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No solo el gas dispara el precio de la luz: las razones por la que se multiplica la factura

Desde que comenzó la guerra las centrales hidráulicas han marcado los altísimos precios con más frecuencia que los ciclos combinados

La invasión rusa ha tenido un efecto inmediato en el mercado del aceite de girasol. Su precio se ha doblado por la escasez del producto, ya que Ucrania cubre más de la mitad del consumo mundial. El aceite de girasol está por las nubes en los supermercados, pero también el de oliva que se produce en el sur de España, muy lejos de Ucrania. A eso se le puede denominar un precio ventajista, o cuanto menos oportunista, y ocurre igual en el mercado eléctrico. El precio del gas se ha disparado con la invasión, pero en la mayoría de las horas del día las tecnologías que marcan el precio son las renovables, principalmente la hidráulica.

El mercado eléctrico mayorista es marginalista. Eso quiere decir que la última tecnología en completar la cobertura de la demanda eléctrica en cada hora, la que casa oferta y demanda a mayor precio, es la que determina la retribución de todas las demás tecnologías, aunque sus costes sean muy inferiores. Ese mecanismo de formación del precio resulta particularmente ventajoso para las instalaciones nucleares y las grandes centrales hidráulicas, puesto que después de varias décadas de funcionamiento han dispuesto de tiempo para amortizar sus inversiones iniciales y apenas tienen costes variables. Ahí se generan los denominados “beneficios caídos del cielo”. El Gobierno anunció el pasado otoño un recorte de esa sobrerretribución, pero al final lo alivió para las eléctricas que ofrezcan precios “razonables” a la industria.

Pero lo más llamativo es que en las últimas semanas, en las que el precio del gas se ha disparado por la guerra en Ucrania, no han sido los ciclos combinados quienes más han marcado los altísimos precios que se registran en el mercado mayorista de la electricidad. En muchas horas lo han hecho tecnologías que no consumen ni gas, ni petróleo, ni carbón (cuyos precios se han disparado), ni están afectadas por el encarecimiento de los derechos de emisión de CO2. La hidráulica es la tecnología que más horas ha marcado precio desde que comenzó la guerra según los registros de Omie, el operador del sistema eléctrico ibérico.

El pasado 8 de marzo se registró el récord histórico del precio de la luz en España, con una media diaria de 544,98 euros el megavatio hora, y entre las 19.00 y las 20.00 horas se alcanzó un pico de 700 euros el megavatio. En esa hora, fue la hidráulica la que marcó precio en un mercado mayorista dominado tanto en la oferta de generación como en la demanda por los mismos grandes grupos empresariales.

Entre el 24 de febrero, día en el que se inició la guerra en Ucrania, hasta ayer, las centrales hidráulicas marcaron el precio en 236 de las 504 horas del periodo. Por su parte, los ciclos combinados marcaron precio en 117 horas. El gas presiona al alza los precios de la luz, pero también el oportunismo. Como pasa con el aceite de oliva.

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