Tras meses de escalada inflacionista y trabas en los suministros, el mercado laboral ha sufrido su primer traspiés en julio. Tras un junio récord y agotadas entonces las contrataciones estivales, la Seguridad Social ha perdido 7.365 ocupados, en su peor séptimo mes del año de la serie histórica, según los datos publicados por el Gobierno este martes. Nunca antes en un mes de julio España no había generado empleo, por más que consigue retener la cota de los 20 millones de trabajadores en activo. Baja la ocupación y sube el paro, de forma testimonial pero por primera vez desde 2008, cuando estalló la doble burbuja financiera e inmobiliaria y España entró en una de sus peores crisis.

"La alta incertidumbre global tiene una afectación limitada en el mercado de trabajo", ha afirmado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. Los augures de un otoño complicado en lo económico tienen en los datos de este mes de julio su primera señal desde el mercado laboral. Hasta entonces esta había sido una esfera hasta cierto punto ajena a la guerra y sus inclemencias, mostrando una gran resiliencia. Junio, sin ir más lejos, dejó un incremento histórico de afiliados a la Seguridad Social y las cifras de contratación indefinida han batido récord tras récord tras la entrada en vigor de la nueva reforma laboral. Y ese impulso contratador de las empresas en junio no se explica sin el retroceso de este julio, agotado el mismo e incorporado ya todo aquel que era preciso para la campaña estival.

Una parte importante de los malos datos de este último mes se explican por los despidos masivos de temporales en educación, un clásico veraniego que en septiembre vuelve a recuperarse y que no hay -de momento- reforma laboral que le ponga el lazo. 115.528 maestros, vigilantes de comedor, monitores y demás han puesto en la calle los centros educativos este julio, concentrándose ahí el grueso de la destrucción de empleo. En agricultura construcción también se ha perdido empleo, aunque sustancialmente menos y el Gobierno lo atribuye a las altas temperaturas de las últimas semanas. En el resto de gremios el problema es que apenas se ha generado nuevos afiliados, aunque España consiguió retener la cota de los 20,3 millones de trabajadores en activo. Julio pone fin a una racha de cinco meses consecutivos de cotizantes al alza.

Aunque ese factor estacional no oculta los pobres registros que ha dejado el empleo este julio. Tirando de las estadísticas desestacionalizadas, el julio del 2022 ha sido el peor desde 2013. Y los propios ministros de Trabajo, Yolanda Díaz, y de Seguridad Social, José Luís Escrivá, fueron allanando el terreno con sus últimas declaraciones ante la posibilidad de que julio dejara unas estadísticas como las que ha acabado dejando. Por más que estas son peores de las anticipadas a mitad de mes por el segundo. En la otra cara de la moneda, las contrataciones que hubo mantuvieron los estándares de calidad de meses anteriores y cuatro de cada 10 nuevos contratos fueron indefinidos, es decir, un total de 685.992 personas ingresaron al mercado como fijas. Antes de la reforma laboral dicha ratio era de 2 de cada 10.

Sube el paro entre las mujeres

El paro subió poco, en 3.230 personas, pero subió, por primera vez en un julio desde el 2008. El alza testimonial permitió al mercado laboral seguir por debajo de los tres millones de desempleados, concretamente cerró el mes en 2,8 millones de personas que buscan pero no encuentran trabajo. La tasa más alta de toda la Unión Europea, pese a haberse reducido en los dos últimos años en casi un millón de personas. El alza del desempleo no quedó repartida de igual forma entre hombres que entre mujeres, bajando testimonialmente el 0,1% entre los primeros y subiendo el 0,3% entre las segundas.

Más paro entre los asalariados y menos autónomos en activo. La Seguridad Social perdió 10.422 trabajadores por cuenta propia, el mayor descenso desde 2009, y el primer retroceso en cinco meses. Los afiliados al RETA habían mostrado desde el inicio del covid una gran resiliencia, reforzada esta por las ayudas públicas habilitadas por el Gobierno y que por primera vez llegaron de manera generalizada entre el colectivo. El mes cerró con un total de 3,3 millones de autoempleados, a expensas de cómo evolucione durante los próximos meses y cómo reciba el nuevo sistema de cotizaciones, que entrará en vigor a partir del 2023.