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Caja Rural se dotará de siete asambleas locales en Asturias

La entidad abrirá en Madrid su primera sucursal fuera de la región y dejará de cobrar a las empresas por sus depósitos

Caja Rural

Caja Rural de Asturias someterá hoy a votación de sus socios dotarse de una nueva estructura orgánica por la que se constituirán siete juntas comarcales en la región que actuarán como asambleas de zona. De ellas partirán tanto propuestas e iniciativas como indicaciones de voto para la asamblea anual de la cooperativa de crédito, que, de prosperar la reforma, dejará de ser general y universal (abierta a todos sus socios) para pasar a estar integrada por los delegados elegidos por las juntas locales. Con ello se pretende una mayor participación de los socios, el acercamiento de las decisiones al territorio, una mayor implicación local y posibilitar entornos de decisión más reducidos, dijo Antonio Romero, director general de la caja.

Las juntas locales. Las denominadas juntas locales preparatorias abarcarán las zonas de Oviedo, Gijón junto con Carreño, Avilés y su comarca, Noroccidente (que incluirá además a Taramundi, Grandas de Salime, los Oscos, Ilano y Pesoz), Suroccidente, Oriente y el área de Siero, Noreña y Cuencas. Estas asambleas comarcales serán presididas bien por el presidente de la caja o, en su defecto, por algún otro miembro del consejo rector.

Reparto de beneficio. El consejo de la caja propondrá a su vez esta mañana a la asamblea una distribución del beneficio del ejercicio pasado que supondrá el reparto de 4,14 millones entre los 132.000 asturianos socios de la cooperativa, de los que 3,24 millones corresponden a intereses de las aportaciones (5,95 euros por cada 100 de capital) y 0,9 millones, al llamado retorno cooperativo, que se reparte en función de la contribución de cada socio al resultado de la entidad por sus operaciones de activo y de pasivo. El resto se destinará al Fondo de Educación (2,72 millones), reservas obligatorias y reservas voluntarias. La entidad, que el año pasado obtuvo un beneficio neto de casi 27,71 millones (el 26,56% más), prevé culminar este ejercicio con un resultado de entre 30 y 32 millones, en parte por la mejora de los márgenes y la contención de la morosidad y los gastos.

Oficina en Madrid. Caja Rural de Asturias puso en marcha en el pasado ejercicio una oficina totalmente digital para clientes que prefieren una relación exclusiva de banca a distancia y para atender a los asturianos que han emigrado a otras regiones. Pero el grupo mantiene la “apuesta por la presencialidad”, señaló Romero. Tras la reciente inauguración de una oficina en Somiedo, suma 113 oficinas de banca general y tres especializadas en empresas, y el año próximo instalará una sucursal en Madrid, la primera de Caja Rural de Asturias fuera del Principado. Esta agencia, que se localizará en la manzana central de la capital española, tendrá como uno de sus objetivos atender a los asturianos radicados en Madrid, principal destino de la emigración interior asturiana.

Plantilla. Con unas y otras iniciativas, la cooperativa ha seguido creando empleo: a fines de marzo tenía 463 trabajadores frente a 452 a fines de 2021. A cierre de 2020 eran 443.

Clientes. Su cuota de clientes crece anualmente a una media de 5,17% en Asturias en los últimos diez años y en la actualidad cuenta con 388.000, el 60% de los cuales utilizan indistintamente la banca presencial y la digital.

Remuneración del ahorro. Caja Rural prevé que el sector vuelva a remunerar el ahorros si se confirma la subida de los tipos de interés oficiales aunque no cree que esto ocurra en lo que resta de año, “pese a que alguna entidad pueda anticiparse”, señaló Romero. Por ahora, lo que se está elevando en el mercado, argumentó, es el tramo largo de la curva de tipos, pero aún no a corto y medio plazos. Lo que sí hará de inmediato la entidad es dejar de cobrar a las empresas e instituciones por sus depósitos. El cobro al ahorro no llegó a afectar a las familias, pero sí a grandes clientes por sus puntas de tesorería, dado que el Banco Central Europeo (BCE) ha estado penalizando en los últimos años a las entidades financieras por el aparcamiento de los excesos de pasivo en el eurobanco. Se prevé que el incremento del tipo de interés de este mecanismo (la llamada facilidad de depósito) será la primera revisión al alza que haga el BCE el mes próximo para poner fin a la era de los tipos de interés negativos y luchar contra la inflación.

La inflación. El director general de Caja Rural de Asturias señaló ayer que la marcha de la entidad en este ejercicio está siendo “buena o muy buena”, aunque “empieza a preocupar la conjunción de factores como la inflación, el alza prevista de los tipos de interés, los riesgos geopolíticos y la incertidumbre” asociada a ellos, por lo que “podría producirse un aumento de la morosidad” este año. El alza de las tasas de interés puede tener para el sector efectos de distinto signo: además del aumento de la morosidad (“aunque los préstamos a tipo fijo pueden ser un escudo”), cabe esperar una mejora de los márgenes (en el sector financiero “nos movemos mejor con tasas más altas” que las actuales) y, sin embargo, un aumento de la rentabilidad de la deuda depreciará los títulos que la banca tiene en su balance y que adquirió a bajos tipos de interés: “El valor de mercado de esas inversiones disminuirá”, declaró Antonio Romero. Confía no obstante en que el BCE mantenga bajo control las primas de riesgo. “Sería insostenible un aumento de las primas para algunos estados muy endeudados”, señaló.

Asturias. Corregir la tendencia demográfica declinante es, a juicio de Romero, una prioridad. “Debe haber un esfuerzo conjunto del sector público y del privado que permita crear empleo, aumentar el tamaño de las empresas y dotar de servicios públicos a entornos” que los precisan para fija población, “aunque ello aumente el gasto público”.

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