía tecnológica TeamEQ, unas de las pioneras en la analítica de datos y la inteligencia artificial aplicada a la gestión de los recursos humanos. Cuando se le pregunta a Gabetti por su lugar de residencia, duda. “Soy turinesa y no he encontrado aún mi lugar postpandemia, en estos momentos me muevo entre Barcelona y Milán”, explica. Tuvo menos dudas a la hora de decidir donde debería estar su empresa. Hace seis meses TeamEQ dejó Barcelona para instalarse en Gijón.

Antes del covid, el número de empresas que abandonaban Asturias rumbo a otras comunidades autónomas era superior al de las que llegaban. Había una fuga. En los últimos tres años la tendencia se ha invertido, en los dos últimos en el contexto de la pandemia. En 2020 Asturias ganó cuatro empresas (llegaron 59 frente a las 55 que se fueron) y en 2021 la ganancia se elevó a seis (llegaron 85 frente a las 79 que se fueron), según un estudio elaborado por Informa D&B, firma de suministro de información comercial perteneciente a la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE).

El consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica del Principado, Enrique Fernández, afirma que los saldos positivos de los últimos años “no son una casualidad” y que “la pandemia supuso un antes y un después”. Considera que los atractivos de la región se han acrecentado y que Asturias se ha ganado una buena “reputación”.

Si se pone la lupa sobre el casillero de sociedades mercantiles que han llegado a Asturias en 2021, se encuentran firmas que desembarcaron en la región fruto de operaciones de concentración empresarial (como es el caso de EDP Redes España, que llegó a Oviedo desde Santander tras la compra de activos de Viesgo por parte de EDP, o de la ingeniería madrileña Zeit, que llegó tras adquirir la portuguesa Panmagan la empresa gijonesa Moreypi) y también fruto de la reorientación de actividades inmobiliarias (Inversiones Garposs llegó procedente de Barcelona y Solis Alonso Promociones de Sevilla). Pero junto a estos traslados “tradicionales” destacan otros que hasta ahora no eran usuales: los de empresas tecnológicas que llegan desde Madrid y Barcelona, los principales polos de innovación de España. Es el caso de TeamEQ, pero también de otras firmas como Mind Facilities, Bedrock Intelligence o PrivacyCloud.

Evolución de las empresas en Asturias

El efecto pandemia

Los responsables de estas empresas tecnológicas destacan que hoy no estarían en Asturias si no se hubiera propagado el coronavirus. “Ya teníamos personas en diferentes sitios, pero con la pandemia vimos que se podía trabajar en cualquier lugar, que ya no hacía falta estar en una gran ciudad como Barcelona y que lo que necesitábamos era encontrar un buen ecosistema que nos permitiera crecer. Después de recabar mucha información, decidimos irnos a Asturias”, afirma Francesca Gabetti.

TeamEQ trabaja en mercados internacionales y tiene una plantilla de 15 personas de las que tres están de forma fija en la sede de Gijón. Bedrock Intelligence, empresa de ingeniería de datos, análisis avanzado e inteligencia artificial, también nació en Barcelona y trasladó su sede a Gijón el pasado año. Tiene casi una veintena de trabajadores. La mitad están en Asturias de forma presencial y en remoto y alrededor de la empresa también orbitan medio centenar de colaboradores que se suman para tareas determinadas y picos de producción.

“Antes de la pandemia ya trabajábamos principalmente para clientes internacionales, por lo que no importaba mucho el lugar de la sede, pero desde que estalló y se redujeron los encuentros, importa mucho menos. Además, si nos visita un cliente, la experiencia de venir a Asturias puede ser un factor diferencial”, destaca el ingeniero Jesús Templado, cofundador y director comercial de Bedrock Intelligence. Templado es gijonés, aunque durante siete años se formó y trabajó en Reino Unido. Con Bedrock ha vuelto a Gijón.

También ha hecho el camino de vuelta el donostiarra Sergio Maldonado, que tras crear varias empresas tecnológicas en Gijón (entre ellas Divisadero y Sweetspot, que fueron adquiridas por diferentes multinacionales estadounidense) fundó en Madrid PrivacyCloud, compañía de soluciones tecnológicas para garantizar la privacidad de los datos personales. “Nuestro inversor principal está en Madrid y antes de la pandemia los contactos presenciales eran constantes. Con la pandemia eso desapareció y se abrió la posibilidad de trasladarnos a Asturias, donde teníamos el grueso de nuestro equipo”, dice Maldonado.

