En la foto de bienvenida de la cumbre extraordinaria de la OTAN, celebrada este jueves en Bruselas, no aparece el canciller alemán, Olaf Scholz. Llegó tarde. “Fue una noche larga”, confesó el líder de su partido, el SPD, Lars Klingbeil. Una reunión maratoniana fue la culpable del retraso en el desplazamiento del káiser a la capital comunitaria; trece horas se prolongaron las negociaciones con los partidos FDP y Verdes para articular una remesa de medidas económicas dirigidas al bolsillo de sus ciudadanos –Alemania ha registrado la mayor tasa de inflación en tres décadas– y a las cuentas de las empresas. Hubo acuerdo, sustanciado en ayudas fiscales, subsidios directos a familias o reducción del coste de los carburantes. “El aumento de los precios es una carga. Nuestro Gobierno no permitirá que esto afecte a la cohesión social”, enfatizaron los socialdemócratas en redes sociales. Es un mensaje muy similar al pronunciado este miércoles por el ministro de Hacienda de Reino Unido, Rishi Sunak. “El impacto más significativo de la guerra a nivel nacional está en el costo de vida, el Gobierno apoyará al pueblo británico en su lucha contra el aumento de los precios de la energía”, expuso en la Cámara de los Comunes.
De Roma a Bucarest, de Podgorica a la propia Kiev o de Ámsterdam a Liubliana, casi una veintena de países de Europa han anunciado ya distintas medidas para aliviar la presión inflacionista, especialmente dirigidas a mitigar la factura energética de hogares y empresas. Artillería fiscal que España, al margen de lo abordado con el transporte profesional y el anuncio –por concretar en el Consejo de Ministros del próximo martes– de ayudas para el gasóleo pesquero, no ha desempolvado todavía. Con el megavatio hora (MWh) a 263,85 euros en el 'pool' mayorista, la energía cotiza hoy cinco veces por encima de los valores de hace un año. El carburante más utilizado por el parque móvil español (diésel) se pagaba ayer en Galicia a 1,85 euros de promedio, sesenta céntimos más cara que en marzo de 2021. El impacto de la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha tensionado todavía más la inflación, que está en niveles no vistos en más de tres décadas en países de toda Europa o en Estados Unidos. También en España, donde el INE adelantará el miércoles próximo el IPC de marzo.
Durante tres meses, se rebajará el impuesto que grava los carburantes. El ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, anunció que el litro de diésel se abaratará en 14 céntimos, frente a los 30 de la gasolina. Para compensar la elevada inflación (del 5,1% en Alemania en febrero), los contribuyentes recibirán un pago único de 300 euros, a través del Impuesto sobre la Renta. Las familias recibirán asimismo un cheque de 100 euros por hijo. Durante los mismos 90 días, prevé implantar un bono de 9 euros para fomentar el transporte público.
El Gobierno de Mario Draghi ha actuado sobre los impuestos especiales a los carburantes, a través del decreto ley de 'Medidas urgentes para contrarrestar los efectos económicos y humanitarios de la crisis ucraniana'. Se traducirá en un ahorro para los conductores de 25 céntimos, tanto en gasóleo como en gasolina. Teniendo en cuenta el efecto del IVA (22%), los combustibles se reducen en 30,5 céntimos. El diésel ha cotizado esta semana en el país transalpino a 2,14 euros el litro, frente a los 2,13 euros de la gasolina.
Doce meses estará en vigor la reducción del impuesto sobre los combustibles, que reducirá su precio en cinco céntimos por litro. Rishi Sunak ha cuantificado el impacto de sus medidas para compensar la subida de la energía en 9.000 millones de libras, y la rebaja de impuestos redundará en 5.000 millones más para consumidores y empresas. Las instalaciones renovables en viviendas no pagarán IVA.
Es uno de los países que aplican una mayor carga fiscal sobre los carburantes. El gasóleo se vende hoy en sus estaciones de servicio a 2,47 euros el litro de media (1,5 euros sin impuestos), y la gasolina de 95 octanos cuesta algo más de dos euros. El recorte “temporal” de impuestos rebajará su precio en 12 céntimos por litro (1,30 coronas).
“Toda la economía del país sufrirá daños debido a los acontecimientos en Ucrania. La inflación se reflejará en el nivel de vida de los ciudadanos”, expuso la pasada semana el ministro de Inversiones de Capital, Mladen Bojanic. Reducirá el impuesto especial de hidrocarburos en un 40%, lo que, calcula, redundará en un abaratamiento de los precios en hasta un 15% para el consumidor final. El turismo aporta casi veinte puntos al PIB montenegrino; Rusia es su principal país inversor.
Bajo las bombas, la Rada Suprema aprobó un proyecto de ley del Gobierno para abolir el impuesto especial sobre el combustible, y reducir el IVA del 20 al 7%. El gasóleo costará, según el Ejecutivo de Volodímir Zelenski, cinco grivnas menos por litro (15 céntimos), y la gasolina se abaratará en otras 7 (22 céntimos).
Los frugales de Mark Rutte han actuado también los impuestos especiales, que se reducirán en un 21% a partir del 1 de abril. Repostar el coche en suelo holandés costará 17 céntimos por litro menos en el caso de la gasolina y otros 11 céntimos en el gasóleo. Bélgica ha optado por el mismo sistema, aunque la rebaja será la misma para los dos tipos de carburantes: 17,5 céntimos. En su caso, la medida extraordinaria será revisada a mediados de junio.
Optó por la vía de la intervención, con una moratoria en los precios que será prolongada, previsiblemente. “No puede haber un aumento de los costes”, deslizó el presidente de la Comisión para la Regulación de la Energía (EWRC), Stanislav Todorov. Polonia también fue agresiva, en su caso con una reducción a cero del IVA en carburantes, gas, alimentos y fertilizantes. El portavoz del länder de Sajonia, Marcel Pretzschassumes, fue expeditivo al advertir que se perseguiría a los alemanes que cruzaran la frontera para ir a repostar a Polonia. El 'turismo' de gasolineras.
Rumanía (-7 céntimos el litro), Croacia (tope de precios, con 1,5 euros para la gasolina y 1,49 para el diésel), Hungría (máximo de 480 florines húngaros por litro, equivalentes a 1,28 euros), Eslovenia (1,541 euros de máximo para el diésel), Portugal (30 céntimos por litro de bonificación), Francia (15 céntimos por litro, y una ayuda inmediata de 400 millones al sector del transporte) e Irlanda (20 y 15 céntimos de rebaja, con dos adicionales para el gasóleo de uso agrícola) completan este listado.
Más lejos, países como Bangladesh (con el gasóleo subsidiado) o India (ayudas directas) han seguido los mismos pasos, al igual que estados norteamericanos como Maryland y Georgia, que han actuado sobre los impuestos especiales, medida que está en estudio en otros 17.
