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Duro, Imasa, Isastur y Navec afrontan una nueva etapa tras el rescate estatal: "No pueden hacer más de lo mismo"

Los expertos destacan que las ingenierías asturianas tienen capacidades para competir con éxito

El coronavirus no fue una simple gripe para las grandes ingenierías industriales asturianas. La cartera de pedidos menguó y los procesos de ajuste que llevaron a cabo la mayoría de ellas no fueron suficiente vacuna. Duro Felguera, Imasa e Isastur tuvieron que acudir el rescate estatal del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas que gestionaba la Sepi, y Navec –con presencia en la región a través de la antigua Tradehi– al fondo Fonrec que gestionaba Sepides. En conjunto recibirán una inyección de 204 millones de euros para mantener una actividad que da empleo a más de 3.300 trabajadores. Para estas empresas se abre una segunda oportunidad en un mercado que está lejos de recuperar la normalidad pero en el que se atisban grandes oportunidades por los planes de descarbonización y digitalización de la industria y por la llegada de los fondos europeos. Los expertos destacan que las ingenierías asturianas tienen capacidades para competir con éxito en esos mercados, emergentes pero advierten de que "no pueden basarse en hacer más de lo mismo".

A nivel nacional, las ingenierías registraron en 2020 una caída de ingresos del 18% por la paralización y suspensión de proyectos a escala nacional e internacional a raíz de la pandemia y por la ralentización en la convocatoria de nuevos contratos, según un estudio del Observatorio Sectorial DBK del grupo de gestión del riesgo comercial Cesce. En Asturias, muchas ingenierías superaron con creces esa tasa. Por ejemplo, Imasa registró una caída de facturación de más del 56% que se arrastró a 2021 con un nuevo descenso del 28%.

Durante la pandemia, Duro Felguera, que ya arrastraba graves problemas de tesorería, aplicó un ERTE, igual que Imasa, que también acordó el despido colectivo de 58 trabajadores. Navec acordó la salida de 53 empleados y Sacyr-Fluor de 60. Medidas de ajuste que no fueron suficientes para la mayoría de ellas. Duro Felguera, Imasa, Navec e Isastur se vieron obligadas a pedir el flotador del Estado.

Duro Felguera fue la primera compañía asturiana rescatada por la Sepi, con una ayuda de 120 millones. El proceso se cerró el pasado noviembre. "Duro Felguera está ahora mucho mejor preparada que hace un año", señala Rosa Aza, presidenta de Duro Felguera, que se muestra confiada en que tanto su empresa como el resto del sector de las ingenierías "superarán el actual contexto marcado por la crisis energética y la incertidumbre, que están retrasando la toma de decisiones". Aza, que el pasado martes participó en Gijón en un acto organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección, señala que ahora mismo el principal objetivo de la compañía que preside es aumentar la contratación y también incide en la apuesta que ha hecho la empresa por diversificar su negocio hacia las energías renovables. En ese segmento hace tiempo que están posicionadas las otras dos ingenierías rescatadas por la SEPI, Imasa e Isastur, y la otra gran ingeniería asturiana, TSK.

«Confío en que Duro y el sector superarán el actual contexto que retrasa la toma de decisiones» Rosa Aza Presidenta de Duro Felguera

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"Las compañías de ingeniería asturianas tienen experiencia y capacidad para competir en el sector de las renovables y también en el de la digitalización de procesos. Hay que tener en cuenta que esta adaptación se está realizado desde hace un tiempo por la propia evolución de las necesidades de mercado", señala José Esteban Fernández Rico, catedrático de Ingeniería Mecánica en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón y decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Asturias. "Es verdad que, en determinados casos concretos, podría haber una carencia de disposición de tecnologías de vanguardia, pero este hecho puede resolverse con formulas de ‘joint venture’ en las que también tienen experiencia las ingenierías asturianas", añade Fernández Rico, que destaca que estas empresas "mantienen intacta su capacidad técnica, el ‘know-how’, y su experiencia en llevar a cabo proyectos complejos, sobre todo a nivel internacional". Está seguro de que las ingenierías asturianas "se adaptarán con rapidez y asumirán de nuevo su posición tractora en cuanto se habiliten fondos europeos". Asegura que "su competitividad no está en cuestión".

«Las ingenierías asturianas tienen capacidad para competir en el sector de las renovables» J. Esteban F. Rico Decano del Colegio de Ingenieros Industriales

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No lo tiene tan claro Juan José del Campo Gorostidi, doctor ingeniero de Minas y fundador de la consultora de I+D, estrategia y operaciones Cordes, con sede en Gijón. Afirma que la "segunda oportunidad" para las ingenierías asturianas "no puede basarse en hacer más de lo mismo, o en hacer lo que hace el vecino o el competidor". Destaca que "la clave radica en identificar y posicionarse en nichos de mercado de alto valor añadido, en los que las oportunidades de hacerlo bien sean mayores que las de los riesgos en los que se incurra: técnicos y financieros". El consultor apunta que la ingenierías necesitan tener soluciones tecnológicas robustas "un ‘know how’ propio respaldado por patentes y proyectos ejecutados con éxito, ser un especialista reconocido en una solución tecnológica concreta capaz de ejecutarla con solvencia allí donde sus clientes se lo demanden y tenga sentido estratégico". Es lo que Del Campo define como "ingenierías con producto".

«Mucho cuidado con querer hacer de todo. No funcionará, hay que especializarse» Juan José del Campo Ingeniero consultor

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"Mucho cuidado con querer hacer de todo. No funcionará", advierte el ingeniero consultor, que afirma que para tener éxito en la transformación se requiere conocimiento –plantilla capaz y motivada–, organización alineada y músculo financiero. "Las tres condiciones son esenciales y el dinero de los fondos europeos no aporta ninguna de ellas. Quien esté pensando en ellos como tabla de salvación o flotador, siquiera temporal, se equivocará. La cartera de pedidos es condición necesaria, nadie lo duda, pero no suficiente. Cada empresa debe saber dónde ir, que no es ir a donde la quiera llevar la tendencia o moda. Si la estrategia es la correcta, los fondos le pueden ayudar a ejecutar la transición", asegura Del Campo.

Esa transición debe abordarse en un momento de máxima incertidumbre por los efectos de la guerra de Ucrania. "Crisis siempre ha habido, y su gestión forma parte del mismo día a día empresarial", afirma el presidente del Colegio de Ingenieros Industriales . "Otra cuestión es que la crisis se prolongara en el tiempo, cronificándose, lo que sin duda mermaría las capacidades de algunas empresas, según el tipo de proyectos en los que se focalicen. Pero creo que, incluso en estas circunstancias, buscarán el equilibrio para salir adelante", augura Fernández Rico.

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