El Gobierno ha acorado con los sindicatos -y ante el rechazo de la patronal- subir el salario mínimo interprofesional (SMI) de 965 a 1.000 euros para este 2022. El incremento beneficiará a 1,8 millones de trabajadores en toda España. Ahora el Ejecutivo tiene pendiente llevar el acuerdo con las centrales a un próximo Consejo de Ministros para validarlo y que quede plasmado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). A partir de entonces será cuando formalmente entre en vigor, aunque desde el Ministerio de Trabajo han avanzado que su intención es que esté aprobado o bien el 15 de febrero, o bien el 22 de febrero.

¿Cómo queda el salario mínimo tras la subida? El salario mínimo queda fijado en los 1.000 euros brutos en 14 pagas, o los 1.166,6 euros brutos en 12 pagas. O los 33,33 euros brutos al día, que se elevarán a 47,36 euros brutos en el caso de los trabajadores eventuales y temporeros que no estén contratados por una misma empresa por un tiempo superior a 120 días. O 7,82 euros la hora efectiva de trabajo en el caso de las empleadas del hogar.

Los salarios por convenio arrancan el 2022 con un alza del 2%

Los salarios pactados en convenio por patronal y sindicatos empiezan el 2022 con un incremento medio del 2%, 0,5 puntos por encima del dato de diciembre, pero cuatro puntos por debajo de la inflación registrada en enero (que fue del 6%, según el INE). También por debajo del aumento del salario mínimo pactado entre el Gobierno y los sindicatos para este 2022, que subirá el 3,6%, hasta los 1.000 euros. Así lo constatan los datos publicados este jueves por el Ministerio de Trabajo, que ha registrado un total de 1.554 convenios colectivos que dan cobertura a 4,1 millones de asalariados. La negociación colectiva arranca así el ejercicio de la misma manera que acabó el pasado: castigando el bolsillo de los trabajadores ante la espiral inflacionista. El año pasado el incremento medio de salarios pactados por convenio cerró con un alza del 1,5%, la mitad que la inflación media del año (3,1%).

La gran mayoría de pliegos pactados se cerraron con un incremento de entre el 1% y el 2%, concretamente ocho de cada 10 trabajadores han visto incrementado su sueldo en dicha proporción. Y únicamente el 10% de los trabajadores han visto crecer sus nóminas en la misma proporción que la inflación, blindadas estas por clausulas de revisión salarial que obligan legalmente a las empresas a incrementar los sueldos en la misma proporción que el IPC. Una práctica poco habitual entre el tejido empresarial español y que se localiza principalmente en ámbitos donde los sindicatos han tenido históricamente fuerte representatividad.