Potencia en ingeniería

El fundador y CEO de PrivacyCloud destaca que “Asturias flaquea desde el punto de vista comercial y de marketing, pero tiene mucho músculo en ingeniería y no es difícil encontrar personal cualificado para el desarrollo de software y el análisis de datos”. Jesús Templado coincide con Sergio Maldonado y señala que “el principal motivo” de la implantación de Bedrock Intelligence en Asturias fue que “por el tipo de empresa que somos, de tratamiento masivo de datos, buscamos unos perfiles de matemáticos e ingenieros que sabemos que aquí podemos encontrar”.

Vivir en el paraíso

Templado destaca que en Asturias hay personal formado para atender la demanda de las empresas tecnológicas y que, a diferencia de en Madrid o Barcelona, hay más facilidades para mantenerlo en la empresa. “En Asturias hay calidad de vida. Es un buen sitio para vivir y eso ayuda a retener el talento”, asegura el cofundador de Bedrock.

Ayudas y redes

Bedrock, PrivacyCloud y TeamEQ obtuvieron préstamos participativos de la Sociedad Regional de Promoción (SRP) para instalarse en Asturias a través de la Estrategia de Atracción de Inversiones del Principado. “La posibilidad de obtener ayudas fue importante para la decisión de instalarse en Asturias porque nos ayudaba a afrontar nuestro plan de crecimiento, pero lo que fue determinante fue conocer a las personas que estaban detrás de la SRP y que forman parte del ecosistema empresarial e innovador de Asturias”, afirma Francesca Gabetti. “Independientemente de los apoyos económicos, que son importantes, lo que encontramos fue una red de colaboración que nos puso en contacto con el tejido económico de la región”, afirma Jesús Templado. “Es un ecosistema pequeño, pero unido. En los seis meses que llevamos en Asturias ya hemos podido establecer acuerdos con la Universidad de Oviedo, firmar contratos con proveedores de la región y captar socios inversores como Izertis”, destaca Gabetti

El lobby asturiano

Templado, que es gijonés, y Maldonado, que ha desarrollado buena parte de su carrera en Asturias, reconocen que la tierra tira a la hora de localizar los proyectos. “El tema romántico influye, pero muy por encima está la viabilidad y las posibilidades del proyecto”, destaca Templado. La fundadora de TeamEQ señala que fue un asturiano quien puso a la región en el radar de su compañía. “Alex Lawton, que es uno de nuestros inversores, fue quien nos habló de las posibilidades de Asturias”, destaca Gabetti. El gijonés Alexander Lawton es una pieza clave en el desembarco de nuevas empresas tecnológicas de Asturias. De padres anglo-irlandeses afincados en Asturias (impulsores de las populares academias de idiomas Lawton School), es confundador de Bedrock e inversor de TeamEQ. Además, es uno de los socios fundadores de La Pipa, un antiguo llagar de Gijón que también había sido restaurante y que se ha convertido en espacio de colaboración empresarial e innovación. Allí tienen su sede TeamEQ, Bedrock Intelligence, Mind Facilities y PrivacyCloud. Todos juntos y colaborando.

Lawton, que era copropietario de una de las grandes agencias de medios independientes del país, Infinity Media, se desvinculó hace un año de ella ante las reticencias de su socio a llevar el negocio de Madrid a Asturias. Desde entonces tiene el foco en el Principado. “Igual que atraemos turistas, podemos atraer profesionales”, afirmó Lawton recientemente en una jornada organizada por Asturias Power y New North. “El presencialismo ha muerto y Asturias puede crear una propuesta de valor para empresas que entiendan que se pueden romper las barreras entre el trabajo y las pasiones. El negocio no es la negación del ocio”, proclamó Lawton.

No todo es color de rosa

Las empresas tecnológicas que desembarcaron el pasado año en Asturias hacen un balance positivo de su corta estancia, aunque detectan algunas carencias. “Periódicamente me desplazo a Asturias y el tema logístico es complicado. Hay que hacer equilibrios para coger los vuelos”, apunta Francesca Gabetti. “Si el saldo en los traslados empresariales ha pasado a ser positivo, algo estaremos haciendo bien, aunque hay puntos en los que aún se puede mejorar y en ello estamos”, señala el consejero Enrique Fernández, convencido de que “Asturias es una joya” porque “todo está muy cercano, hay un buen ecosistema innovador, buenas infraestructuras y, además, que no es poco, se vive bien”.

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