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"Trato especial" de la UE

España pondrá un tope al gas cercano a los 50 euros y venderá electricidad a Francia al precio ordinario

Los gobiernos español y portugués tienen más que elaborado el planteamiento que enviarán esta semana a la Comisión Europea

Pedro Sánchez y António Costa.

El Gobierno español lleva mucho tiempo pidiendo a la Comisión Europea que desvincule el gas del mercado eléctrico para lograr que el precio de la electricidad baje de los 200 euros por megavatio hora (MWh) en los que lleva instalado desde que comenzó la guerra en Ucrania. Pese a las reticencias de Alemania y Holanda, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salió victorioso del Consejo Europeo de este viernes y consiguió que Bruselas haga una excepción temporal con la Península Ibérica dada su baja interconexión eléctrica con Francia.

España y Portugal enviarán esta semana su propuesta conjunta a la Comisión Europea, y aunque el precio todavía no está cerrado, el Gobierno tiene más que elaborada la idea: limitar el precio del gas en el mercado eléctrico en torno a los 50 euros, que sea el propio sistema eléctrico el que compense la diferencia entre ese máximo y el coste real y establecer una doble casación para que la venta de electricidad a Francia no se vea afectada por la reducción de precios, según confirman fuentes del Ejecutivo a EL PERIÓDICO, diario perteneciente al mismo grupo de comunicación que este medio. El plan será hecho público este lunes por el presidente Sánchez.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró este sábado en declaraciones al Canal 24 horas de Televisión Española que esta medida se pondría en marcha en "tres o cuatro semanas". Esto se produce no por el retraso de España, que ya tiene elaborado un planteamiento que ha sido, además, “trabajado” con el Ejecutivo comunitario que dirige Ursula Von der Leyen, sino por pura burocracia: la Comisión Europea necesita ese tiempo para pasar la propuesta a procedimiento escrito por el Comité de Representantes Permanentes de los Gobiernos de los Estados miembros de la Unión Europea (COREPER).

Precio: cercano a los 50 euros

El precio que se fijará como referencia máxima para el gas (ciclos combinados) es uno de los elementos “más sensibles” en los que trabaja el Gobierno con la Comisión Europea. El precio medio desde que existe el mercado ibérico es de alrededor de 20 euros, mientras que en 2021 se situó en el entorno de los 50 euros y en lo que va de 2022, en 100. La cifra final, todavía por concretar, será cercana a los 50 euros, aunque el Ejecutivo preferiría que fuera incluso algo más baja.

Compensación: vía sistema eléctrico

La diferencia de precios entre esa referencia máxima del precio del gas y el coste real se reasignará en un ajuste 'ex post'. Ese ajuste no será ni a través de una subvención, como descartó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras el Consejo Europeo, ni tampoco a través de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) o del déficit de tarifa. La compensación la realizará el propio sistema eléctrico. El Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) realiza una subasta cada hora según la demanda eléctrica que se necesita para ese periodo y la oferta que existe a esa hora. El tramo que se cubra con gas, se reconoce a un tope máximo y si el coste real es superior, la diferencia se "reasignará proporcionalmente a cada una de las tecnologías que ganen la subasta a esa hora". Es decir, serán el resto de tecnologías las que paguen esa divergencia según su participación.

Interconexión: doble casación

Otra de las dudas era qué ocurriría con la interconexión con Francia que, aunque es baja —2,8%, cuando se supone que el objetivo europeo para 2020 era alcanzar una interconexión del 10%— podría provocar una mayor venta de electricidad hacia el país vecino, aprovechándose de que en la Península Ibérica tendría un precio más barato que el país galo. La solución es un modelo “burbuja” para el mercado ibérico que se realiza a través de una doble casación (cruce entre oferta y demanda) en el mercado eléctrico.

Así, cada hora se hará primero una casación de la oferta con la demanda de Francia, que se factura a precio ordinario (como si no hubiera tope), y después se hace otra para el consumo en España y Portugal con ese precio tope. De esta forma, se evita cualquier distorsión que pudiera producirse en el mercado. 

Duración: limitada a 2022 o hasta que baje el precio

La entrada en vigor de la medida será inmediata en cuando se obtenga formalmente la autorización de Bruselas (en tres o cuatro semanas) y su duración será temporal, limitada a este año 2022 “si antes no se produce una caída del gas, que no parece probable” en medio de la guerra en Ucrania que ha duplicado los precios de esta materia prima. La compra conjunta de gas, acordada con el resto de Estados miembros en el Consejo, hará que bajen los precios pero “tardará meses” en ponerse en marcha. 

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