Los ministros de Energía de la Unión Europea han llegado a un consenso para reducir el consumo de gas con vistas al invierno, ante la amenaza de un corte total del suministro por parte de Rusia. "Hoy enviamos una señal potente no solo a Vladímir Putin, que ha fallado una vez más en su intento de dividir a la Unión Europea, pero sobre todo para nuestros ciudadanos. La decisión de hoy asegura que no tendremos que enfrentarnos a consecuencias dramáticas en invierno", ha indicado Jozef Síkela, el primer ministro de la República Checa, país que ostenta la presidencia del Consejo de la UE.

El pacto mantiene una reducción voluntaria del 15% de su consumo de gas entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023 en comparación con la media de este periodo durante los cinco años previos, que en caso de 'emergencia' sería obligatorio, pero con excepciones para algunos países como España. En el caso español, el Gobierno ha acordado reducir de forma voluntaria la demanda a la mitad de lo previsto, al afectar solo a entre un 7% o un 8% de su consumo que será suficiente para no tener que limitar la actividad, según ha confirmado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a la salida de la reunión.

En concreto, la Comisión Europea plantea seis casos en el que los estados miembros podrán eludir esa obligación del 15%, y aunque muchas de ellas son diseñadas 'adhoc' para determinados estados, en todos los casos no será una será una aplicación automática, sino que deberá ser solicitada: uno para aquellos estados que tienen un sistema eléctrico sincronizado con Rusia, como es el caso de los países Bálticos; otro específico para las islas, por no estar conectadas directamente con el continente, como Irlanda, Malta y Chipre; un tercero para aquellos países que consigan un nivel de llenado de sus almacenamientos de gas por encima del 80% durante este año, y un cuarto que aplica en el caso de industrias críticas que necesitan gas para su producción.

En quinto lugar, los miembros con interconexiones limitadas también “podrían reducir su rebaja obligatoria” si pueden demostrar que sus capacidades de exportación de interconexión o su infraestructura nacional de GNL se utilizan para redirigir el gas a otros estados miembros al máximo. Este es el caso en el que ese inscribe España. Mientras que una última opción la podrán aplicar aquellos países cuyo consumo de gas ha aumentado al menos un 8% en el último año en comparación con el promedio de los últimos cinco años.

Por otra parte, el acuerdo impulsa el papel del Consejo en la activación de una 'alerta de la Unión' al establecer la necesidad de una "mayoría cualificada" de estados miembros, a propuesta de la Comisión en caso de un riesgo sustancial de escasez grave de gas o de demanda de gas excepcionalmente elevada o si cinco o más Estados miembros declaran una alerta a nivel nacional (en la propuesta presentada la semana pasada la decisión definitiva recaía sobre la Comisión Europea o un total de dos países).

"En el corto plazo los consumidores europeos tendrán que tomar medidas drásticas en caso disrupciones de gas en invierno. En el medio plazo todos nos beneficiaremos. A no ser que la Unión Europea se deshaga de la dependencia del gas ruso los precios seguirán altos, si tenemos éxito los precios caerán”, ha advertido el primer ministro checo.

El acuerdo era casi un secreto a voces en las últimas horas tras las muchas negociaciones de los estados miembros para llegar a la reunión de este martes con el trabajo prácticamente hecho, como se ponía de manifiesto en el optimismo de los titulares europeos a su llegada al edificio Europa en Bruselas, incluida la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica de España, Teresa Ribera. “Creo que estamos obligados a decir que sí a los términos en los que aparece el texto de esta mañana, a trabajar, a seguir impulsando medidas de ahorro y eficiencia en casa y a seguir contribuyendo a la seguridad de nuestros vecinos”, decía a su llegada la vicepresidenta.

Y así será porque Ribera ha llegado a un acuerdo voluntario en el que España se compromete a reducir su consumo del 7%, tras acogerse a la excepción por el uso de las infraestructuras, para lo cual no es necesario limitar la actividad. Según la vicepresidenta, para alcanzar este objetivo será suficiente con el plan de ahorro de la Administración General del Estado y de las comunidades autónomas y municipios --a quienes ha emplazado a colaborar y con quienes se reunirá esta semana--, así como con las medidas de eficiencia y ahorro por parte de los ciudadanos y de "flexibilización" de la industria.

Por su parte, la comisaria de Energía, Kadri Simson, aseguraba que el anuncio de este martes de Gazprom de disminuir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream al 20% de su capacidad total pone de manifiesto la necesidad de los países europeos de “estar preparados” para el corte de suministro de Rusia “en cualquier momento”. “Y para eso tenemos que actuar ya” con una “reducción preventiva” de la demanda para llenar los almacenes subterráneos –actualmente al 66%-- y también para reducir al máximo la diferencia futura entre suministro y demanda, ha añadido.