"Nuestra única visión es el mantenimiento de la actividad y los empleos", sentenciaba el Director General de Industria, Juan Carlos Aguilera, tras mantener una reunión con los representantes de Danone a cuenta de su voluntad de cerrar su negocio en el concejo de Salas. En una reunión que no estaba fijada en la agenda, las tres direcciones generales de la Consejería de Industria y el alcalde de Salas mantuvieron el primero de una serie de encuentros que está previsto que se celebren con los directivos de la compañía láctea. En el transcurso de la reunión solo se sentaron las posturas de las partes: las administraciones asturianas manifiestan su "respeto" por las decisiones empresariales, pero no plantean dar su brazo a torcer y parten de la base de alcanzar un acuerdo para mantener la actividad en la planta de Danone. La compañía plantea cerrar a final de año en Salas con el aparente objetivo de trasladar la producción a Francia para asumir menos costes de fabricación.

De momento, los empresarios no han trasladado la respuesta clave a la pregunta: ¿Qué se necesita para que no se cierre la planta? Según Aguilera la empresa planteará sus necesidades "en la próxima reunión" y el Principado tratará de encontrar una solución satisfactoria para todas las partes. El alcalde de Salas, Sergio Hidalgo, reiteró su intención de "dejarse el pellejo" en una negociación fundamental para un concejo y una comarca que lleva años sufriendo los efectos de la despoblación.

El martes, la dirección de la multinacional francesa planteó a la representación laboral de su factoría de Salas un expediente de regulación de empleo (ERE) para el despido de la totalidad de la plantilla (79 trabajadores) antes de fin de año, alegando causas productivas. La producción de Salas será asumida por la factoría que Danone tiene en Pays de Bray (Francia), desde donde se seguirá suministrando al mercado español.

La caída de ventas del Danonino (queso fresco de consumo mayoritariamente infantil) y la de otros productos elaborados en Salas es la causa económica y productiva invocada. La planta de Salas redujo su producción en los últimos diez años de las 33.000 toneladas anuales de entonces a 11.500 en la actualidad, de las que en torno al 80% lo representa la elaboración de Danonino. Empresa y sindicatos se han propuesto reunirse durante cinco semanas (hasta mediados del próximo junio) para intentar llegar a un acuerdo. Las partes podrían disponer de hasta tres meses de conversaciones, según los acuerdos internos existentes en la compañía, antes de que la empresa abra el proceso de negociación propiamente dicho del ERE de extinción de contratos.

Según los presentes en la reunión, la multinacional mantiene su voluntad de escuchar alternativas al cierre, también la posibilidad de buscar a un comprador para la planta que garantice la continuidad de la actividad. Sin embargo, la dirección de la compañía se mantiene firme en su decisión inicial.