El sector lácteo vive las vicisitudes del paro de los camioneros. La mayor compañía de la región, el grupo Central Lechera Asturiana, sigue recogiendo la leche a los ganaderos pero afronta una situación límite porque su fábrica más importante, en Granda (Siero), propiedad de su filial Capsa, tiene saturados los almacenes de producto acabado al 95%. La salida de producto este fin de semana a supermercados asturianos con escolta de la Guardia Civil alivió algo la situación pero no lo suficiente. Capsa no está distribuyendo mercancía fuera de Asturias. La huelga del transporte está respetando la recogida, que es vital para las explotaciones. En caso contrario, los ganaderos tendrían que desprenderse de la materia prima. Sin embargo, el problema se traslada a las factorías, cuya capacidad de transformación está limitada por el tamaño de sus almacenes en el caso de los productos de larga duración, lo que se agrava en el caso de los más perecederos y que exigen conservación en frío.