A Ford le crecen los enanos en Europa. Sumida en pleno proceso de recortes en sus plantas del viejo continente para afrontar la electrificación, la justicia alemana ha impuesto a la multinacional una prohibición a la venta y fabricacción de automóviles en todo el país al considerar que la marca incorporó a sus vehículos una tecnología para alertar de accidentes sin la licencia correspondiente. La sentencia es recurrible y, aunque abre escenarios inquietantes en caso de convertirse en firme —podría incluso obligar a destruir el stock de los últimos años—, es más que probable que Ford busque un acuerdo con el demandante, el explotador de patentes japonés IP Bridge, que desactive la vía judicial como ya hiciera previamente Volkswagen.

En Alemania, desde 2018 todos los coches nuevos deben incorporar en sus sistemas de navegación un dispositivo de llamada de emergencia automático en caso de accidente. Las compañías de telefonía son las que han desarrollado estos sistemas y han venido presionando, también en los tribunales, para que los fabricantes de vehículos abonaran derechos de licencia por el uso de estas tecnologías. 

Hasta ocho titulares de patentes demandaron a Ford en su díaIP Bridge ha sido el que más ha perseverado y ahora un juez le da la razón. Eso sí, deberá abonar una fianza de 227 millones de euros para que la sentencia sea ejecutada, según informan los medios alemanes. Si aporta el montante, el veredicto podría ejecutarse en cuestión de 15 días. 

En todo caso, la probabilidad de que esto ocurra es baja. En primer lugar porque la sentencia es recurrible, lo que dilataría en el tiempo los plazos. Y en segundo lugar, porque lo previsible es que la multinacional con sede en Detroit busque un acuerdo con la explotadora de patentes japonesa. Eso mismo fue lo que hizo Volkswagen, que llegó a un acuerdo con IP Bridge sin esperar a la resolución del tribunal. Ford guarda silencio sobre sus próximos movimientos, pero el fallo del tribunal de Múnich le va a suponer, en el mejor de los casos, un importante desembolso económico para alcanzar ese acuerdo con el demandante.

Mutismo en Almussafes

La trascendencia de la noticia aumenta si se tiene en cuenta el contexto en el que se produce, con las plantas de Ford en Almussafes y Saarlouis (Alemania) luchando entre sí para recibir los nuevos modelos eléctricos de la multinacional. La resolución debería llegar a lo largo del mes de junio. Alemania es uno de los mayores mercados del automóvil en Europa —las ventas de Ford allí en 2021 duplican las que registraba en España antes de la pandemia— y si el fallo se hiciera firme podría ser definitivo para la candidatura de Saarlouis.

Asimismo, la prohibición de la venta de Ford en Europa también salpicaría a Almussafes, que exporta casi el 90 % de su producción a la UE. Desde el sindicato mayoritario de la fábrica valenciana, UGT, no quisieron hacer ayer valoración alguna y aseguraron que se mantienen a la expectativa de que la empresa se pronuncie al respecto.