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La crisis de precios por la guerra. Indicadores y efectos

Así viven la inflación los asturianos: un empresario, un jubilado, un ganadero y un comerciante cuentan en primera persona su experiencia

El nivel de precios se sitúa en el 7,5% en el área, tras remontar la energía el 44,7%. España, con el IPC en el 9,8%, es el quinto país con mayor carestía de los 19 del euro

inflacion

La tasa anual de la inflación se situó en marzo en la eurozona en el 7,5%, un nuevo récord sin precedente desde que existe la moneda única europea. La elevación del precio de la energía (el 44,7% en marzo, doce puntos porcentuales superior al incremento registrado en febrero) ha sido el factor más determinante de la escalada inflacionaria.

Entre febrero y marzo (coincidiendo con la agresión militar de Rusia a Ucrania desde el 24 de febrero) la energía (petróleo y sus derivados, gas natural y carbón, de todos los cuales Rusia es un gran productor mundial) se ha desbocado aún más de lo que ya lo venían haciendo desde el semestre anterior, arrastrando consigo a la electricidad. La alimentación se encareció el 5% respecto a doce meses antes; los bienes industriales no energéticos, el 3,4% y los servicios, el 2%. La consecuencia ha sido un incremento mensual del nivel general de precios del 27,11% en el área monetaria al pasar la tasa anual del 5,9% al 7,5%.

A falta de los datos del conjunto de los 27 países de la UE (en febrero España fue el decimosegundo país más inflacionario de la Unión), la economía española fue en marzo la quinta más inflacionaria de los 19 del euro con una tasa del 9,8%. En Alemania alcanzó el 7,6%; en Francia, el 5,1% y en Italia, el 7%.

Los datos


7,5%

IPC en la eurozona

La inflación promedio en los 19 países del área monetaria se situó en marzo en el 7,5% en tasa anual frente al 5,9% en febrero. Se trata de un nuevo récord de carestía desde que se creó el euro.


9,8%

IPC en España

El nivel general de precios alcanzó en marzo en España el 9,8%, la tasa más alta desde mayor de 1985. En febrero estaba en el 7,6%.

El empresario

“En seis meses los materiales se encarecieron el 50%”

Aurelio Fernández - Empresario

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Saúl Fernández

Aurelio Fernández dirige la empresa Technical Resins Development (TRD), dedica al diseño y construcción de elementos en fibra de vidrio. Cuenta con una nave en el polígono de Maqua, en Gozón. Asegura que viene notando la inflación mucho antes de la guerra de Ucrania: “De seis meses acá los proveedores de material han incrementado la factura un 50% como promedio”, lamenta Fernández. Mira las facturas y añade: “La resina de poliéster, que es un derivado de petróleo, un plástico, me la cobran hoy un 75% más cara que hace un año”, señala. La subida de sus proveedores la repercute en su producto acabado, pero no al mismo nivel: “No he subido la mano de obra; tal cual están las cosas no se puede subir”. A esto se añade el incremento de la factura eléctrica: “Es insoportable: más de un 50 por ciento que hace seis meses”.

El ganadero

“Todo cuesta más, menos nuestro producto”

Rodrigo García - Ganadero

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Ana M. Serrano

Rodrigo García tiene 19 años y trabaja con su padre en una explotación ganadera familiar de Mendones, en El Franco. “Mi mayor deseo es que esto tenga futuro, pero para que lo tenga algo tiene que cambiar”, opina. Dice que no sabe “mucho” de cuentas, pero sí ve las dificultades de rentabilidad de la empresa en este contexto inflacionista. “Todo sube, de momento no hemos tenido que tomar decisiones drásticas como vender vacas para pagar facturas, pero la situación está mal, mal”, informa. En su explotación atienden a 240 reses. “Tienes ganas de crecer, pero todo cuesta más que hace unos meses menos tu producto”, lamenta. Pone un ejemplo: en un año el precio del abono para el maíz se duplicó. A ello hay que sumar el combustible. “Habrá que aguantar porque no nos queda otra”, dice.

El comerciante

“En seis meses los materiales se encarecieron el 50%”

Mar Victorero - Comerciante

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Pablo Palomo

Mar Victorero regenta el quiosco El Peru, en la parroquia gijonesa de Somió. Aunque en su negocio han apostado por tratar de mantener al máximo los precios estables, esta comerciante reconoce que cada vez se le hace más complicado. “Si los costes siguen subiendo no nos va a quedar más remedio que tener que actualizar de nuevo los precios”, explica. Victorero asumió el negocio hace dos años. Así que ha tenido que enfrentarse a una pandemia, la crisis de los materiales, la huelga de transportistas y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania. “Ya ves, ahí estamos resistiendo”, dice tratando de quitarle hierro al asunto. “Al final el que viene a comprar termina por volverse loco porque no puede ser que una cosa cueste determinada cantidad una semana y a la siguiente suba”, lamenta. “Lo que vivimos es algo bestial”.

El cliente

“Nunca eché tanto tiempo en buscar ofertas en el mercado”

Carolina Fernández - Cliente

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Lucas Blanco

“Creo que nunca eché tanto tiempo en buscar ofertas como ahora”. Carolina Fernández es una madre de familia del barrio ovetense de Vallobín que suele acudir al céntrico mercado del Fontán una o dos veces en la semana. “Tratas de buscar precios asequibles, pero encuentras menos oportunidades que nunca”, explica. Esta cliente fiel de la plaza carbayona dice ver con cierta angustia como algunos productos básicos de su cesta de la compra están a precios prohibitivos. “El tomate ha pasado de un euro a tres y pico el kilo y también noto cómo se ha disparado la pechuga de pollo”, explica Fernández que se dio la vuelta al comprobar a cómo estaba el kilo del brócoli. “¡Nada menos que a 2,90 euros!”, exclama la mujer obligada por la situación a extremar sus visitas al supermercado.

El pensionista

“Me elevaron la paga 60 euros, pero la comida sube más”

Maximino Magaz - Pensionista

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David Orihuela

“La situación está muy fastidiada”. Así resume Maximino Magaz la influencia de la escalada de precios sobre de un pensionista. Langreano, “de Sama de toda la vida”, Magaz está jubilado “por edad” de una empresa de mantenimiento. Ayer, haciendo la compra diaria en Sama, veía que el dinero ya no vale lo mismo que antes. “Sales con 20 euros de casa y te da para comprar cuatro plátanos, cuatro mandarinas y un poco de jamón”, explica, para afirmar que, claro, “ahora ya ni se nos ocurre comprar un jamón entero”. “Las pensiones se actualizaron, pero te suben 60 euros y luego la comida sube más”, explica este langreano. Esos 60 euros de subida no compensan para nada la escalada de precios, opina. “Vengo de comprar el pan, hace dos semanas costaba la barra 85 céntimos, hoy ya estaba a 90 céntimos”, señala.

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