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La FADE advierte de que parar fábricas para ahorrar gas "aumentará la crisis"

Los empresarios asturianos se suman al rechazo al plan de la Comisión Europea | "La industria no merece racionamientos", afirma Ribera

Gasoducto Nord Stream 1.

Los empresarios asturianos se sumaron ayer al rechazo al plan de la Comisión Europea para reducir un 15% el consumo de gas ante el peligro de un corte de suministro de Rusia y advirtieron de que la parada de fábricas de la región "aumentará el impacto económico de la crisis". Por su parte, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, insistió en que "la industria no merece racionamientos".

La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) se opone a la propuesta de la Comisión Europea y coincide con la Alianza por la Competitividad de la Industria Española –que agrupa a patronales de sectores como la automoción, el refino, la siderurgia o la alimentación– en que no tiene sentido imponer reducciones de consumo de gas en todos los países por igual, cuando precisamente España ha realizado una gran inversión para diversificar la procedencia de su gas.

Centrándose en los efectos en la región, la FADE destacó que "Asturias es una comunidad autónoma con un peso relevante de la industria, y con gran presencia de empresas electrointensivas, por lo que realizar paradas industriales forzosas agravaría la escasez de productos esenciales en toda Europa y aumentará el impacto económico de la crisis, poniendo en riesgo el funcionamiento de toda la cadena de valor de la economía europea".

Por su parte, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró ayer que el Gobierno instará a consumidores y empresas a ahorrar energía, pero serán "recomendaciones", no imposiciones. Para la industria, señaló, lo que hay que buscar son "maneras de flexibilizar el consumo de gas de forma voluntaria", puesto que hay "una situación de emergencia" debido a la invasión de Ucrania y "no merece pautas de racionamiento".

Europa respira aliviada al reactivarse el gasoducto Nord Stream 1

Alemania, y con ella toda Europa, respira aliviada, al menos de momento. La reactivación del suministro de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 salva una bola de partido y evita por ahora el temido colapso industrial y la amenaza de racionamiento que prevén las autoridades alemanas si Rusia acaba cerrando el grifo del gas. El director de la Agencia Federal de Redes confirmó ayer que el gas vuelve a fluir a través del gasoducto que conecta Rusia con la UE. pero con unos niveles del 40%.

Los países del Sur se rebelan contra las medidas de Bruselas para reducir el consumo el 15%

La guerra energética de Vladímir Putin contra la UE, por la respuesta europea a la guerra en Ucrania, vuelve a poner a prueba la solidaridad de los Veintisiete. La Comisión Europea plantea un plan de ahorro de gas del 15% que debe aplicarse a todos los países por igual, aunque no todos tengan la misma dependencia del gas ruso. El programa se enfrentará a su primera prueba de fuego el martes, durante una reunión extraordinaria de ministros de Energía que augura ser acalorada. El primer debate entre los Veintisiete, a nivel de embajadores, tuvo lugar este pasado miércoles. Se prolongó durante tres horas y sirvió para constatar, según fuentes diplomáticas presentes, que los países del sur –España, Portugal, Italia, Malta, Chipre y Grecia– no están satisfechos con el plan diseñado por Bruselas. Tampoco otros países del este como Hungría o Polonia. Los embajadores volverán a intentar acercar posturas hoy en una nueva reunión, pero se da por hecho que la negociación del reglamento, cuya aprobación requiere de una mayoría cualificada que Bruselas espera obtener el martes, será muy complicada. Dirigentes de los Gobierno de España, Portugal y Gracia lanzaron ayer críticas contra el plan.

Pedro Sánchez convierte el racionamiento de energía en otra "batalla" en la UE

Pedro Sánchez se prepara para librar otra batalla en la UE, a cuenta ahora del plan de Bruselas para racionar el gas en todos los países, al margen de su dependencia del gas ruso. La vicepresidenta Teresa Ribera destapó el miércoles el malestar español por una propuesta que, considera, perjudica a la industria española. Pero no ha sido un movimiento improvisado, sino el resultado de varios días de conversaciones con la Comisión Europea, que se han saldado sin un mínimo entendimiento. Fuentes gubernamentales apuntan a que es un asunto que el presidente del Gobierno y la presidente de la CE, Ursula von der Leyen, han abordado. Han existido negociaciones, se han "intercambiando borradores" que "no gustaban" al Ejecutivo y se han producido "muchos contactos". El resultado es que Bruselas ha planteado una propuesta que no contempla las peticiones españolas. Desde el Gobierno se enarbola un informe del laboratorio de ideas Bruegel, de referencia en Bruselas, para justificar con cifras su decisión de plantarse de cara al Consejo Europeo de Ministros de Energía del próximo martes. Los expertos del "think tank" han elaborado un modelo basado en la dependencia del gas ruso en los últimos meses y el nivel actual de reservas almacenadas para determinar las necesidades de cada país de la UE de recortar su consumo de gas en caso que Rusia corte el suministro. Las estimaciones contemplan que un bloque de países integrado por España, Portugal y Francia no vería afectado su suministro y no tendría que reducir su consumo incluso si Putin corta por completo la venta de gas. Sin embargo, el grupo de países bálticos (Finlandia, Estonia, Lituania y Letonia) tendría que reducir su consumo un 54%; Bulgaria, Grecia, Hungría, Croacia o Serbia un 49%; Alemania el 29%, y países centroeuropeos como Austria, Chequia o Eslovaquia el 27%.

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